martes, 6 de febrero de 2018

El movil perdido


Hola, antes que nada me presento; Me llamo Ahmed tengo 48 tacos y esta historia me paso el pasado verano.

Trabajo como segurata en un parking y no es un trabajo lo que se dice apasionante. Por la noche no hay mucho agetreo y los compañeros y yo buscamos formas de pasar el rato. lo mejor es si se puede conseguir un ligue (o en su defecto pagar una putilla) y tirarsela en la garita. pero claro, no siempre uno puede mojar tanto como quisiese. Aquel mes en concreto yo estaba a dos velas, cuando me encontre un movil perdido. Por puro aburrimiento empece a cotillearlo y me di cuenta que no tenia contraseña ni nada. Por lo visto pertenecia a una chavalita, pues tenia muchas fotos de si misma. No estaba del todo mal, la tia, asi que busque en la galeria a ver si tenia alguna fotito picante jeje y encontre un par. En una salia en tetas frente al espejo, y en otras tocandose el chochito. ¡Incluso encontre un video! me lo pase todo a mi movil rapidamente. Pero la foto que mas me llamó la atencion fue una en la que salia en la playa junto con una amiga, en bikini. Joder como estaba la amiga... rubia, tetona, y un poco cara de tonta, la verdad, pero que mas da.

Mire en los contactos del movil y encontre a la rubia.Se llamaba Sara y en su foto de perfil salia de fiesta con escotazo, fue entonces cuando me dije; yo a esta me la follo. Me apunte su numero , por si acaso, y cotillee la conversación. No se hablavan desde hace mucho, y por las cosas que se decian se ve que solian estudiar lo mismo. Salieron un par de veces de fiesta y poco mas. Decidi escribirle usando el movil que me encontre.

"Hola sara. Hace mil que no te veo ¿Cómo te va?"

El mensaje quedo en el aire. normal; era tarde. Decidi aprovechar el tiempo y subir las fotos y el video a una web de porno casero bajo el titulo "morenita se toca para mi". en la descripcion puse "a esta zorra le pone mi rabo ¿Vosotros os la tirabais?". A veces hago fotos a las tias a las que me tiro cunando no me ven y las subo aqui. Tambien subo las que me mandan las tias con las que ligo por internet si las convezco de pasar alguna. El resto de la noche paso sin novedad, pero al dia siguiente me llego un mensaje al movil de la chica:

"Lorena? cuanto tiempo ^_^

"Pues no mucho que contar y tu?" contesté

"Pues me contrataron este verano en la piscina. Trabajo vendiendo helados jji" 

Sabia que no podria seguir mucho con la conversacion intranscendente, asi que me arriegue un poco "¿Sigues con aquel chico?"

"¿Jaime? Que va! no llego a nada en verdad" habia colado

"Y algun otro desde entonces ;)"

"Joder lore, que cotilla XD. La verdad es que no" algo en la forma en la que lo escribio me llamó la atencion. Como si le avergonzase el tema. Por desgracia el telefono se colgo poco despues. Finalmente la dueña se dio cuenta de que lo habia perdido y bloqueo la tageta o algo. Por suerte yo ya tenia el numero de sara,a siq ue no me hacia falta. Me cree un whatsap falso y me puse en conctacto con Sarita. Le dije que me habian robado el movil y que este era mi nuevo numero. Como ambas chicas no se hablaban desde hace mucho, no era probable que se pusiese en contacto la verdadera Lorena con ella, asi que todo bien.

Los siguientes dias fuimos charrando de vez en cuando. Fui sonsacandole cosillas a saritas y sus melones. Era rubia de bote, no habia conseguido entrar en la uni por que no le llegaba la media y vivia con papa y mamá. Nada muy comprometio. Eso no quito, claro que me la cascase varias veces con su foto en bikini. Estaba deseando correrme sobre esas tetas. Hasta que llegó el sabado noche. Cuando la gente lleva ya unas copas, se suelta mas y cuenta sus mierdas. Sarita no era excepcion.

"hola tia, ¿Qué tal? ¿Como va la noche?" la salude

"buenas.. "

"¿Pasa algo Sara?"

"No tranquila, es que.. joder, siempre me pasa igual"

"anda, cuentale a la tita lore"

"me da un poco de verguenza"

"etamos entre amigas, lo que digas no saldra de aqui"

"okey... es que bueno, vengo de un ligue de una noche"

"¿tan temprano?"

"ese es el problema tia, siempre me ponen muy burra y al final se corren ellos y ya esta. Y lo peor es que este me gustaba mucho. icluso... nos hemos estado pasando fotitos y videos y eso toda la semana. y al final otra mierda polvo. Si es que los busco todos mal"

"tranquila, tia, nos pasa a todas alguna vez. ya veras como encuentras alguno mejor"

"¿tu crees? tu es que eres fuerte y no necesitas ningun hombre" Esta era la mia

"Mira, como has sido tan sincera conmigo, te contare un secreto. Yo tambien soy muy de lios de una noche"

"¿tu? pero creia que eras de las que o novio o nada"

" es que no me gusta que me vean como a una guarra, pero tambien me desmeleno ¿Sabes? Mira, si quieres te pongo en contacto con un chico. me lo he tirado un par de veces y creo que te molara" espere en silencio unos minutos. Si no colaba a la mierda todo. Por suerte la tia era tonta.

"bueno, pero es guapo?" premio.

Le mande una foto mia sin camiseta.

"¿No es un poco viejo?" Contaba con eso. bueno, tendria que convencerla

"bueno, no tanto. ademas la edad no es lo que importa"

"claro, importan los cm y como es negro la tendra larga jajaja"

me saque el rabo y le hice una foto. se la pase.

"wuao. pues no está mal" sonrei para mi

"y eso es bajada, Erecta es mas grande. anda pasame una foto tuya que se te vea bien y se la mando para organizaros una cita"

me mando una fotode cuerpo entero

"no no, Sara, una que enseñe mas carne"

se lo penso pero finalmente mando una en la que salia desnuda de cintura para arriba con el pelo tapandole las tetas. Es misma noche subi la foto a mi web favorita, donde la "rubia tetona" ya tenia bastantes seguidores que confesaban haberse pajeado con sus fotos y spedian una en la que saliese sin ropa. pronto la tendrian.

Le conte a Sarita que era segurata y que era un buen sitio para frungir. Accedio a la cita sorpresa y al sabado noche ya la tenia de camino al parking: antes de que viniese, puse el movil en la estanteria mirando para la garita y lo puse a grabar.

— Hola, tu has de ser Sara.— Ella sonrrio nerviosa. llevaba un top rojo que marcaba sus pezoncitos. Delicioso.

—Si, y tu eres... Ahmed?—Eso es; pasa pasa. Note que le gustaba. El uniforme de segurata no es gran cosa; pero cualquier uniforme da cierto morbo, las tias se pirran por esas cosas. La lleve a la garita y le dije que se pusiese comoda. No me ande con mierdas y en cuanto se volvio a mi la bese. Se notaba que hacia mucho que no follaba, por que se puso burra enseguida. nos comimos las bocas un buen rato y luego nos empezamos a desnudar. Le quite el top con ansia, queria por fin poder tocar esas tetas enormes. Se las comi bien, mordisquee sus rosados pezoncitos y las estruje cuento pude. Esto termino de pondermela dura dentro del pantalon. Cuando ella lo noto, se arrodillo para mamarmela. Al quitar el calzoncillo junto con el pantalon, mis 21cm se dispararon como un muelle, tocando su mejilla y manchandola de presemen.

Me hizo una señora mamada, ya lo creo. Se notaba que era bien zorra y habia chupado muchas pollas. Casi me corri en su boca, he de reconocer. pero consegui resistirme. Se la saque y le comi en coño. Tenia que saber lo que una lengua madura era capaz de ahcer. Sin preguntarle se la clave y empece abombear. No se cuanto tiepo estuve alli follandola, pero no pareciera que la satisfaciese. Me empece a frustrar y fui mas deprisa; entonces ella gimio. Entiendo, le gustaba mas bruto. probe a azotarle el culo. Guimio mas fuerte. Entendi entonces que le gustaba un poco rudo. Por mi mejor.

La agarre del pelo y la folle como a una puta barata. Y entonces es cuando empezo a gozarlo. Cuanto mas bruto era yo mas fuerte gritaba. Temi que nos pillasen o algo. Finalmente ella se corrio y al poco lo hice yo, dentro suyo. La despedi con una sonrrisa.

pero para sonrrisa la mia; tenia todo grabado. El video no era de mucha calidad, pero se veia perfectamente el cuerpazo de sarita y sus tetas rebotando con cada embestida. A los cerdos pajilleros de la web les iba a encantar.

"Tenias Razon Lorena. Un polvo estupendo ¿Te importa si quedamos mas veces?"

Cine


Habían quedado en las taquillas del centro comercial, para ver una película, cuando se juntaron, para decidir, película y horario, vieron que aún les quedaba una hora de espera y decidieron dar un vuelta por el centro, como era un día de diario y en pleno agosto, el ambiente estaba apagado, el pasear por sus pasillos era agradable. Después de entrar en varias tiendas, cada vez que entraban en una, duraban poco dentro, al salir de la última habían comprado una caja de preservativos, verdes fosforitos que vieron y les hizo gracia pues se suponía que brillaban en la oscuridad 

- Hmmm. Ella le sonrió,

su mano izquierda cogió la mano derecha y sin remediar el acercamiento un poco más a ella, pegando prácticamente sus muslos desnudos a los él; su excitaba mente le jugaba malas jugadas, no podía dejar de mirar sus tetas, este cada vez más excitados, como la película no empezaba hasta dentro de una hora decidieron tomar algo en un bar del centro, sentados en la mesa del bar no se dio cuenta ella que de repente una mano suave subió por debajo de su vestido hasta llegar a su pubis, ella que en ese momento bebía de un tercio, no paro de hacerlo mientras jugueteaban debajo de ella empapando su vagina. No pudiendo remediar el seguir el juego lentamente se levantó y fue al lavabo, al poco volvió y sin decir nada beso al joven que la esperaba, al terminar puso su bolso al lado de abierto dejando ver que su ropa interior había cambiado de lugar, sin poder remediarlo miro a sus pechos, y afirmando su creencia se percató que no llevaba sujetador y sus pezones se marcaban perfectamente a través de la tela del vestido. Después de eso fueron al cine y acomodándose en sus asientos nadie había y eso que la sala ya estaba a oscuras el vestido blanco ceñido que no hacia más que realzar sus curvas era de palabra de honor, unas botas marrones oscuras hasta la rodilla y medias hasta la mitad del muslo con un liguero blanco. Su brazo se deslizó del soporte hasta el lateral de su pierna, quedando encajada entre esta y la butaca, comenzando a mover los dedos en una turbadora caricia. Con mucho disimulo empezó a darle ligeros apretones como si quisiera comprobar la consistencia de la carne. Su dedo pulgar tropezó con el pliegue del vestido, descubierto el camino, pronto el resto de sus dedos siguieron al gordito adentrándose bajo esta

- Haaaaaah… hmmmmmmmmmmmmh… haaaaah. Sigue, amor, no pares de acariciarme

Cuando sintió el contacto de su mano sobre la media se estremeció, la sensación de vergüenza y algo de miedo, se fue tornando en curiosidad y un principio de morbo. La respiración se le aceleró cuando la mano alcanzo su bajo vientre y descubrió el espacio entre la media y donde debería de llevar la ropa interior, su suave piel recibió las leves caricias de aquellos dedos que, tenía que reconocerlo, la estaban excitando. Lentamente, separé los muslos con su mano, esta se deslizó rodeando la carne del muslo hasta acariciar sus labios vaginales

- ¡Oh, Javi, por favor, yo… ooohhhh! - Gemí tratando de justificar su actitud y sintiendo como los dedos de este la penetraban

Primero introdujo el meñique por el lateral, lo que franqueó el paso a otros dedos, su excitación iba en aumento, después de recorrer su húmeda grieta con las yemas de sus dedo, siendo el más directo su dedo corazón el cual asumió el protagonismo al recorrer su ingle, rodeo los labios, bajó sobre ellos sacaba y metía su falange apretando la parte superior rozando su punto G, la estaba derritiendo

- Sí, síiii, síiiii. gemía alcanzando el orgasmo y convulsionando Salió y su dedo, como un arado, me abrió en dos hasta que alcanzó el clítoris.

Sabía cómo hacer gozar a una mujer, comenzó a describir espirales sobre él clítoris sin sacar el corazón de su guarida, mientras apretaba este lentamente acariciaba el clítoris con su índice para ir acelerando. Pequeños espasmos, que intentaba controlar el orgasmo que le sacudía el cuerpo. Después de eso y viendo como estaba él, se inclinó sobre su entrepierna para poder bajarle la cremallera y sacar su polla tiesa, esta salta y se queda ahí parada muy cerca de sus boca, apuntando al techo viéndose tan apetitosa… Entonces empezó a notar una humedad en la punta de su polla, la lengua de esta estaba lamiéndome la punta, estaba lamiendo los juguitos pre seminales que tenía en la polla, se notaba que era una experta con la lengua, recorriendo con su lengua plana la polla, desde donde dejaban sus tejanos hasta la punta, donde con movimientos circulares sobre el capullo, le hacía ver las estrellas. Estaba en el cielo, estaba en el paraíso con su lengua recorriendo su polla, hasta que de golpe se la metió entera en la boca con cuidado se inclino un poco más y paso la punta de la lengua a lo largo, poniéndole demasiado, sin parar de lamerle cada vez más rápido, paso la lengua por todo el tronco y entre metida y sacada se deleita y entretiene con la punta. Con sus labios alrededor bajando muy despacio, mientras juego con la lengua, y después más y más hondo cogiendo ritmo, aspirando mientras presiona con sus labios devorando con ansia metiéndosela entera llegando hasta los huevos, con la respiración a mil, sujetas con una mano la polla mientras marcándose un ritmo desenfrenado., el morbo y la excitación pudieron con él y la empezó a acariciar la cabeza. Bajando la mano de su nuca para llevarla hasta las tetas, dejo de comérsela pero no paro de pajearle, sus labios se fundieron en uno mientras sus lenguas se buscaban, con la mano acariciando el contorno de sus pechos bajo el palabra de honor del vestido dejando los dos grandes pechos al descubierto, que las empezó a masajear, a acariciar, a rozarlas, como un loco, rodeando su pezón con sus dedos y jugueteando con él, iba notando como se excitaba solo de los movimientos que notaba en la polla dentro de su boca. Pasaba de una teta a otra, acariciándoselas y rozándoselas

- ojala pudiera pasar mi lengua por aquí. Le dijo mientras señalaba uno de los pezones erectos

Notando como su mano iba aflojando el movimiento, y como su firmeza iba desapareciendo hasta dejar de notar su mano en mi polla. Con prisas desenfrenadas su boca se apodera de cada uno de los pezones de la joven pasando de uno a otro los cuales mordía y chupaba sin miramientos, volviéndola loca de dolor y placer.

Mientras estaba chupándosela esta se percató que no tardaría mucho en acabar, al percatarse de como comenzaba a hincharse sus venas, no se hizo esperar mucho más, pues sintió sus primeros trallazos, los primeros lo sintió fuertemente chocar el fondo de su garganta, produciéndola sentir arcadas, por la gran cantidad de líquido que tenía en la boca, al sacársela de la boca y nada más levantarse de su boca al escupir el semen que resbalaba por la barbilla de la cual caían sus jugos, sintiéndolos sobre sus pechos, muslos y de estos recorrer la piel hasta sus pies, notaba lo viscoso y caliente que estaban, mientras estos se diluían por sus muslos. Mientras este sujetaba su miembro con la mano, mientras la miraba con cara de asombro, más por la situación que por otra cosa, mientras este continuaba paseándosela a modo de soltar sus últimos chorros, eso sí apenas había perdido su erección. Se limpió como pudo y después de eso se arregló para terminar de ver la película la cual estaba ya en el cenit y la faltaría más o menos veinte minutos para acabar. Al salir del cine era muy tarde y no había nadie por los pasillos del centro hasta la salida al aparcamiento todo en silencio, y sin mencionar nada de lo ocurrido. Al llegar al coche abres la puerta del piloto y pones la llave en el contacto, metiendo solo la cabeza y dejando su culo en alto en posición desafiante, de repente salta la radio con el dc que dejamos puesto.

“New blood joins this earth, And quickly he's subdued, Through constant pained disgrace, The young boy learns their rules, With time the child draws in, This hipping boy done wrong Deprived of all his thoughts".

Un espasmo le recorre entera mientras de fondo se escucha a Metálica, la falda del vestido es demasiado corta y demasiado ajustada noto sus manos que recorre desde la liga de las medias hasta su culo subiendo la tela con ellas, como una yema roza el clítoris, ya fuera de sí, su vestido avanza más y sin previo aviso llega hasta su cintura, ella no se inmuta y es recompensada con la suave caricia de una lengua, que recorre las mediaciones de su hinchado y húmedo clítoris y a la vez que se deleita en los flujos de una ya más que estimulada vagina, sus labios vaginales se separan a la presión suave y dulce de su invasora

- Estoy deseando que me toques, que escurras tus dedos entre mis piernas mientras me arrancas el vestido a bocados, que muerdas mis labios, mis pezones, que ya están duros, esperándote. Le dice entre gemidos

Sus manos van bajando sin remedio, perdiéndola en la noche, acunada por el salvaje rock and roll. Aparta a un lado sus labios y mete un dedo suave, saboreando cada centímetro que recorre en su interior, sus labios se abren en aprobación y mete el segundo todo esto acompañado por su lengua que mientras acaricia el clítoris de forma desenfrenada, mientras la muerde el cuello sin reparo, la mano que en principio acariciaba los muslos se ha trasladado al pecho, la cual sin reparos intentas sacarle las tetas. Su mano se lanzan al pecho, desnudándola, dejando sus grandes pechos fuera colgando mientras su cabeza apoyada en el asiento del piloto sobre le sirve de sujeción con la ayuda de las mano, estas se aferran a los asientos apretándolos. Sin saber por qué deja de sentir ese placer de los dedos y de su boca, sus piernas le fallan un poco y nota como se van desplomando, unas manos impiden que sus rodillas lleguen al suelo cuando vuelve la cabeza para mirarle a los ojos nota como de una estocada su polla entro hasta la boca del útero haciéndola gritar de placer. Notó como se derretía al meterla poco a poco y como sus flujos salían fuera de su vagina empujados por el pene de Javier, también acariciaba con su mano el clítoris, sus dedos empapados de ella los llevo a su boca, ahí los chupo con ansia relamiéndome, en ese momento sintió la lengua sobre su cuello, pensaba que era lo mejor del mundo, pero entonces notó como se tensaban sus muslos y se corría mientras que gritaba de placer. Pensaba que era lo mejor, pero entonces sintió que se rompía, solo la había estado penetrando hasta la mitad y ahora empezaba a usarla toda. La llenaba del todo, volvía a acostumbrarse a que la penetrara poco y volvía a llenarla entera. Sus gritos llenaban el habitáculo del coche donde tenía la cabeza y notaba que volvía a correrse. Tensó los muslos y empezó a contraer su vagina alrededor del pene de Harry, apretándolo intentando sacarle todo el jugo y eso es lo que pasó cuando se metió hasta el fondo y empezó a correrse dentro. El primer chorro bastó para que le quemara por dentro y volviera a correrse como una perra. Se la saca y según va saliendo una gran cantidad de semen acompaña el movimiento, al sentirse liberada de la polla del chico la joven se sienta como puede en el asiento del conductor, mientras su acompañante hace lo mismo en el de al lado

- Vamos para la parte de atrás…Estaremos más cómodos, amor…- dijo él.

Ella asintió gustosa. Él se deshizo pronto de la ropa. Ella se quitó el vaporoso vestido y ambos quedaron desnudos 

Seguían tocándose, besándose con fruición el l con cuidado, seguía masturbándola su hinchado clítoris, mientras ella cogía el pene erecto y con su mano iniciaba un movimiento arriba y abajo.

- Siéntate – le dijo ella – Quiero sentirte mientras me siento sobre ti…

Ella se volvía loca en esta posición. Le encantaba sentir su erección palpitando en su suave culito, mientras él le besaba la espalda y los hombros, pellizcando sus pechos, abarcándolos con sus manos y masajeándolos con placer. Las manos de él bajaban por su vientre y la acariciaban ella gemía.

- Quiero que me folles, por favor…- decía ella, entre gemidos.

Él separaba sus nalgas, a la vez que ella abría un poco sus piernas y se apoyaba en sus rodillas, así, a su espalda y con el pene descomunalmente erecto, se acercaba a su encharcado agujero, guiándose por el glande que notaba detrás para comenzar la penetración. El momento justo de la entrada inicial hacía que ella casi se corriese. Él la levantaba un poco, ejerciendo presión sobre sus nalgas, obligándola casi a estar de pie. Realizaba la entrada y salida del conejito con rapidez, apoyado en su cintura y su espalda. Ella se agarraba a los respaldos delanteros, mientras le susurraba que no parase. Ella seguía gimiendo, sintiendo que la partía en dos, mientras se corría furiosamente, notando como sus flujos corrían por sus muslos. Él la poseía con fuerza, sin rudeza pero con virilidad, como a ella le gustaba. Ella conseguía cotas de placer que no había notado nunca y notaba en el fondo de la vagina los empellones de su hombre. Casi simultáneamente se corría por segunda vez…

- Aaahhh!!!! Siii!!! Que rico!!!…eso!!! Siii!!! Aaahhh!!!, Gimió mientras la abrazaba fuertemente a la vez que se la hundió toda



Por los gemidos él notó que estaba a punto, la levanto de su regazo, ella agarro con ambas mano su polla tiesa y empezó a mamarla y a masturbarlo fuertemente, al mismo tiempo que se lo metía en la boca. Sabía extrañamente familiar, con sus flujos en su superficie; ese enorme nabo palpitaba entre su paladar y su lengua y a ella eso la excitaba enormemente. Él la avisó, suavemente, que estaba a punto y por eso la saco de su coño, para que se la comiera, después de saborear su rabo, él la levanto un poco justo para poder abalanzarse sobre sus tetas y pellizcar los pezones, mientras ella gemía de gusto.



Con cuidado agarro tu sexo y me sorprende lo grande y duro que está, el mínimo contacto te pone a mil, noto que estás a punto de correrte… La coloco a la entrada de mi vagina y me siento de golpe, enterrándola dentro de mí y empiezo a cabalgarte deprisa, mientras tú te agarras a mis caderas resoplando, cada vez más rápido, cada vez más gemidos… siento tu polla a punto de estallar…y te corres sin previo aviso, noto el calor de tu leche, tus contracciones. Me tumbo sobre tu cuerpo derrotada, dejándote que disfrutes, y despacio, me levanto y salgo del coche, completamente desnuda, con tu semen y mis fluidos resbalando por mis piernas… Veo un coche parado cerca de nosotros, no le hemos oído llegar, pero me da igual, mejor si han podido ver algo y encima han disfrutado. Bajó su mano e introdujo un dedo en su ano moviéndolo en círculos la sensación de hormigueo y excitación es indescriptible. Otro de sus dedos comenzó a acariciar mi clítoris comenzando a excitarse más aun, sabedora que le violaría el culo. Cuando su glande reemplazó al dedo en el esfínter, su ano aún no estaba del todo dilatado

- Métemelo ya…no puedo aguantar tu tortura. le dije al borde del delirio.

Mientras bajaba su culo para sentir dentro la polla

- Mmmmmm Mmmmmm Mmmmmm

Cuando la tuvo totalmente adentro empiezo a follarla despacio, se la meto y se la saco despacio, poco a poco, el ritmo va aumentando y empieza a follarla con desesperación

- Ahhh Ahhh gritaba el a la vez que le apretaba las tetas con vehemencia

Empezó a masturbarse mientras la penetraba, estaba encima de él metiéndose la polla, ahora totalmente erguida. Botaba sobre la polla, mientras se hacía una paja. Tocaba su pecho con la mano libre, o se lo llevaba a su pelo y jugaba con su melena. Aquello no podía durar mucho y estalló en un tremendo orgasmo, gimiendo más de lo habitual, pero el no paro y continúo aladrando su culo

- Tranquila, me corrí en tu boca, luego en tu coño como, ahora te voy a follar el culo y correrme dentro de él. Le dijo al odio

Por su parte Javi llevó las manos a las tetas de teresa y empezó a sobarlas mientras que la besaba en el cuello. Aquello era el paraíso. Sintió como este apartaba una de las manos y se la llevaba a la boca. Cuando volvió a estar libre, la dirigió directamente a su entrepierna y la metió entre los labios vaginales

- hhhh Uhhhh Mmmmm Mmmmm, gime suavemente aprobando la idea

Metiéndosela de nuevo de un golpe hasta golpear sus bolas contra las nalgas, esta cerro los ojos instintivamente para concentrarme en el placer, de su polla bombeando su culo, mientras su lengua lamia la nuca, ella respiraba tan fuerte y tan rápido que él no tenía claro si ya se estaba corriendo, asique por si acaso así que acelero el ritmo y las penetraciones, se corrió por las pata abajo mientras soltaba un bufido que parecía un orgasmo invadió su cuerpo y un placer que no puedo describir se apoderó de ella, pegando un grito desgarrador  a la vez que noto como su coño y el ojete se contraía dificultando

- me corro, me corro joder. Dijo a pleno pulmón

Empezó a eyacular chorros y chorros de flujo obligando la mano que tenía en el coño la tuvo que retirar, un squirt y había sido con la polla en su culo mientras se masturbaba, los chorros alcanzaron algunos el cristal del parabrisas y otros el salpicadero, cayendo de espaldas encima de mi sodomizador y volviendo a cerrar los ojos aún con su polla dentro de su culo, moviendo está dentro de ella para volver a sacarla, notaba como su esfínter se abría y se cerraban a medida que aquella polla entraba y salía dilatando su culo, Javi se tomó su buen tiempo en darla ese tratamiento, era algo que la excitaba y él se lo consentía

- Cariño, me estoy corriendo, me estoy corriendo, le dijo sin tiempo a reaccionar.



Su corazón latiendo sobre su espalda, su semen fluyendo cálido y ella ronroneando como una gata satisfecha había inundado el culo de teresa de esperma caliente, en una corrida especialmente intensa, especialmente larga, especial en todos los sentidos. Solo unos segundos después de eso ella se levantó dejando caer una cantidad de semen sobre el asiento de atrás, se acomodó el vestido y se dispuso a partir a casa. Fin.

Mi primera vez siendo una perrita.



No entiendo cómo he podido llegar a este punto. Llevamos ya 15 años casados, y siempre he pensado que teníamos una vida sexual normal, incluso algo atrevida. Pero él me contó su fantasia de tener una esclava y me fue poco a poco convenciendo, hasta que un día que estábamos solos, le dije que sería su esclava durante un día entero. Mi marido me contaba todo lo que haría si yo lo aceptaba; pero solo iba a ser un juego - pensaba yo.

Aquí, sola, desnuda, encima de mi cama, llorando. Algo hice mal, me azotó fuertemente, me dolió, yo me quejé, y me dio varios azotes más. No lloraba por el dolor, lloraba porque pensaba en lo humillada que me sentía, y lo peor de todo, notaba mi coño caliente y húmedo; estaba excitada. Cuando terminó me dijo con su voz grave que me dejaría sola pensando en lo mal que me había portado, y se fue; no sé dónde ha ido. 

Empiezo a repasar todo lo que hemos hecho hasta ahora para intentar entender qué hice mal.

Nos despertamos por la mañana bastante tarde, mi marido se bajó a preparar el desayuno, me lo subió y dándome un beso me dice que en cuanto termine de desayunar me duche y me ponga la ropa que iba a dejar preparada en el baño, y que a partir de ese momento ibamos a empezar el juego; estaba nerviosa y emocionada, ya que me encanta hacer cosas nuevas con él.

Mi marido es alto, corpulento, bastante grande; tiene un pene más bien normal, él dice que pequeño, con unos testículos que la verdad son bastante gordos y grandes. Suficiente para mí, la verdad es que me da mucho placer. Yo, una mujer ya madura, de 50 años, con unos pechos ya caídos a causa de los años y los embarazos, pero grandes, soy delgada y tengo un culito pequeño que casi parece de niña.

Me duché y me dispuse a preparme para el que sería mi Amo durante ese día, vi la ropa que me tenía preparada, y me sorprendió, ya que no ví nada fuera de lo normal. Un conjunto de sujetador y tanga negros con puntilla, unas medias y una falda y una camiseta negras. Salí del baño ya vestida y perfumada, y ahí estaba él sentado en nuestra cama mirándome, me voy acercando a él, le beso.

-¿Estás segura de querer jugar?

-Sí - le respondo.

-Muy bien, solo tienes que hacer todo lo que te diga, sin preguntar; todo lo que quieras hacer me tendrás que pedir permiso antes; y te dirigirás a mi como "Amo"¿de acuerdo?

-Sí 

En ese momento me pellizca los pezones provocandome dolor.

-¿Cómo dices? - me pregunta sin dejar de pellizcarme.

-Sí... Amo.

-Muy bien perrita - lo dice dándome un beso en la frente - mira, tengo una sorpresa para tí - saca un collar de perro color rosa - desde ahora hasta que yo te diga llevarás puesto este collar, eso quiere decir que serás mi perrita y como tal te voy a tratar. Cuando quieras terminar el juego solo tienes que quitarte el collar.

Me coloca el collar y me da otro beso. " Me parece raro, pero creo que me gustará este juego"; pienso.

En ese momento me agarra del collar y tira de él llevandome hasta el salón, él se sienta, me voy a sentar a su lado; cuando lo intento me agarra fuertemente y hace que me quede de rodillas en el suelo;

-¡Levantate la falda perra!

Me quedo quieta, sin entender lo que ocurre; me vuelve a repetir la orden, pero yo sigo quieta. Derrepente me levanta me pone encima de sus piernas me levanta él la falda y me da dos azotes.

-Esto es por desobedecerme. - me da otros dos azotes más fuertes - ¡Y esto por obligarme a castigarte!

Me escocían las nalgas, en ese momento él me las acaricia con cariño y suavidad;

-Tienes que obedecer a la primera, hazme caso en todo lo que te diga; ya irás aprendiendo putita.

En ese momento noté como se me mojaba el tanga. Me pongo de pie y le pregunto que desea que haga; me pide que traiga una botella de cava que hay en el frigorífico y una copa, se lo traigo. Abre la botella se sirve una copa y se la bebe.

-¿Quieres un poco?

-Sí

Él se levanta y se va, vuelve con dos pinzas de tender la ropa, me levanta la camiseta y me quita el sujetador, yo estoy paralizada, sin saber qué hacer o cómo reaccionar; me empieza a chupar un pezón hasta ponermelo completamente duro, ufffff ¡qué rico!, cierro los ojos disfrutando y derepente noto un dolor punzante casi insoportable, grito y miro hacia mi teta, me ha colocado una pinza; repite la misma acción con el otro pecho, ¡cuánto dolor!

-Te dije que me siempre me contestaras tratandome como Amo.

-Sí Amo. - le contesto esperando que me quite las pinzas, pero no lo hace.

Ahí estaba yo con las tetas fuera y con sendas pinzas colocadas en mis pezones mientras él se sentaba y tomaba cava. Al rato se levanta y me lame mis pezones doloridos y me empieza a acariciar el coño por encima del tanga (¿pero qué me pasa?), estoy excitada y empapada, él se da cuenta y se rie. Me quita la falda y se va a la habitación; vuelve con un consolador gordo que me regaló hace no mucho; era muy gordo, casi no me entraba entero en el coño; se sentó en el sofá y me dijo que me pusiera encima de sus piernas, me puso el tanga a un lado, escupió en mi culo y empezó a embadunarlo con sus babas; mis nalgas, mi agujerito; volvió a escupirme y sus caricias iban en dirección a mi coño que estaba empapado y palpitante, me estaba poniendo muy cachonda, aunque a veces pequeñas punzadas de dolor me hacían recordar que tenía los pezones presos entre dos pinzas, pero me daba igual. Así estuvo un buen rato, casi llevandome al cielo; cuando dejó de acariciarme y sin previo aviso empezó a meterme el consolador por el culo, en pricipio parecía que iba a meterlo, pero mi agujerito empezó a reaccionar ante tal intrusión y se cerraba; pero a mi marido eso solo le sirvió de acicate para empezar a meterlo con más fuerza; empecé a patalear a decir que me dolía, pero él seguía constante intentanto abrir mi culo con ese consolador enorme, hasta que lo consiguió, ¡qué dolor más horroroso!, no paraba de decir que me dolía, que me escocía, pero notaba como seguía entrando ese trozo de plástico en mi culo, dejándomelo completamente abierto. Me dijo que estaba la mitad dentro, y empezó a azotarme y a decirme que tiene que entrar entero, que una buena puta se traga lo que sea por el culo; y lo estaba consiguiendo, seguía notando ese dolor tan horrible, pero a la vez notaba mi coño palpitar; aún hoy no lo entiendo. 

-¡Ya lo tienes todo dentro perrita! 

Ahí lo dejó metido, no sé cuánto tiempo, para mí fue una eternidad; finalmente lo sacó, rápido y con brusquedad, otra punzada de dolor enorme; pero esta vez fue seguida de un gran alivio y placer, sinceramente, casi me corro. Me ordenó que me levantara;

-¿Quieres una copa de cava putita?

-Sí Amo - le contesté con voz baja y casi sin poder tenerme derecha debido al dolor que notaba en mi pobre culo.

Sirvió una copa y me colocó las manos detrás de la espalda, me dijo que no las moviera de ahí; empezó a darme de beber de la copa, notaba el frio de la bebida que me caía de mi boca a mi garganta, sirviendome de gran alivio. Me hizo beber toda la copa, sirvió otra dio un sorbo y me besó, pasándome la bebida de su boca a la mia; otro momento de gran placer. Se separó de mi y me volvió a dar de beber, pero no me dejaba tiempo a tragar, iba volcando la copa en mi boca sin esperar a que yo tragara, por lo que empezó a rebosar de mis labio escurriendo por mi cuello llegando a la camiseta; llenó otra copa e hizo la misma operación, se escurría el cava frio por mi cuerpo, cuando llegaba escurriendose por mis pezones me escocia, en la siguiente copa intentaba quitarle con mis manos, pero me las golpeba y decía que las dejara atrás; que tenía que beberme toda la botella; pero me era imposible, estaba tirando casi todo por mi cuerpo, y ante tal impotencia empecé a llorar; y él continuó hasta que vació toda la botella. Estaba empapada en cava, babas y lágrimas; parecía darle igual, entonces cogió una de mis manos y la llevó a su polla; estaba durísima.

-Mira como me estás poniendo y cómo me haces difrutar perrita - me dijo.

Yo seguía llorando pero a la vez emocionada por ver como estaba complaciendo y dando placer a mi Macho, le empecé a masturbar, pero me paró en seco, me dio un azote y me dijo que no le tocara, ya que estaba sucia, me agarró del collar y me llevó al baño, me metió en la bañera me puso de rodillas y sin previo aviso sacó su polla que ya no estaba dura y empezó a mearse encima de mi riendose, yo otra vez empecé a llorar, cuando terminó me dijo que me duchara y fuera a la habitación desnuda y con el collar puesto.

Me empecé a desnudar, estaba fría y empapada, lo que más me costó fue quitarme las pinzas de los pezones; me dolió muchísimo, pero otra vez ese dolor bajo hasta el vientre y mi vagina otra vez palpitando y mojándose. Me duché, me volvi a colocar el collar; tenía los pezones latiendo, el coño me quemaba, salí a la habitación y estaba él sentado en la cama desnudo masturbándose viendo un video porno, me dijo que me pusiera entre sus pierna y le chupara la polla. Empecé lamiendole los huevos, como a él le gusta, subiendo por el tronco duro y palpitante, y chupandosela; jugando con mi lengua y su polla metida en mi boca. Me abofeteó;

-¡Asi no perra!, comemela como una puta, metetela entera.

Empecé a meterme la polla en mi boca otra vez, poco a poco, pero en cuanto me alcanzó la campanilla tuve una arcada, me quité, volví a intentarlo, y otra arcada; 

-No puedo Amo.

-Abre la boca y metetela-me inquirió casi enfadado.

Otra vez lo intenté, y cuando lo estaba haciendo agarró mi cabeza con sus dos grandes manos y empujó mi cabaza hasta que mi nariz tocó su pubis y me gritaba

-Así me la tienes que comer

Tenia mi garganta ocupada por su glande, no podia respirar, me estaban entrando unas ganas enormes de vomitar, yo le golpeba para que me soltara, me agitaba como un pollo sin cabeza. Me soltó. Tosía y babeaba, intentaba tomar aire y de pronto un tortazo.

-Comeme mi polla entera puta

Y volví, otra vez me agarró la cabeza, era horroroso, cuando me soltó me amenazó

-No te saques la polla de la boca perra

Eso hice, pero él sin dejarme tomar aire me la volvió a clavar en la garganta, repitió la operación otro par de veces, no podía casi respirar, babeaba sin control y me sentía muy humillada. En ese momento me soltó y me dijo con cara de asco:

-Tu hermana además de estar más buena, seguro que sabe chuparla mucho mejor que tú.

Eso fue lo que más me humilló, pero no contento con eso se incorporó me tiró boca arriba en la cama, se puso encima de mi y me empezó a follar con violencia; entraba y salia de mi con su polla tan dura como nunca antes; no recuerdo la última vez que tuvo la polla tan dura; practicamente me estaba violando, yo no notaba nada de placer, pero sí notaba como mi coño seguía empapado, notaba las contracciones de mi vagina, y él diciendome una y otra vez lo mojada que estaba y como mi coño apretaba su polla. Se salió de mi interior, noté una mezcla de alivio y desilusión, era muy extraño; no me gustaba lo que hacía, pero quería que siguiera follandome, quería seguir sintiendo que era su hembra, su perrita. Notaba una extraña sensación de humillación y asco mezclada con excitación y el deber de dar placer a mi macho sin importarme lo que yo sintiera. Solo quería darle placer a Él, deseaba seguir sufriendo para que mi Amo me deseara más.

Empecé a tocarme, delante de Él, y no sé cómo, empecé a correrme como nunca, gritaba agitada, notaba el placer por todo mi cuerpo, me quemaban las tetas, me ardía el coño, mi boca estaba seca y abierta sacando todo lo perra que realmente soy. ¡Gran error!

Aún estaba con los estertores del orgasmo más brutal de mi vida cuando noto que me abren las piernas, un gran azote resonó en toda la casa, un azote en mi coño, fuerte y muy doloroso.

-¡PUTA!¿QUIÉN TE HA DADO PERMISO A TOCARTE Y CORRERTE? 

Otro azote fuerte; cerraba las piernas gritando de dolor y llorando, peró Él las volvía a abrir y me volvía a azotar el coño. Jamás había sentido un dolor tan fuerte ni tan profundo, estaba perdida, no sabía qué había ocurrido, me azotaba con furia y fuerza. 

Y aquí sigo en la cama, con el coño latiendome de los azotes, pero tambien excitada; y cabreada conmigo misma, llorando humillada. Sin quitarme mi collar de perra, para cuando llegue mi Amo.

Maria y Marta Parte 2


María cogió la mano de Marta llena de los fluidos del coño de María y se la llevó a la boca para chuparle los dedos y saborear su propio coño. María seguía de pie, delante de Marta e inclinada hacia adelante, la puerta de la calle seguía abierta y yo estaba detrás con la polla metida en el coño de María. Marta miraba a María con cara de impaciencia y excitación, esperando a que María la consolase. María mientras tanto seguía cachonda perdida.

Antes de sacarse mi polla de su coño y dedicarse a Marta, María pegó un par de empujones hacia atrás con su cadera para terminar de resarcirse, fueron muy fuertes y consiguieron volver a meterle mi polla bien adentro. Con cada empujón pego un fuerte grito de placer, gritos de medio orgasmo que se oyeron en toda la escalera, María tenía una voz muy delicada pero follando era jodidamente gritona. María se puso de pie y yo saqué mi polla, pero antes de dedicarse a consolar a Marta se giró, se puso de cuclillas delante de mío, agarró mi polla y en lugar de chupármela se la empezó a restregar por toda la cara. Mi polla estaba mojada de haberla follado así que esparció todos sus fluidos del coño por toda su cara, a la vez que miraba girando su cabeza a Marta que no podía estar ya más cachonda ante la situación.

María terminó de sacudirse mi polla contra su cara. Se dio unas cuantas bofetadas en la cara con mi polla mientras ponía cara de cachonda mordiéndose los labios. Me dio un beso en la punta de la polla y se levantó para ponerse delante de Marta. María la fue a besarla en la boca pero en lugar de eso, Marta comenzó a lamerle la cara a María para limpiarle los fluidos de su coño habían pasado por mi polla. María se puso aún más cachonda y comenzó rápidamente a desnudar a Marta. La desnudó completamente y la cogió los zapatos de baile que Marta había traído para ir a clase y se los obligó a poner, ya que sabía que a mí eso me gustaría, porque a Marta, también le hacían un cuerpazo.

María, con Marta ya desnuda comenzó a besarla por todo el cuerpo, las dos estaban de pié, y Marta contra la pared. Yo estaba al lado, y al ver a Marta con ese cuerpazo y esos zapatos ser besada por María, comencé a hacerme una paja delante de ellas. Yo miraba fijamente a Marta, al igual que lo hacía antes cuando me estaba follando a María. Marta me miraba también, y de vez en cuando su miraba se perdía en mi polla y en cómo me estaba pajeando viéndolas a las dos.

Mientas María seguía recorriendo el cuerpo de Marta con su lengua, Marta me miraba y susurraba para no distraer a María diciéndome:

- “fóllame….., fóllame…..”.

María lo oyó, y volvió a la boca de Marta y al odio la dijo:

- “luego le digo que te folle, todavía me toca a mí…”

María cogió a Marta y la sentó en la mesa de cristal que tenía en el salón. Marta se echó un poco para atrás y abrió las piernas hasta apoyar los zapatos encima de la mesa. Le puso a María su coño en bandeja para que comenzase a lamérselo. Entonces, María se puso delante de ella, se inclinó hacia adelante y puso la cabeza entre las piernas de Marta. Comenzó a comerle el coño a Marta pegándola una gran lametada con la lengua de manera lenta, comenzando desde abajo casi en la entrada de su culo hasta terminar arriba. Volvió a hacer lo mismo igual de despacio otra vez pero María cada vez dejaba menos espacio en cada lametazo.

María estaba de pie, inclinada hacia adelante lamiéndole el coño a Marta, pero lo que estaba haciendo era ofrecerme de nuevo su coño para que la follase. Tenía el coño bastante mojado de la anterior follada que la pegué y estaba muy apetecible así que sin decirla absolutamente nada decidí meterle mi gorda polla de nuevo hasta dentro. María era tan complaciente que ni se inmutó cuando se la metí y no paro de entretenerse con el coño de Marta, lo único que hizo fue dejar de lamer el coño de Marta un instante para mirarme y decirme:

- No tenías que haber esperado a volver a metérmela, puedes follarme cuanto quieras!!

Casi me corro del gusto al oir esa frase de María. Ella volvió al coño de Marta mientras yo comenzaba mis envestidas. Cada vez que se la metía entera a María, la pegaba un empujón que ella aprovechaba para pegar otro lametazo en el coño a Marta. Yo al ver eso, comencé a pegarle más envestidas a María, siempre con la polla hasta bien a dentro en cada una y mientras, María ya no separaba la lengua del clítoris de Marta, que recorría de arriba abajo su coño a ritmo de envestida. María comenzaba a gemir, con la boca abierta y la lengua fuera en el coño de Marta. Marta ya estaba mojada entera y estaba respirando fuerte por la boca pegando gemidos y cachonda perdida.

Marta comenzó a mirarme a mí, porque yo con cada envestida marcaba el ritmo con el que María la comía el coño. La zorra de María lo había pensado, sabía que era la mejor forma de complacernos a nosotros dos, a mí me encantaba tener mi polla dentro del cuerpo de María, de ese cuerpo perfecto y pequeñito, y Marta estaba gozando subida en esa mesa abierta totalmente de piernas dejándose hacer. Pero Marta con una tremenda cara de cachonda y mordiéndose los labios de placer no paraba de mirarme, no aguanto más y como había hecho antes mientras me veía hacerme una paja volvió a decirme:

- Fóllame….., fóllame….

Entonces María se levantó, sin sacarse mi polla, y le dijo a Marta:

- Espera un poco aún Marta, quiero que Jaime me folle otro poco más, pero que me folle por la boca.

María se dio media vuelta, mi polla salió de su coño empapada. María me miró y me dijo con cierta súplica:

- Métemela hasta la garganta por favor….

Y a continuación abrió la boca, saco la lengua y se metió el dedo índice en la boca hasta dentro como señalándome hasta donde tenía que metérsela.

María se dirigió al sofá, se tumbó boca arriba en la parte del cheslón y dejó su cabeza por fuera del asiento, con las piernas en el respaldo. Echó su cabeza hacía atrás y abrió su boca. En cuanto vi eso me acerqué, me puse de rodillas y puse mi polla sobre su cara. Puse mis huevos encime de su frente mientras me frotaba la polla por su nariz y su boca. María movía la cabeza buscando la punta de mi polla con su boca para comérsela. Me levanté un poco, me incliné hacia adelante y metí la punta de mi polla dentro de la boca de María.

Noté que María estaba cómoda y que la posición era perfecta para metérsela aún más por lo que fui metiendo mi polla despacio dentro de su boca. De pronto, María se agarró a mis nalgas y me empujó su polla hasta casi entera dentro de su boca. Noté como mi polla pasaba por su garganta asi que ya sabía hasta donde podía metérsela. Saqué la polla de su boca y se la volvía a meter de nuevo casi entera. Lo volví a repetir y así unas cuantas veces, ya eran seguidas y María ahí seguía aguantando. La zorra de ella estaba respirando por la nariz, pero mi polla siempre ocupaba su boca y garganta por lo que no podía tragar saliva, y se le iba cayendo toda la baba por su propia cara ya que estaba con la cabeza al revés y le llegaba hasta el pelo. Como yo cada vez estaba más cachondo, agarré su cabeza con las dos manos y la empujé aún más contra mí, por lo que ya entonces conseguí meterla por la boca lo poco de polla que aún me quedaba por meterla. Mis huevos se aplastaban contra su nariz, yo notaba mi polla a través de su cuello, la estaba apretando la cara contra mi entrepierna con las dos manos, estaba tan a gusto con mi polla dentro de su garganta que decidí quedarme apretando mi polla dentro de ella sin moverme hasta que reaccionase. De repente María le dio una arcada y escupió un motón de saliva que le volvió a caer por toda su cara, yo la solté un poco la cara y volví a apretármela. A María le volvían las arcadas asi que decidí seguir con ese juego, y yo movía su cabeza con las dos manos a un ritmo frenético. Estaba haciendo lo que ella me pidió, follármela por la boca. María ya ni cerraba la boca, la dejaba abierta y la baba que le caía ya era un pequeño charco en el suelo, sonaba mi polla a entrar en su garganta al ritmo de follármela y de vez en cuando se interrumpía por una arcada seguida de un gran escupitajo de baba. La cara de María era un poema, estaba pringada de su propio escupitajo y el pelo lo tenía lleno de chorros de baba de su boca.

A todo esto Marta estaba al margen, observando con cara de asombro el aguante de María a las envestidas por la boca. Marta se puso a mi lado, de pie, mientras yo follaba a María por la boca. Me cogió la mano y la puso en su coño. Lo tenía empapado, había estado masturbándose mientras tanto y lo tenía chorreando. Me cogió dos de mis dedos y los metió en su coño con otros dos dedos suyos. En total se metió cuatro dedos. Entonces los empezó a agitar dentro de su coño, sin sacarlos. Marta se comenzaba a derretir, y a mí me encantaba ya que nunca había tenido contacto sexual con Marta. Enseguida cogió esa confianza, estaba deseando que la follase asi que mientras ella se agitaba por los dedos que tenía dentro de su coño volvió a susurrarme por tercera vez:

- Fóllame….., fóllame….

Esta vez María no estaba para hablar e impedirlo así me detuve de follar a María por la boca. Dejé mi polla dentro de su boca, entera, mientras yo le decía a Marta.

- Ponte encima de María…..

¿Cena trampa?


María me convenció para que la acompañara a aquella cena. Al principio no quería pero no tenía planes para el sábado y, aparte de lo pesada que se pone cuando quiere algo, soy fácil de convencer.

La idea era cenar con Juan y Pedro, a quienes habíamos conocido hace unos días, y después ir a una discoteca.

María me contó que Juan es aficionado a cocinar y estaba deseando demostrarnos sus cualidades.

Pedro me agradaba y sabía que Juan le gustaba a María. Tampoco iba a ser un gran esfuerzo.

Nos presentamos muy monas en su casa a la hora convenida. Vestidos cortos con tirantes, de color negro. Ligeros y adecuados para las noches de verano.

Tras los besos de cortesía, nos enseñó la casa. Era grande, con espacios amplios. Decoración minimalista.

Me sorprendió la mesa puesta con seis cubiertos.

- ¿Cuántos vamos a cenar? – pregunte intrigada.

- Seremos 2 más – respondió Juan – Uno pareja de amigos han venido a Madrid por sorpresa y no me ha quedado más remedio que invitarles.

<<Bueno, – pensé - va a ser una cena de cortesía>>

No pasó mucho tiempo y llamaron a la puerta. Eran dos chicos de edad similar a Juan y Pedro. Sus nombres Oscar y Carlos.

Me sorprendió porque, por algún extraño motivo, yo pensaba que serían chica y chico.

Intenté averiguar si eran pareja sentimental pero no había ningún signo de ello.

Para crear buen ambiente, Juan puso música de fondo.

Entre todos colocamos la cena que ya estaba preparada y nos sentamos. María en un lado rodeada de Juan y Oscar. Yo en frente entre Pedro y Carlos.

La cena estaba exquisita. Juan era un artista. El vino para acompañarla también era bueno.

Me pareció que María se excedía a la hora de saciar su sed.

Cuando María llegó a los postres, la notaba un poco alegre. Según mis cálculos, había bebido el doble que yo… y yo también estaba un poco “contenta”.

A los postres Juan sacó champagne y creo que eso acabó de colocar a María que cada vez actuaba más desinhibida.

Se reía por casi cualquier cosa y en la conversación no dejaba de manosear a Juan. Estaba muy graciosa.

Cuando acabó la cena retiramos entre todos la mesa y llevamos todo a la cocina. Yo fui la última en llevar cosas y cuando regresé al salón me encontré a María y Juan bailando juntitos.

María se pegaba a Juan, no sé si por deseo o para no caerse redonda. Llevaba medio “pedal” que la hacía parecer indefensa.

Me senté en la silla donde había cenado y tanto Pedro como Carlos lo hicieron a mi lado para acompañarme. Oscar se sentó en un sofá y observaba a la pareja que bailaba.

Manteníamos una conversación trivial, cuando vi a Juan y María que se morreaban. Aquello me puso un poco nerviosa. No podía decirle nada. María ya era mayorcita pero me colocaba en una situación incómoda.

Seguíamos hablando como si nada hasta que sentí que Pedro ponía una mano sobre mi pierna. Le miré un instante pero no dije nada. Pensé que era un gesto inocente. El alcohol que llevaba encima me facilitó quitarle importancia.

De pronto, María se separó de Juan y empezó a bailar sola a su alrededor.

Unos cuantos movimientos graciosos y contemplé atónita cómo sacaba de los hombros los tirantes de su vestido y lo dejaba caer. Sin mediar palabra y en unos segundos, estaba bailando en ropa interior. 

Su cuerpo era precioso. A pesar de la borrachera que llevaba encima, mantenía su elegancia.

Aún no había salido de mi asombro cuando vi que se quitaba el sujetador dejando sus dos preciosas tetas al aire.

Juan contemplaba encantado la acción con cara de sorpresa.

Antes de que pudiera intervenir, María acabó con su striptease y se quitó las bragas. Siguió bailando como si nada. Movía su cuerpo, los brazos, abría las piernas sin importarle lo que se viera y en cada movimiento sus pechos se balanceaban provocativamente. La zona depilada dejaba ver la forma de su sexo con claridad.

Juan siguiendo el juego, hizo lo mismo y se empezó a quitar la ropa. Se dejó el slip pero se notaba que estaba caliente. Su miembro se marcaba claramente, ladeado, y su rigidez no podía disimularse.

Oscar se levantó del sofá y siguiendo su ejemplo, empezó a desnudarse, pero no se detuvo y lo hizo del todo. Su miembro saltó al liberarse, tieso y amenazador.

Yo permanecía paralizada sin saber qué hacer. Aquello no era lo previsto.

Empecé a notar la mano de Pedro haciendo un recorrido peligroso. Hacia abajo hasta tocar mi rodilla, hacia arriba por debajo de la falda y llegando a la ingle.

A pesar de todo permanecí inmóvil. Igual se contentaba con eso. Tampoco quería rechazarle.

No se contentó. Con habilidad, desplazó las bragas y por debajo metió los dedos hasta llegar a mi sexo.

Yo disimulaba como si no me diera cuenta. Debo ser tonta: ¡No hay ninguna chica que no se dé cuenta cuando le tocan el coño! , pero aquello me valía para que siguiera.

Oscar bailaba detrás de María y se acercaba a ella poco a poco. Llegó a tocar su espalda con su miembro pero María en vez de apartarse, retrocedió para pegarse a él provocativamente.

Juan se acercó a ella y entre ambos casi la inmovilizaron, aplastándola como si fuera el interior de un sándwich.

María no oponía resistencia, pero quedaba un poco baja para ambos. Se colgó del cuello de Juan y se elevó por si misma hasta que el pene de Juan quedó a la altura de su vulva. Me pareció que buscaba que se la metiera. Unos cuantos movimientos arriba y abajo y lograron su objetivo. María colgaba ensartada por Juan. Empezó a reírse como una loca.

En ese momento dejé de preocuparme por ella. Pedro había metido dos dedos en mi coño. En un momento de relajación, había abierto mis piernas y eso le facilitó la acción.

Bueno, daba igual. Al fin y al cabo no son más que unos dedos. Es más agradable que sean los de un tío que cuando tengo que usar los míos.

Carlos que al parecer se aburría, se levantó de la silla. Pensé que se iba pero lo que hizo fue colocarse detrás de mí.

Sus manos se posaron sobre mis hombros. Tras varias caricias, comenzó a bajarlas hacia mis pechos. Metió sus dedos por debajo del sujetador y alcanzó mis pezones.

<>

Mis pezones, debido al contacto, se pusieron más tiesos de lo que estaban.

Pedro metía y sacaba sus dedos de mi interior. Hábilmente había desplazado mis bragas hacia un lado y tenía acceso libre a mi sexo. Ahora frotaba su mano abierta sobre él. Sentía que se agrandaba y Carlos aprovechaba para abrir aún más mis labios vaginales.

Se llevó la mano a la boca y lamió sus dedos, mojándolos completamente. Volvió a mi sexo para seguir tocándolo.

El sexo me palpitaba. Los músculos se tensaban para abrirse más.

Carlos dejó de manosearme y se arrodillo delante de mí. Vi como metía su cara entre mis piernas y pegaba su boca a mi coño. Ya no podía cerrar las piernas. Con su lengua empezó a lamerlo. La humedad, la suavidad y su calor me excitaban. Movía la lengua en mi interior intentando profundizar al máximo. Su nariz rozaba mi clítoris provocándome un placer asombroso.

Oí un grito de María que me hizo mirar y volver a prestarle atención. Oscar estaba completamente pegado a su trasero. Su pene dentro. María, con los ojos cerrados, apoyaba su cabeza en el pecho de Juan y en dirección a mí. Tenía una expresión mezcla de placer y dolor. Oscar se movía adelante y atrás, entrando y saliendo de María. Su miembro aparecía y desaparecía dentro de ella. Cada entrada venía acompañada de un gemido apagado de María que abría la boca simultáneamente.

Carlos soltó mis tetas. Sacó su mano de entre mi sostén y se dedicó a mi vestido. No le costó quitármelo, porque yo ayudé levantándome levemente de la silla, por encima de mi cabeza. De nuevo sentada en la silla, sólo vestida con el sostén y las bragas desplazadas hacia un lado, me sentía asombrada por el cariz que tomaba aquello y lo que es peor, me estaba gustando.

Pedro seguía con su lengua en mi interior. Noté que llevaba sus manos a mis costados y buscaba el fino hilo de mis bragas. Cuando lo encontró, tiro de estas hacia mis rodillas. Con habilidad me dejó sin ellas. Carlos maniobraba mi sujetador por detrás y también logró desembarazarme de él. 

Carlos se separó por unos instantes. Me preguntaba qué hacía cuando descubrí a mi derecha, a la altura de mi boca, su enorme polla. Se había desvestido y me ofrecía su miembro. Estaba erecto. Su glande, prominente, asomaba provocador y brillante y unas gotas de líquido seminal rodeaban un alagado orificio central.

Intuí su deseo y acerqué mi boca abierta para alojarlo. Apreté para comprobar su dureza y Carlos aprovechó para empujar más. Yo mantenía la presión sobre su miembro, impidiendo el desplazamiento de su piel. Noté que entraba más en mi boca, dejando atrás la piel que lo recubría.

Liberé la presión y me dediqué a chupar su miembro. Con la lengua lo rodeaba y acariciaba intentando meter la punta de mi lengua en su orificio. Por cómo palpitaba, le estaba gustando. Llevé mi mano derecha bajo sus testículos y los agarré para tener más control de su pene.

Dirigía el ritmo hasta que mi boca se llenó inesperadamente de su semen. Nunca me había dejado sorprender. Cuando hacía alguna mamada, estaba atenta para sacarla de mi boca y que se corrieran fuera. Sin embargo, en esta ocasión no reaccioné a tiempo.

Dado que no tenía remedio, preferí experimentar esta novedad. Mezclada mi saliva con su semen, continué lamiendo su polla. Aquel miembro seguía latiendo en mi boca. Lo apretaba y soltaba, metía y sacaba, para comprobar hasta donde podía hacer que se corriera. Su semen caía de mi boca. Una parte la tragué y poco a poco el pene de Carlos perdía vigor e interés para mí. Intenté con curiosidad que aquel miembro, ahora flácido, recuperara su rigidez. Me resultaba curioso cómo se había vuelto maleable. No conseguí nada. Se alejó hacia el sofá donde se sentó a descansar.

Pedro, al comprobar que tenía toda mi atención, se levantó y tomándome de las manos me ayudó a levantarme. Me colocó con los codos apoyados en la mesa y él se puso detrás.

Tomó mi pierna derecha y la elevó hacia un lado, llevándola sobre la mesa. Apoyada sólo sobre mi pierna izquierda, esperaba su embestida.

Poco después sentí su miembro buscando mi coño. Se movía entre mis nalgas, notaba su polla entre mis piernas y las maniobras para localizar mis entradas. No tardó en encontrar el agujero de mi coño y empujó con fuerza. Entró fácilmente. Mi sexo lubricado estaba deseando abrigar a aquel intruso. Mi posición también lo facilitaba.

La presión en mi interior era grande. Aquel miembro expandía mi sexo y apretaba mi bajo vientre provocándome un placer desconocido.

Abrí la boca con ganas de gemir y de ella resbaló la saliva mezclada con algún resto de semen

Comenzó un ritmo frenético metiendo y sacando su miembro, sin hacerlo del todo. Rozaba mi interior con suavidad y yo intentaba acoplarme a su ritmo, acercándome y alejándome de él.

Estaba muy cachonda. Busque a María. Seguía en la pista, colgada de Juan que se la metía por delante y de Oscar que hacía lo mismo por detrás. Sus manos abrazaban el cuello de Juan y sus piernas rodeaban su cintura. Prácticamente estaban en la misma posición que al principio. Se notaba que estaba disfrutando.

Sonreí. Por ella y por mí. Estoy convencida de que mi cara tenía una expresión bobalicona. Pedro me estaba follando como nadie lo había hecho. Noté que estaba a punto de correrme e intenté aguantar para alargar el placer. Fue en vano. Mi cuerpo empezó a vibrar y a sentir convulsiones. Mi coño palpitaba a su capricho, sin ningún control. Jadeaba. Aquello se prolongó durante un cierto tiempo.

Pedro terminó por correrse en mi interior. Aunque yo ya estaba relajada, el calor de su semen me agradó. Permanecimos en esa posición durante un largo rato, sin ganas de moverme. Sentía correr por mi pierna izquierda el semen de Pedro que escurría de mi sexo.

María daba pequeños gritos. Se estaba corriendo. Colgada de Juan, se elevaba y se dejaba caer sobre él y Oscar. Estos aceleraban su ritmo y sus caras reflejaban el placer que gozaban.

Oscar se tensó y con varios movimientos bruscos, eyaculó el interior de María. Poco después liberó su culo y sonriendo se dirigió al sofá donde estaba Carlos para descansar.

Juan también se había corrido. Sin aspavientos y en silencio, había inundado el coño de María y de esta caía, muy líquido, el semen por sus piernas. Se notaba que estaba satisfecha… y algo borracha Me tocó ayudarla a vestirse.

Descansamos durante un rato y tras despedirnos efusivamente de nuestros amigos, la acompañe a su casa.



La próxima vez que me invite a cenar con alguien, no me lo pensaré dos veces.