
Somos un matrimonio ambos de cuarenta y siete años, llevamos veintiséis de casados y hemos pasado por todas las situaciones que pasa un matrimonio.
Lolita es de estatura regular, llenita sin ser gorda, facciones bonitas, piernas preciosas, pechos proporcionados al resto de su cuerpo, y unas nalgas bien redondas y paraditas que son su principal atractivo.
Es muy femenina en toda su persona, su ropa íntima la escogemos entre los dos y casi siempre es de encaje y/o transparente. Le gusta mucho el uso de liguero.
En la cama hacemos de todo y finalmente decidimos realizar una fantasía que desde hace mucho tiempo teníamos cuando estábamos calientes y es la de que ella tuviera sexo con otro hombre, pero de una manera paulatina y el masaje fue lo que encontramos mejor para que todo iniciara.
Una vez decididos, contesté varios anuncios de equis revista en la que caballeros ofrecen sus atributos para hacer disfrutar a mujeres ya sean solas o bien en pareja.
Jorge es el nombre de la persona que me pareció apropiado, de 40 años, complexión regular, muy atento y se veía que era de las primeras veces (después supimos que era la primera) que tendría un encuentro con una pareja.
El día convenido, nos ubicamos en un hotel de la colonia S. Rafael en la ciudad de México, en el que no hay problema porque entren dos hombres y una mujer en una habitación.
Lolita estaba radiante, llevaba un vestido blanco algo ajustado, ropa interior blanca incluyendo liguero y zapatillas del mismo color.
Ya estando en el hotel nos dispusimos a esperar a Jorge, entre tanto le pedí a ella que se quitara el fondo para que se viera todavía mejor, ella lo hizo y de verdad que se veía riquísima ya que se le transparentaba la pantaleta y el liguero.
Unos minutos después de la hora acordada llegó Jorge, nos estrechamos la mano y lo invité a pasar, se notó de inmediato que la impresión que Lolita causó en él fue estupenda, se saludaron con un beso en la mejilla, nos sentamos y platicamos unos minutos de tonterías. Cabe mencionar que él no le quitaba la vista de encima a ella dado que estaban sentados uno frente al otro y de seguro él en más de una ocasión pudo ver que Lolita traía liguero y probablemente hasta la pantaleta.
Antes de iniciar el masaje, le recordé a él que todo estaba supeditado a lo que ella estuviera de acuerdo en hacer, a lo que el respondió que no me preocupara, que no haría absolutamente nada que ella no quisiera.
Acto seguido se levantaron ambos, se dirigieron a la cama, él le pidió que se diera vuelta para desabrocharle el vestido y poco a poco fue bajando el cierre hasta llegar al final de esta que quedaba a la altura de la cadera por lo que pudo ver parte de su pantaleta y el broche del liguero.
Ella se dio vuelta quedando de frente a Jorge mientras este empezaba a bajarle el vestido, y una vez fuera este, ella quedó solo en brassier, pantaleta, liguero, medias y zapatillas.
Él le pidió que se sentara en la orilla de la cama y procedió a quitarle las zapatillas, todo esto lo hacía muy lentamente, disfrutando el momento y yo estaba seguro que ella también lo estaba disfrutando aunque se notaba muy nerviosa y ocasionalmente en forma más o menos disimulada se cubría la región de su pubis ya que debido a la pantaleta que llevaba se le transparentaba su vello.
Jorge le preguntó que por dónde quería que empezara y ella le dijo que por la espalda por lo que se acostó boca abajo muy cerca de la orilla de la cama. Él ahí de pie empezó a acariciarle los hombros, los brazos, la espalda y la cintura sin animarse a bajar más.
Después de un rato yo le dije que en el buró estaba el aceite y que lo mejor era que se aligerara de ropa a fin de evitar que se manchara.
Era lo que él estaba esperando, mientras se quitaba la ropa le dije e ella que se recorriera al centro de la cama porque tan en la orilla se podría caer.
Tan pronto Jorge quedó en trusa, pude ver que tenía una erección bastante considerable y que su miembro era de buen tamaño, afortunadamente Lolita estaba con los ojos cerrados, porque si lo hubiera visto, aunque no era una cosa del otro mundo, probablemente hubiera dudado en continuar con aquello.
Yo le sugerí a Jorge que se colocara sobre las piernas de mi esposa a fin de poder tener mejor apoyo y darle un mejor masaje. El lo hizo así y quedó sobre ella a la altura de sus rodillas y son su verga solo cubierta por la trusa a pocos centímetros de las nalgas de Lolita sólo cubiertas por la pantaleta.
Continuó con el masaje y antes de utilizar el aceite le preguntó e ella si deseaba que le desabrochara el brassiere para que no se manchara, ella asintió y él lo hizo colocando hacia los lados los tirantes y dejando libre la espalda.
Estuvo unos momentos dándole masaje en la espalda, hombros, brazos y cuello, en eso se recorrió hacia los pies de mi esposa empezando a darle masaje en los muslos, que al tener las medias y el liguero dejaban muy poco espacio descubierto, entonces sin preguntar nada empezó a desabrocharle las medias del liguero y a quitárselas poco a poco, después desabrochó el liguero y le pidió a Lolita que se levantara un poco para poder quitárselo por completo, ahora ya le estaba acariciando las piernas en su totalidad, así como los pies, después fue subiendo lentamente hasta quedar muy cerca de las nalgas de mi esposa, como ya casi no tenía aceite en las manos, metió un poco sus manos por los elásticos de la pantaleta, cubiertos con encaje y acariciándola un poco ya directamente sobre las nalgas.
Entonces le dijo que le iba a quitar la pantaleta, ella asintió y Jorge se la fue quitando lentamente, hasta dejarla completamente desnuda, reanudó sus caricias ahora en la cintura y fue bajando por sus caderas hasta colocar completamente sus manos sobre las nalgas y empezando a acariciarlas en una forma que por la expresión de mi esposa era bastante agradable. Así estuvo un buen rato, y entonces le preguntó a ella que si deseaba que repitiera el masaje en alguna parte de su cuerpo antes de que se volteara para continuar con la parte delantera de su cuerpo, ella de dijo que quería que nuevamente se acariciara la espalda pero que principalmente el cuello, entonces él se colocó más hacia la cabeza de Lolita a fin de quedar lo más cerca posible de su cuello e inició el masaje de nuevo, sólo que ahora cuando acariciaba la parte más alta del cuello y que por consiguiente se tenía que subir un poco, su verga que ahora se le veía más grande aún, entraba el contacto con las nalgas de mi esposa y obviamente quedaba exactamente en medio de ellas, por supuesto Lolita lo estaba sintiendo perfectamente, después de unos 10 minutos así, él le dijo que si quería más y ella le contestó que un poco más pero sólo la parte superior del cuello, entonces él acomodó su cuerpo un poco más arriba y reanudó el masaje en el cuello pero ahora su verga estaba completamente recargada en la hendidura de las nalgas de Lolita, y con el movimiento del masaje también se movía su verga en el lugar privilegiado en el que se encontraba.
Después de esto le pidió a ella que se volteara para completar el masaje, ella lo hizo pero sosteniendo con una mano el brassiere desabrochado sobre sus pechos y con la otra sí cubría tímidamente su monte de Venus.
Jorge con un tono de voz suave le dijo: ¿me permite?, y le quitó el brassiere quedando sus pechos al descubierto y me sorprendió el tamaño de sus pezones, era más que obvio que estaba excitada.
Sin pedirle que retirara su otra mano de donde la tenía empezó a acariciarle nuevamente los hombros, los brazos y poco a poco los pechos, haciendo círculos con sus manos y dedos desde fuera hacia el centro de ellos.
En cuanto toco directamente los pezones ella dio un ligero brinco, lo cual corroboraba que estaba excitada, él no pudo sustraerse a la tentación que representaban sus pezones y estuvo acariciándolos un buen rato, tomándolos entre sus dedos, estirándolos suavemente y apretándolos con mucho cuidado, se veía que no estaba muy lejos de abalanzarse sobre ellos para mamarlos pero se contuvo.
Lentamente fue bajando por su cintura, su vientre, hasta llegar a su sexo, delicadamente retiró la mano de mi esposa dejando al descubierto y a corta distancia de su cara la panocha deliciosamente cubierta de vello. Pasó sus manos muy brevemente por ahí y siguió hacia las piernas terminando con un delicioso masaje en los pies, nuevamente empezó a subir hasta llegar a los muslos y muy cerca del sexo de Lolita.
Acariciando sus muslos cada vez más rozaba en cada movimiento la panocha hasta que decididamente con una mano la empezó a acariciar directamente, yo pensé que ella iba a protestar pero no hizo el menor intento de rechazar esa caricia, él le pidió que separara un poco sus piernas para poder acariciarle la parte interior de los muslos, ella lo hizo y Jorge ahora además de los muslos estaba tocando la parte mas íntima de mi esposa, Jorge al entrar en contacto con esa zona se dio perfectamente cuenta de lo caliente y húmeda que estaba.
Después de estar ahí un tiempo, comenzó a subir nuevamente hasta sus pechos, para subir aún más para acariciar el cuello de ella, para lo cual se acomodó más arriba, quedando su verga que amenazaba con salirse de la trusa exactamente sobre la panocha de Lolita, al principio sólo era un leve contacto el que se podía observar, pero después y gracias al movimiento del masaje en el cuello, su verga prácticamente la estaba restregando en el sexo de Lolita.
En una de las veces en que se perdía el contacto entre esas partes, pude ver claramente algo que me excitó mucho, un hilo de líquido algo espeso unía por una parte la zona de la trusa de Jorge a la altura de donde queda la cabeza de su verga y por la otra el vello púbico de mi esposa.
Nadie podría en ese momento determinar de cuál de los dos era ese líquido aunque sin temor a equivocarme yo aseguraría que pertenecía a los dos.
Una de las cosas en las que habíamos pensado mi esposa y yo, era en que el masaje continuara en el jacuzzi, por lo que le pregunté si quería que lo fuera preparando, me dijo que sí y me dediqué a ello mientras Jorge seguía acariciando a mi esposa.
Al estar preparando el jacuzzi y a pesar del ruido de agua alcancé a escuchar que algo le decía en voz baja él a Lolita, pero sin saber qué le había dicho, pero enseguida me di cuenta de lo que se trataba, ella asintió levemente con la cabeza y Jorge en ese momento dirigió su boca a uno de los pezones y lo besó con mucha ternura para después hacer lo mismo con el otro, ahora sólo escuché que le dijo en voz baja: gracias.
Una vez que el jacuzzi estaba listo, se los informé, entonces ella se levantó y se metió al baño que estaba independiente del jacuzzi y Jorge se dispuso a meterse al agua, en eso me preguntó que si se quitaba la trusa, yo le contesté que no creía que hubiera traído otra de repuesto y que aunque esa ya estaba mojada, lo mejor era que se la quitara. Cuando lo hizo me sorprendió mucho ver el tamaño y grosor que había alcanzado su verga, era considerablemente más grande y gruesa que la mía, en esos momentos pensé muchas cosas pero ya estábamos en eso y la que tenía la última palabra era mi esposa.
Cuando Lolita salió del baño él ya se había metido al agua, ella también lo hizo y Jorge le pidió que se recostara boca arriba sujetándose con los brazos de la orilla de la tina mientras él continuaba con el masaje.
Ella lo hizo así y en pocos momentos Jorge estaba prácticamente sobre ella dándole masaje en sus pechos y sus hombros, en eso ella me volteó a ver con cara de sorpresa seguramente al sentir directamente la verga de Jorge sobre su panocha, yo hice una expresión de que estaba bien, y ella cerró los ojos a manera de seguir disfrutando de lo que estaba pasando.
Fue bastante tiempo el que estuvieron así hasta que él le preguntó si quería que le acariciara la espalda, ella asintió y él le pidió que se volteara y se sujetara de la orilla con sus manos, ella tenía su cabeza sobre sus brazos y estaba casi acostada en la tina. En esa posición estuvieron un buen rato hasta que Jorge le pidió que se levantara un poco a fin de poder darle masaje en su estomago, vientre y pecho pero así como estaban, ella se levantó un poco y él comenzó a acariciarla, ella estaba prácticamente en cuatro patas y sólo sujetándose de la tina con sus manos, yo los veía y sus cuerpos estaban casi pegados, era obvio que la verga de Jorge estaba en contacto con las partes íntimas de mi esposa.
continuara....
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