lunes, 5 de marzo de 2018

El Coche 2


Seguí luchando como pude. Agárrame a esta buscona y que se esté quieta... De repente el que me sujetaba las muñecas me dio un bofetón. El golpe sonó seco... La cabeza fue de un lado a otro. Por unos instantes me quedé completamente aturdida. La mejilla me ardía y me zumbaba el oído... Estate quieta o te reviento a hostias... El golpe me sorprendió y me quedé rígida incapaz de reaccionar...

Volvió a ponerse en medio de mis piernas y las acomodó a su antojo. Ahora verás lo que es un buen pichazo... Con increíble maestría lo colocó en mi entrada y empujó violentamente metiéndome su miembro hasta la mitad. Me hizo un daño terrible. Al notarlo dentro arqueé mi cuerpo. Chillé de dolor abriendo la boca y cerrando los ojos... ¡No grites salidorra!... Furioso me dio un fuerte azote en el trasero... Con lo cachonda que estás no te hagas ahora la estrecha... Se retiró un poco y volvió a empujarme. Empecé a llorar suplicándole que no me hiciera daño...

¡Que te calles buscona! Gritó mientras volvía a intentar meterme todo su rabo... Al hacerlos, su cigarro cayó rodando sobre mi espalda... Rápido lo cogió... dio una última calada y lo apagó en mis nalgas dejándome marcada...

El dolor hizo tensar mi cuerpo y mi ay debió de oírse desde lejos... solo conseguí otra sonora bofetada... Llorando le supliqué que no me hiciera más daño, pero él sin hacerme caso siguió dándome empujones... Su miembro me golpeaba una y otra vez, haciéndome chillar cada vez más fuerte... Estaba cerrada por el miedo y el dolor y no conseguía metérmela entera...

El daño hacía que me retirase un poco tratando de escapar del dolor... ¡Estate quieta de una buena vez! Me gritó con el miembro a medio meter y empezó otra vez a darme azotes en el trasero. No paraba de llorar y él no dejaba de golpearme haciéndome daño... Estaba tan furioso que parecía un loco fuera de sí... La sacó casi toda y se detuvo un momento. Con los dedos me agarró los labios del cocoy y tirando enérgicamente de ellos me abrió a la fuerza. Empujó con todas sus ganas consiguiendo al fin metérmela entera... El dolor fue aún más punzante... Todo mi cuerpo se puso rígido y un agudo alarido se escapó de mi garganta... Creí que me había roto al medio... me sentí traspasada por completo... nunca me habían entrado tan profundamente...

Empezó a introducirmelo violentamente, como si tuviera prisa... Entraba en mí desgarrándome y haciéndome gemir... Mi sexo me quemaba, y él seguía dándome salvajemente... En cada embestida sentía sus huevos golpeando mi entrada... Con los ojos llenos de lágrimas miraba suplicante al que me sujetaba. El dolor me impedía pronunciar cualquier cosa que no fueran gimoteos.

Tío no te la tires así que le vas a reventar el cocoy... le dijo el otro... No le hizo caso y siguió empujando como una bestia... Sus dedos se clavaban como garras en mis maltratadas nalgas arañándome, mientras me incrustaba una y otra vez todo su miembro... Entrecortado dijo que cuando acabara de joderme no iba a poder tirar en un mes... Tuve la sensación de que sería verdad... Su amigo tenía razón, la forma tan salvaje de poseerme me estaba destrozando el cocoy.

Me empujaba tan fuerte que me levanta con cada embestida... Su miembro me llenaba completamente.

No sé cómo pero poco a poco el dolor se fue mezclando con el placer... La sensación era extraña pero maravillosa... Por mi cabeza empezaron a pasar palabras como ensartada,... atravesada,... agujereada,... perforada,... taladrada,... Por primera vez entendí su significado y la imagen me pareció fascinante. No dejaba de llorar pero estaba gimiendo con cada uno de sus golpes.

Al rato me poseía por completo y mi sexo dilatado a la fuerza, le recibía ansioso... Con cada golpe, sorprendentes escalofríos corrían por mi espalda desde mi entrepierna hasta la nuca... Mi respiración se agitaba más y más y mis caderas se acompasaban a sus embestidas buscando sin ningún pudor que me entrara más y más...

La presión sobre mis muñecas fue cediendo y solté una de ellas... antes de que volviera a agarrarlas, me la introduje entre las piernas y acaricié mi clítoris... estaba muy excitada... Apoyé la mejilla en el capó y cerré los ojos... Tenía la boca entreabierta y jadeaba escandalosamente... Seguro de que no haría nada me soltó la otra mano... Rápida agarré una de las suyas y me la llevé ansiosa a mis pechos... No podía controlar mi cuerpo... Mi único pensamiento era atrapar más y más placer...

Vaya,... parece que a esta buscona la está gustando... Ya te dije que tenía ganas de un buen polvo... Te está jodiendo entera... ¿eh?... Empujando violentamente hasta metérmela del todo preguntó si estaba disfrutando... Sin ningún sonrojo contesté que sí... Los dos se rieron... ¿Te jode bien mi rabo?... Casi en un susurro volví a contestarle que sí... Sádicamene se retiró casi por completo de mí y la dejó a la entrada... Mi sexo avanzó buscándola... Mira esta buscona como mueve la almeja... ¿Quieres que te le siga metiendo eh?... Sí... Otra vez se paró... ¿De verdad que te gusta?... Sí... ¿Y como se piden las cosas?... No se lo hagas desear tanto joder,... tiratela de una vez... no seas cabronazo... Se echó a reír y le hizo caso a su amigo... Estaba a punto de pedirle por favor que siguiera... Inmediatamente volví a jadear... ¿Te gusta más esto que el miembro de tu novio? Sí... Me daba vergüenza reconocerlo, pero era verdad, su miembro me proporcionaba más placer que el de mi novio y cada vez que me la metía sentía llegar el orgasmo...

Cuando me corrí empecé a chillar de placer... Habitualmente me da vergüenza hacerlo, incluso delante de mi pareja,... Al oírme, mi voz me resultó extraña... Literalmente me estaba retorciendo de gusto y apretaba con fuerza los dientes intentando retener el placer... Me estaba volviendo loca... Los orgasmos se sucedían uno tras otro... Creí que no se iba a detener jamás... Nunca los había tenido tan fuertes ni tan prolongados... Casi no podía ni respirar... Los espasmos de placer eran alucinantes... Me estaba matando y no podía más... Le pedí varias veces que por favor se parase, que me estaba reventando, pero él no paraba de introducirmelo tan ansioso como al principio... Parecía que tenía miedo de que nos fuesen a sorprender en cualquier momento y se acabase su diversión...

Repentinamente la sacó... Tienes un trasero de buena madre... Te voy a encular..... Jamás había oído esa palabra, pero adiviné perfectamente su significado... Sabía que iba a dolerme y lo acepté... Ni tan siquiera me moví... Me sentía su esclava y esperé resignada a que centímetro a centímetro me la fuese metiendo...

Sin apenas dejarme recuperar el aliento, sentí como sus fuertes manos separaban mis doloridas nalgas abriéndome... Noté el fuerte salivazo en mi entrada.... luego la punta de su miembro en mi segundo agujero... Decididamente su miembro fue entrando en mí... Siempre que habíamos intentado hacerlo por ahí habíamos tenido que dejarlo porque no soportaba el daño... En ese sentido podía decirse que aún era virgen por detrás...

Sin embargo no me dolió tanto como yo esperaba... De nuevo una sensación extraña se apoderó de mí... De nuevo una peculiar mezcla de dolor y placer se fue adueñando de mí... Volvió a introducirmelo tan fuerte como había hecho antes... Mi cuerpo se acostumbró rápidamente a su presencia y de nuevo me oí gemir con cada una de sus embestidas... Pero esta vez no era yo sola quien gemía, sus jadeos se iban uniendo a los míos...

El otro mientras tanto se estaba corriendo viendo como su amigo me jodía salvajemente... Debía de excitarle horrores verlo... Los movimientos de su mano eran frenéticos...

Me estuvo dando por el trasero un rato, apretando cada vez más hasta que por fin sus empujones se volvieron cada vez más secos y potentes... Sujetándome por las caderas evitaba que sus movimientos me llevaran hacia adelante escapando de sus embestidas y me la metía hasta hacer chocar sus huevos contra mi cocoy... Sentí como pequeñas convulsiones y supe que se iba a correr... La notaba avanzar gruesa y tremendamente dura... Sentí su líquido caliente en mi interior... Fue una sensación sorprendente y sumamente placentera...

Cuando se quedó satisfecho se retiró bruscamente de mí. Me costaba trabajo respirar y jadeante conseguí darme la vuelta. Quedé tumbada boca arriba sobre el capó, con los brazos en cruz y espatarrada completamente. Estaba extenuada y no podía ni moverme... Aun tenía la sensación de que su miembro estaba dentro de mí y de vez en cuando pequeñas convulsiones de placer agitaban mi cuerpo... Me encontraba completamente destrozada... Me dolía el trasero y mi sexo estaba irritado, pero si en ese momento hubieran vuelto a tomarme tampoco me hubiera resistido... Pensé que si aparecía alguien más no me importaría que volviesen a violarme... aunque supongo que estando así no sería una violación...

En ese momento el otro se subió encima del capó y colocó mi cabeza entre sus piernas... Nada más abrir los ojos vi que le tenía justo encima de mí... Su mano se movía muy rápida y comenzó a gemir anunciando su orgasmo... Acercó su miembro a mis labios... A-bre la bo-ca busconaaaa... Me dijo casi sin poder articular palabra. Obedecí de inmediato y abrí la boca esperando sumisa su metida, pero su grado de excitación era tal que se derramó antes de llegar a introducirla... Me salpicó toda la cara y me dejó toda manchada de fluidos pero no me importó... Ni tan siquiera me molesté en limpiarme... Cuando se vació completamente aún le colgaban restos de fluido... Hizo que cayeran en mi boca y me obligó a limpiarle su miembro ya fofa... Su mano se le había manchado y la frotó en mis pechos... Seguí inmóvil en la misma postura esperando que hicieran conmigo lo que quisieran, era incapaz de resistirme a nada...

Encendieron un cigarro y me ofrecieron uno... Con la cabeza dije que no... Ignorándome se pusieron a hablar entre ellos de lo divertido que había sido lo que me habían hecho... Los comentarios eran groseramente machistas... Cerré los ojos y dejé que un placentero sopor se apoderase de mí... Sentía resbalar el fluido por mi cara mientras les oía sin prestarles ninguna atención... Cuando acabaron de fumar se quedaron mirándome...

Sin mediar palabra, el que me había violado en segundo lugar se acercó a mí. Se bajó la cremallera y apuntó con su miembro... Pensé que iban a volver a empezar... Un potente chorro salió disparado hacia mi cocoy. Al sentirlo me incorporé un poco y entonces su meada se dirigió a mis melones....

Riéndose a carcajadas su amigo quiso imitarle... En el colmo de las humillaciones tuve que soportar que los dos se mearan sobre mi cuerpo...

Luego me ordenaron que me vistiera y me tiraron la ropa encima... Casi no podía ni moverme...

Durante el viaje me amenazaron con ir a por mí si se me ocurría denunciarles, y me hicieron jurar que no lo haría... Nada más llegar a la entrada de la ciudad buscaron una calle oscura. Uno de ellos se bajó conmigo volviendo a amenazarme de mil formas... Un tremendo bofetón y un puñetazo en el estómago que me hizo caer al suelo... Allí me dejaron tirada... Tardé más de media hora en llegar a casa andando...

Nada más entrar me desnudé en el pasillo dejando la ropa tirada y fui directa a la ducha... Me quedé un momento contemplándome en el espejo... Mi aspecto era desolador. Tenía los ojos hinchados por haber llorado y la cara descompuesta... El carrillo se me había inflado un poco por la bofetada... Dos lágrimas resbalaron por mis mejillas cuando miré los pechos llenos de chupetones... Unas gotitas de sangre seca en mi sexo me recordaron sus tremendas embestidas... Por detrás me sentía tremendamente molesta...

A los dos días apareció mi coche con las llaves puestas donde habían dicho... No tenía apenas gasolina, pero no le habían hecho nada...

FIN


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El Coche



Ésta es una historia real basada en un diario que accidentalmente pude leer.

Santander 23 de noviembre de 1.996.

Querido diario:

Hace ya mucho tiempo que no te escribo nada. En concreto desde la primavera pasada. Llevaba tiempo pensando en contar a alguien lo que me había pasado. Miedo, vergüenza... Necesitaba hacerlo pero no encontraba la ocasión ni la persona. El problema es que no sabía a quién. Uno a uno fui desechando a todos los amigos y amigas que tenía, incluso llegué a pensar que nadie debía saberlo...

Empezaré a contarte lo que me había pasado el día que recogí a los dos chicos en la gasolinera...

Fue en la primavera pasada... Tenía el depósito casi en la reserva y paré en un autoservicio... Mientras tomaba un café se acercaron a mi dos chicos...

Tendrían como mucho veinticinco años. Me preguntaron dónde iba y me pidieron que por favor les llevara hasta la ciudad. No suelo hacerlo nunca pero accedí. Uno se colocó a mi lado y el otro se sentó atrás. Durante el viaje apenas hablaron, sin embargo cuando faltaban unos treinta kilómetros para llegar, el de atrás me dijo que tenía una navaja y que debía obedecerles. Si no lo hacía me la iban a clavar... No se la vi pero la convicción del tono de su voz no me hizo dudar ni un momento... Fui siguiendo sus instrucciones y girando donde me ordenaban.

Cuando entramos en una carretera comarcal, me mandaron conducir muy despacio.

Al llegar a un camino me indicaron que debía meterme por él. Debían conocer bastante bien la zona y me iban indicando por donde tenía que ir casi de carretilla. A los pocos kilómetros estábamos dentro del bosque en un lugar completamente solitario. Allí me hicieron bajar del coche.

No había luna llena, pero casi, y se veía bastante bien. No hacía demasiado frío... Uno de ellos se situó a mi espalda. Inesperadamente me agarró de las solapas de la americana y tiró de ellas hacia atrás hasta la altura de los codos descubriendo los hombros. No se como, pero tensando la tela me apretaba los brazos y casi ni podía moverlos. Con el otro brazo me rodeó el cuello y me sujetaba con fuerza para que no hiciera nada mientras el otro registraba mi coche.

Completamente pegado a mi espalda podía sentir como su miembro se iba endureciendo al rozar mis nalgas y empecé a pensar que no se iban a conformar con quitarme todo lo que tuviera. La sola idea de que pudieran hacerme daño me puso la carne de gallina....

Cuando encontró el bolso lo sacó afuera. Vació todo encima del techo del coche y buscó dentro de la cartera. Contrariado le dijo al otro que había muy poco... Se fue guardando el dinero y todo lo que le gustó. El tabaco, el encendedor, una agenda de direcciones de piel, el llavero de plata...

Autoritario me gritó: ¿Qué tienes en los bolsillos?, Vamos buscona danos lo que tengas... Asustada no le contesté... Furioso me pegó un cachete... Luego me registraron. Después de vaciarme todos los bolsillos, me quitaron el reloj y los anillos. El que estaba frente a mi se fijó en el collar. Al soltar el cierre me rozo levemente los pechos. Se guardó la gargantilla en el bolso y volvió a ponerse delante de mí.

Me miró directamente a los ojos y sonrió. Estaba asustada y un poco nerviosa. Suavemente y con tranquilidad empezó a acariciarme los senos con las dos manos rodeando su volumen... Nada más sentir sus manos intenté moverme pero el de atrás apretó con más fuerza mi cuello y me inmovilizó completamente... Me sujetó la cara con una mano y me enseñó la otra con la palma abierta, amenazando con darme una bofetada. Estate quieta, ordenó seco y volvió a cogerme los melones. Palpó curioso su perímetro y sopesó sus formas... Tiene buenas peras le dijo al otro apretándomelas... Burlón jugó con su pulgar sobre uno de mis pezones.

Después de sobarme todo lo que quiso, colocó sus dedos en torno a los botones de mi cuello. Pensé que tiraría con brusquedad de la blusa y me la abriría de par en par rasgándomela entera como hacían en las películas. Sin embargo hizo todo lo contrario. Fue desabrochando de uno en uno los botones, recreándose en lo que hacia sin apartar ni un milímetro los ojos de lo que iba descubriendo. Cuando llegó a la cintura sacó los bordes de la blusa y la desabrochó por completo.

Con delicadeza fue abriendo sus bordes descubriendo mi torso sin dejar de mirarme los pechos cubiertos aun por mi sujetador blanco... Joder menudo par de bolas, exclamó, esto no son melones... son balones de playa... Por la forma de mirarlas me hizo avergonzar de su tamaño...

Yo miraba asustada lo que me estaba haciendo y de vez en cuando observaba la expresión de su rostro. Su cara había cambiado... no tenía un gesto definido. Estaba tranquilo, sereno, con una media sonrisa... ahora no parecía violento ni agresivo...

Sin que me diera cuenta de cómo lo había hecho, me encontré con que había sacado una navaja. Apretó un botón y frente a mi rostro apreció brillante su hoja... Me miró a los ojos amenazante, pero no dijo nada. La apoyó en mi mejilla y fue rozándome con el filo... Me recorrió todo el rostro. Me la pasó entre mis labios. Instintivamente abrí un poco los labios. Se quedó mirando su filo. Abre la boca, me ordenó seco y tajante. Obedecí su orden.

Me mandó que sacara un poco la lengua y la fue pasando varias veces haciéndome lamer su filo y humedeciendo completamente su hoja. Ahora si estaba paralizada de miedo y me dejaba hacer sin atreverme siquiera a temblar... Luego fue descendiendo por el cuello hasta llegar a mis pechos. Contorneó con la navaja mis senos y la paseó varias veces por ellos... Jugó con la punta arañando mis pezones... Temí que me la clavase o que con una de sus travesuras me cortase... Luego metió la hoja por el canalillo de mis pechos e introdujo la punta bajo el sujetador. Giró la navaja hasta que el filo quedo contra la tela. Sentí el frío del metal entre mis senos y un escalofrío me recorrió poniendo mi carne de gallina. De un movimiento seco cortó el sujetador por el medio. Mis pechos aun cubiertos dieron un pequeño bote.

Clavó su mirada en mi. Medio sonriendo fue bajando sus ojos hasta mis pechos. Enredando la punta de la navaja en una de las copas del sujetador, fue descubriendo mi busto. Sujetó el tirante entre sus dedos y lo cortó. La copa del sujetador quedó colgando.

Con él desnudo, paseó de nuevo el metal sobre mi piel. El pezón se recogió haciendo destacar un poco su punta. Repitió la operación despacio con el otro. Cuando estuve con los dos pechos al descubierto se quedó frente a mí contemplándolos fijamente sin moverse ni decir palabra...

Colocó la palma de la mano bajo uno de mis pechos y lo alzó para mostrárselo al otro...

- Mira que cacho melones... Tanteó su peso y lo empujó hacia arriba... Sonrió mirando los botecitos que dio al caer...

No sé por qué, pero en vez de asustarme el verle actuar así me tranquilizó. No me daba miedo a que me la clavara o me fuese a hacer algo malo. Tenía claro que me estaba desnudando para violarme y lo aceptaba como algo que tenía que suceder de un momento a otro. Seguramente luego me lo haría su amigo, pero en vez de moverme, luchar o hacer algo, me dejaba hacer esperando pacientemente a que se apoderase de mí profanando mi cuerpo... El único miedo que tenía era que después de hacérmelo, me golpearan o me clavaran la navaja dejándome allí herida... El acto sexual en sí nunca me había importado demasiado... Y en el peor de los casos serían diez minutos de humillación...

Mi tranquilidad me sorprendió y empecé a pensar qué dirían si me estuviesen mirando,... si mi novio me viera así, medio desnuda, a punto de ser violada y yo sin oponerme, sin gritar, sin decir ni una palabra, sin moverme...

Eran dos,... me tenían sujeta y no podía resistirme,... además tenían una navaja... Me parecieron simples excusas que contaría si tenía que explicarlo algún día. Si algún día tenía que contarlo,... aunque tampoco tenía por qué saberlo nadie...

Su mano me agarró apretándome en la nuca y me hizo inclinar la cabeza. Sin prisas fue bajando la cremallera de su pantalón. Metió la mano dentro de su bragueta y con dificultad sacó su miembro excitado y duro. Su tamaño no era descomunal, pero tampoco podía decirse que fuera normal... Me pareció grande y grueso, por lo menos comparándolo con lo que yo había visto.

Rodeó el miembro con su mano y se lo acarició delante de mí como si se correra mientras oprimía mi nuca para que no cambiara mi mirada de dirección. No hace falta que me sujetes... pensé, te obedezco yo sola... Mis ojos, atraídos como por un poderoso imán, no podían apartarse de su miembro... Sin decirme una palabra entendía qué es lo que me estaba diciendo y adivinaba su pensamiento. Vanidoso me mostraba su herramienta amenazándome, advirtiéndome con sus obscenos gestos lo que iba a hacerme y con qué iba a poseerme...

Cuando soltó mi cabeza, no dejé de mirar su miembro... Él comenzó a desabrochar mi cinturón. Luego el botón y la cremallera de los vaqueros. Entonces se agachó en cuclillas y fue tirando de los pantalones. Mientras me los bajaba muy despacio no dejaba de mirar mis piernas. Sabía que estaba disfrutando por anticipado del manjar que dentro de nada sería suyo. Me descalzó un pie y por él me sacó una pernera. Sin entender por qué volvió a ponerme el zapato e hizo lo mismo con la otra extremidad.

Me acarició por entero las piernas. Metiendo las manos en medio presionó un poco en los muslos. Me bastó su indicación y las abrí. Desde abajo miró sonriendo. Acariciándome fue subiendo hasta mi cintura. Se colocó de pie frente a mí y cada una de sus manos se apoderó de uno de mis pechos. La punta de su miembro, ya húmeda, rozaba mis braguitas.

Se dedicó a jugar con mis senos tocándome una y otra vez, haciéndome sentir su sexo impaciente. Parecía disfrutar retrasando lo evidente,... torturándome sádicamente con la espera de lo que ya era indudable que me iba a hacer. No... lo que estaba buscando era hacerme saber que era mi dueño, que podía hacerme lo que quisiera, que podía apoderarse completamente de mí, y que sólo me iba a tirar cuando él quisiera, sólo cuando él quisiera...

Su mano bajó hasta mi entrepierna y por encima de las bragas palpó mi sexo. No puedo negar que después de sentir su miembro tan próximo a mí y sobre todo al notar su caricia estaba algo excitada. No sé el por qué, no debería estarlo, pero mis pezones y la humedad de mi sexo me delataban. Seguramente él se habría dado cuenta de ello y me pregunté qué pensaría de mí. Me lo tocó entero y me corrio el cuero por encima de la tela haciéndose el amo y señor de todos mis rincones.

Sin dejar de tocarme me preguntó si tenía novio..... No respondí. Tensó la mandíbula y sus dedos retorcieron la punta de mi pezón con firmeza arrancándome un quejido de dolor. Repitió tranquilamente la pregunta, como si antes no la hubiera hecho. Asentí que sí con la cabeza. El que me estaba sujetando se río. Él ni se inmutó. No dejábamos de mirarnos fijamente a los ojos. La presión sobre mi pezón había disminuido pero no lo soltaba. Esperaba sin saber el qué. Otra pregunta tal vez. Otra orden, no sé pero no podía apartarme de sus ojos ni podía evitar que sus dedos se fuesen haciendo más y más dueños de mi sexo. El que me sujetaba dijo algo así como que me iban a devolver algo usada a mi novio, no lo entendí bien y de nuevo volvió a reírse, pero él seguía sin moverse.

Por encima de la tela, sus dedos fueron subiendo entre el surco de mis labios alcanzando por primera vez mi clítoris... Creí que se iba a detener ahí, pero en vez de eso siguió subiendo hasta el ombligo acariciando mi vientre... Luego descendieron insinuantemente y separando la goma de mis braguitas se metieron en su interior. Acarició el vello de mi sexo y sus dedos separaron los labios dejándome abierta. Milímetro a milímetro fue recorriendo el camino inverso hasta llegar a mi ano. Comenzaron a hacer el recorrido de regreso, pero deteniéndose por un segundo en mi agujero... Sin ninguna dificultad dos dedos entraron en mi... No pude evitar que un par de gemidos se escaparan nada más tocar mis partes más sensibles...

Dentro de mi cabeza empezaba a entablarse una confusa batalla... Por una lado me resistía o más bien debía resistirme a lo que me estaban haciendo,... debía luchar, mi mente me decía que debía enfrentarme a la excitación que me producían sus dedos... por otro la impaciencia me consumía... la escena me pareció súper morbosa y me encendía cada vez más... Mis ojos no dejaban de mirar ese miembro turgente en el que destacaban sus venas hinchadas... mi piel quería esos dedos y no otros,... mi cocoy quería que se metiese en él, que su capullo abriese mis labios a la fuerza... que mi entrada se dilatase al invadirme...

Estas mojada cacho buscona... Le oí decir burlón. Bruscamente sacó su mano. Olió sus dedos y luego los situó frente a mi cara. Olían a mí. Suavemente los apoyó en mis labios y les recorrió enteros... Fueron unas sensaciones electrizantes y mi sexo estaba respondiendo a ellas humedeciéndose más y más... Con la otra mano volvió a cogerme los pechos... Empujó los dedos introduciéndolos en mi boca para que los lamiera. Dentro de mí los hizo moverse en todas las direcciones.

Mientras me hacía esto, su mano pasaba de un pecho a otro sin cesar... Me les acariciaba... me les estrujaba con fuerza... les juntaba tratando de abarcar los dos en su palma... Seguía sintiendo como su miembro rozaba mis muslos y se acercaba por encima de mis braguitas a mi abertura. El hechizo de su miembro hacía rezumar mi sexo sin que pudiera evitarlo...

Retiró sus dedos de mi boca con la misma suavidad que los había introducido... Con ellos mojados rodeó mis pezones... Nada más sentirlos, mi pecho se infló de placer aumentando el volumen de mis melones... Mis pezones respondieron a esas especiales caricias afilándose como nunca... Su lengua les lamía... sus labios tiraban de ellos,... Su boca les comía con una maestría increíble y supe que me les iba a dejar llenos de chupetones y marcas...

Agarró mis senos con las manos apretándolos y haciendo sobresalir sólo la copa de los pezones... Sus dientes les agarraban y tiraban de ellos arrastrando a todo el pecho... Cuando les tenía así de tensos, sólo sujetos por sus dientes, dejaba que la punta de su lengua les lamiera... Tenía los ojos medio cerrados y mi respiración se oía jadeante... Inesperadamente una de sus manos me agarró con fuerza el sexo y presionó entre los labios. No sé si por lo fuerte o por lo inesperado de su movimiento, pero al sentirle gemí intensamente... Un espasmo de placer me hizo cerrar los ojos y las rodillas me temblaron...

En cuclillas me fue bajando las bragas descubriendo despacio mi cocoy. Agarrando mis mulos por detrás me empujó hasta tener mi sexo frente a él. Pude sentir su aliento. Su lengua húmeda subió insinuante por mi muslo y se paseó por los confines de mí cocoy empapado sin llegar a entrar en él... Sus manos palpaban mis nalgas... Inesperadamente me mordió. Un trozó de mi carne quedó aprisionado entre sus dientes y grité. Podía causarme placer y dolor, podía ser suave y tierno o hacerme gritar. Siguió bajándome las bragas y me las quitó.... Luego con los dedos separó mis labios hasta hacer asomar tímidamente mi clítoris... La punta de su lengua saboreó mi botón varias veces haciéndome gemir....

Hubiera deseado que siguiese jugando con su boca en mi sexo... Arrogante enseñó mis bragas a su compañero y se las guardó en el bolso de la cazadora.

Ya estoy completamente desnuda, ahora es cuando me van a hacer de todo pensé. Otra vez luchaba dentro de mí... No podía aceptarlo, me negaba a ser ultrajada de esa forma, pero deseaba ardientemente ser doblegada por ese desconocido... Volvió a situarse delante de mí y volvió a tocarme dejando deslizar sus dedos por la humedad de mi cocoy. Al notarlo tan húmedo sonrió. Joder tío, está calada hasta las rodillas... le dijo a su compañero... ¿ Te gusta eh?... Sus dedos no paraban de moverse y mi respiración se iba agitando... ¿ Qué pasa tu novio no te mete caña o qué?... Espatárrate, me ordenó con tono despectivo... Separé las piernas de forma que los labios de mi sexo se abrieron aún más para él. Sin ningún problema introdujo de nuevo sus dedos haciéndome gemir más fuerte...

Se separó un poco para verme entera... Estás muy buena... Si yo fuera tu novio no dejaría de tirarte... Yo no dejaba de mirar su miembro erecto... Sin saber por qué le deseaba... Seguía sin cuadrarme demasiado el malsano deseo de entregarme al miembro del extraño que iba a violarme... Me sentía inquieta... Volvió a acercarse y a tocarme... Sus dedos jugaban conmigo como querían y cuando rodearon mi clítoris no pude contener un gemido de placer...

-. Menuda almeja tienes... ¿Sabes que tienes chocho de buscona?... Tu novio se pondrá las botas contigo...

Él parecía satisfecho con lo que estaba haciendo... Cerré un poco las piernas reteniendo sus dedos donde más me gustaba... No se opuso y siguió jugando allí... Dejé reclinar mi cabeza sobre el hombro y cerré los ojos. Fui gimiendo suavemente cada vez que recibía sus caricias en mis zonas femeninas...

Mientras me acariciaba perdí la noción del tiempo y del lugar y casi ni les oía... Eso no me estaba pasando a mí... era como en uno de mis sueños eróticos,... yo estaba profundamente dormida y soñaba que un desconocido me estaba tocando a la fuerza las partes más íntimas causándome placer... Sin embargo aquello era real... Mi respiración entrecortada era real... Iban a violarme y yo estaba disfrutando... Me dejaba tocar en todos los sitios,... mi cuerpo respondía como nunca a sus caricias,... mi deseo me resultaba extraño, pero muy fuerte... como nunca había sentido por ningún hombre.

Vas a hacer que esta tía se corra... dijo el de atrás. Está tan cachonda que se muere de ganas, le respondió fanfarrón. Abrí los ojos. Sonreía. Su mirada estaba fija en mi, introduciendome... Debía estar tan sorprendido como yo.

Está salida a tope. Seguro que hace tiempo que no se la calzan... Volvió a decir el que me sujetaba. Sin dejar de manosearme preguntó si mi novio no me lo hacía, si era marica,... No le contestaba a nada... estaba entregada completamente a esos dedos que se movían hábilmente por mi sexo causándome más y más placer... Sin parar de tocarme respondió: "No creo que sea eso", y reafirmó moviendo la cabeza de un lado a otro... Metiéndome más adentro los dedos empujó con violencia... Me hizo daño, pero me gustó... Solo pude gemir..... Aquí la entra de todo... esta lo que necesita es un buen rabo...

Hablaban de mí como si yo no estuviera, comentando lo dispuesta que parecía, las ganas que se me notaban, lo apetecible de mi cuerpo, lo que harían o dejarían de hacer con mi cuerpo si fuesen mi novio... A medida que sus caricias me iban doblegando, sus comentarios iban siendo más fuertes, bueno, más que fuertes guarros...

¿Te jode o no te jode bien el picha floja de tu novio?...¿ Crees que le importará si te echamos un buen polvo?. A lo mejor hasta me lo agradece... a una hembra como tú hay que tenerla bien tirada... y seguro que él solito no puede... La gracia les resultó simpática y empezaron a reírse... ¿ Te la mete muy a menudo?... Seguro que siempre te quedas con ganas de más... ¿Verdad que sí guarra?...

Muy seguro de sí mismo seguía moviendo los dedos dentro de mí... Su otra mano no paraba de jugar con mis pechos erizando mi piel... Por un momento miré como les recorría... Tenía los pezones completamente erguidos, como nunca me les había visto...

¿Verdad que este conejo se muere de ganas?... En cuanto te meta el rabo te vas a correr de gusto... Me irritaba que hablaran de mí en ese tono, no paraba fanfarronear con lo que me iba a hacer, dando por sentado que yo no solo no diría nada, sino que debía estarle agradecida... Iba a abusar de mí y encima como él decía, me estaba haciendo un favor... Según él era una insatisfecha y me bastaba ver un miembro para morirme de deseo, buscaba ansiosamente calmar mi calentura,... Me trataban como a un simple objeto, como a una a chica de usar y tirar... pero tenían razón,... todo lo que decían eran verdad, lo estaba deseando... El de atrás se estaba riendo con los verdes comentarios de su amigo...

Antes de que pudiera decir nada, sus dedos acariciaron mi clítoris arrancándome otro suspiro de placer,... No pude contestar, no quería contestar... Yo seguía jadeando incapaz de ahogar mis gemidos... Si se está derritiendo la muy buscona... Pegado a mi oreja el de atrás me preguntó con un murmullo lascivo cuánto tiempo hacía que no me ponían una buena vara... Contesta buscona, dijo el otro con un tono entre rabioso y enfadado arrastrando las últimas letras. La única respuesta que era capaz de darles eran mis gemidos de placer, cada vez más profundos, cada vez más prolongados...

De repente sus dedos pellizcaron con fuerza mi clítoris. Me quejé pero en vez de ceder, lo que hizo fue retorcerlo hasta hacerme gritar de dolor. Nunca me habían hecho eso. Dolía horrores y me hacía encorvarme. No dejaba de hacerme daño y empecé a llorar... Podía matarme de dolor y podía causarme placer... era suya y me lo estaba recordando... Repitió de nuevo la pregunta sin dejar de hacerme un daño terrible... Contesté que sí me lo hacía... Pareció no oírme... Volví a repetir que sí me lo hacía... ¿ Que te hace qué?.... Se acuesta conmigo, les dije entre sollozos... Otro pellizco aún con más fuerza.. Casi gritando les dije : - ¡¡¡Me jode por las noches!!!... Los dos se rieron... Vamos putita dinos cómo se acuesta contigo ese maricón... o ¿eres tú la que se le cepilla?...

Humillada por el dolor les conté sollozando los detalles más íntimos... Empecé a contarles lo que me hacía y sólo entonces dejó de apretar tan fuerte... pero como si fuera una advertencia de que podía volver a hacerme gritar de dolor no soltó sus dedos sin darme un último pellizco... Temiendo defraudarlos y que volviese a hacerme daño les conté las historias que creí más excitantes... Les conté cómo me lo hacía en la bañera,... cómo le gustaba hacérmelo mientras veíamos un vídeo porno... Él estaba sonriendo y el de atrás no paraba de reírse mientras sacaba punta a todo lo que decía...

Así que el niño mete su miembro en tu cocoy. ¿Eh?... Vamos sigue, qué más te hace... Les dije que algunos días le gustaba introducirmelo desde atrás poniéndome a cuatro patas... No jodas, ¡si hasta te cabalga y todo!... Los dos se rieron al tiempo... Y tú qué le haces... Con lo ninfómana que eres no te estarás quieta ni un minuto... Seguro que nada más verle el pijo te abres de piernas... ¿Te gusta que te la meta?... ¡Contesta!... Sí... ¿ Se la meneas?... De nuevo risas... Sí... Debes ser una auténtica cerda...

Vamos... sigue... ¿qué más le haces?.... No supe qué contestar... ya les había contado todo... Ya te lo he dicho no sé que quieres oír, dije sollozando... No me contestes dijo en tono violento mientras agarraba mi cara con una mano... Mis labios quedaron entreabiertos... Me besó en la boca... Tienes morros de buscona... Menudas mamadas le tienes que hacer... No le contesté. ¿No me digas que no se la disfrutes?. Contesté la verdad, que no, que me daba asco... Esta vez ya no fueron risas, sino auténticas carcajadas. Suéltala... Tranquilo, con el ansia de rabo que arrastra no se va a echar a correr,... venga suéltala... Poco convencido el que me sujetaba soltó la trenca y quedé libre...

Ahora desnúdate... Me quité a la vez la americana, la blusa y la chaqueta. El sujetador roto cayó a mis píes... Me sentí grotesca y ridícula en esa situación... Estaba en medio de un bosque totalmente desnuda ante dos hombres, quieta como un espantapájaros... y lo que más me molestaba, calada hasta lo más profundo de mí... Con la ropa de la mano sin saber qué hacer se la di al otro. Con desprecio la tiró hacia atrás.

Me hicieron permanecer así un buen rato mientras me miraban de arriba abajo y entre ellos hacían obscenos comentarios sobre mi cuerpo... Casi todos iban dirigidos al tamaño de mis pechos... Completamente desvestida, humillada por lo que les había contado, avergonzada por no haberme resistido al placer, seguí mirando en silencio al suelo y esperé sus órdenes soportando que me metieran mano de forma tan burda... Por primera vez sentí frío y rodeé mis pechos con los brazos para darme algo de calor. Bruscamente me los quitó. Quería verme así, absolutamente desnuda y preparada para cuando él quisiera tomarme.

Desde atrás el otro me agarró por primera vez los pechos... Buen par de melones... Sus manos parecían más robustas y me los apretó con fuerza... Mientras me sobaba entera delante de su compañero, entre mis nalgas volví a sentir su rígido miembro, fuerte y aprisionada... Su cuerpo se pegó a mi espalda y metió una mano entre mis piernas. Rápidamente notó mi humedad... Si lo está deseando la muy buscona... Esta tía es una come miembros de cuidado... Oprimiendo mi sexo me obligó a ir aún más hacia atrás, hasta pegarme completamente a su cuerpo... Me metió los dedos y empezó a moverlos dentro... No tardó en hacerme jadear. Mírala cómo goza... Está cachonda a tope... A esta no la han jodido en condiciones en su buscona vida...

Volvió a arrimar su cara a mi oído y empezó a decirme marranadas en tono lascivo... Aún las recuerdo como si las estuviera oyendo ahora mismo... Joder, tienes el chocho empapado... Estás deseando que te tire... Estás más salida que una perra en celo...¿Tienes ganas de rabo eh?... En cuanto te le meta vas a gozar de verdad... Tu chocho va a saber lo que es un buen palo... Dominada por el placer separé las piernas un poco... Metió sus dedos aún más adentro... El gemido fue largo y prolongado... ¿Cómo eres tan buscona tía?...Cuando acabe de tirarte le vas a contar a tu novio lo que es joder de verdad... No te imaginas el pedazo de rabo que te voy enchufar... Te la voy a meter hasta que te salga por los ojos... Te voy empotrar hasta los huevos en el chumino... Sus comentarios obscenos me excitaban aún más. El tono lascivo de su voz me hacía desear lo que me proponía... Estaba a punto de correrme...

Así que nunca te han metido una chorra en la boca ¿eh?. No... contesté avergonzada mirando al suelo. Tranquila.... ahora vas a disfrutar un buen miembro... Ponte a cuatro patas, como si te fuera a montar tu maromo... En cuanto el otro me soltó obedecí de inmediato. Sabía que si me negaba me iba a dar lo mismo. Mis melones quedaron colgando entre los brazos. Menuda yegua, no me extraña que se la beneficie por detrás... ¡Está buenísima!...

Apoyó su mano en mis riñones impidiéndome avanzar, luego, palpó mis nalgas y fue recorriéndolas hasta encontrar el camino que le llevó a mi sexo... En esa postura me hizo separar aún más las piernas... Ahora estaba completamente abierta... Adivinaba que tenía los ojos clavados en mi trasero... Seguramente me estaría viendo los labios hinchados y brillantes por mis jugos... Tal vez su miembro ya estuviese fuera de los pantalones... Sabía que estaría tan turgente como el de su amigo... Supuse que a lo mejor quería entrar en mí en ese momento y me imaginé poseída por sus dos miembros a la vez... Al hacerlo un escalofrío de placer hizo palpitar mi cocoy y deseé que lo hicieran... Sin dejarme mover, me tocó por todos los sitios y magreó enérgicamente mi vulva... Este chocho está pidiendo guerra a gritos... Déjate de mariconadas y cepíllatela ya... Si no te la trajinas ahora mismo me la tiro yo... ( Si he de ser sincera en ese momento estuve a punto de pedirle que lo hiciera.. ) Eso luego,... tranquilo tío, antes se la va a tragar entera...

Ven aquí,... te voy a enseñar lo que es una buena mamada... Se agarró el miembro y le hizo apuntar a mi rostro. Venga ven a comértela ya... Se desabrochó del todo los pantalones y se los bajó un poco. Sus testículos quedaron al aire y agarrándoselos los exhibió engreído delante mí... Les tengo cargados de leche y te vas a tragar hasta la última gota...

Gateé hasta ponerme justo enfrente de su sexo. No se molestó ni en acercarse. Tuve que incorporarme un poco para poder alcanzarle y me senté sobre los talones. En esa postura agarró mis pechos y colocó en medio su miembro. Buenos melones para una cubana... No sabía lo que era eso y me quedé quieta mirándole... Bruscamente me las hizo coger con las manos y que se lo restregara con ellas. Vamos buscona menéalas... Suavemente empecé a moverlas con movimientos circulares... Su miembro estaba caliente y su tacto me resultó agradable. No pude resistir la tentación y miré mis pechos. En medio de mis senos destacaba su rojo capullo aprisionado...

Miré hacia arriba y vi en su rostro una expresión de placer... Me sentí tremendamente sexy y excitada por lo que estaba haciendo. Era capaz de proporcionarle placer con mi cuerpo... me sentí orgullosa como mujer... A medida que jugaba con ella entre mis senos, fue dejando un rastro de humedad... Él me estaba utilizando... estaba abusando de mí y sin embargo al tiempo estaba sometido a mis caricias... Era su esclava y su dueña al tiempo.

Luego me lo frotó por toda la cara. Mientras me lo hacía de nuevo me sentí completamente sometida. Dejó que su punta se paseara varias veces por la comisura de mis labios antes de ordenarme secamente que se lo disfrutara. Rodeé su miembro con la mano y resignada pero al tiempo impaciente me lo metí en la boca... La sentí grande y dura entre mis labios... Comencé a succionar como había visto hacer en las películas. Enseguida noté la suavidad de su capullo en mi lengua... Su sabor me pareció fuerte y viril... Su dureza me indicaba que estaba excitado, muy excitado...

Con las dos manos agarró mi cabeza dirigiendo mis movimientos. Luego retiró la mía de su sexo y me hizo acariciar sus huevos... Venga buscona lámelos... Subyugada obedecí sus órdenes y dejé que mi lengua les recorriera enteros.... Luego agarró mi cara y me hizo abrir los labios. Volvió a empujar metiéndola entera. Entre jadeos movía su cadera empujando su miembro dentro de mi boca como si me estuviera metiendolo... Vamos buscona cómemela entera gritaba con la respiración entrecortada y cada vez me lo hacía meter más adentro... Yo aceptaba sus envites gozando al sentirla en mi boca, gozando con lo que nunca me habían hecho y constantemente soñaba en mis fantasías secretas... Cerré los ojos y me entregué concienzudamente a lo que estaba haciendo...

El otro se puso a un lado para verlo... Anda que no tiene hambre la tía esta, y eso que no la gustaba... dijo riéndose... Te va a dejar seco... Mira cómo la bailan los melones... Era verdad, mis pechos colgaban de un lado a otro al ritmo de sus movimientos...

Por un momento la sacó de mi boca... Mis labios la buscaron ansiosos... Volví a sujetarla con mis manos... disfruta... disfruta biberón... No me importaba que se riese así de mí, estaba disfrutando con lo que hacía... Su sabor se iba haciendo más y más fuerte...

Me voy a correr en tu buscona boca... Por su agitación adiviné que no tardaría en hacerlo... Ordéñamela hasta la última gota... Cuando eyaculó sentí brotar con fuerza su fluido inundando mi boca. Cada espasmo iba acompañado de un chorro que me llenaba. Tuve que hacer auténticos esfuerzos para tragarlo y no ahogarme... Una de las veces, al retirarse se salió de mi boca y uno de sus chorros salpicó mi cara. Rápido volvió a metérmela y siguió moviéndose como antes... Sentía resbalar el fluido por mi mandíbula mientras se la disfrutaba... Una gota calló sobre mi pecho... Estaba caliente y me gustó sentirlo ahí... Se movía frenéticamente y mi sexo olvidado ardía de deseos... No me dejo retirar la cabeza hasta que hubo acabado por completo... Solo entonces permitió que sacara su miembro... Una arcada casi me hizo vomitar... El otro empezó a reírse al verlo... Me había olvidado de que eran dos y de que el segundo reclamaría mi cuerpo...

Me quedé de rodillas y escupí los últimos restos de fluido pero no pude quitarme su sabor. Me pasé el dorso de la mano por mis labios para limpiarme la boca... El otro estaba apoyado en el coche, sin perder detalle y fumando tranquilamente un cigarro. Un tremendo bulto destacaba en sus pantalones...

Levántate y ven aquí, me ordenó impaciente... Me quedé mirando al que acababa de disfrutar de mí y no me moví. Tranquilamente se estaba guardando su miembro. Esperaba más que sus ordenes su permiso. De dos pasos se plantó a mi espalda. Me agarró del pelo y me hizo levantar a la fuerza. Literalmente me arrastró hasta el coche y me tiró de bruces sobre el capó. Me hizo daño y sorprendida por su brutalidad intenté darme la vuelta. No entendía el por qué actuaba así... Si sabía que me iba a poder tomar como quisiera... Asustada traté de levantarme, pero él se tiró encima de mí inmovilizándome... Para que no me moviera me empujaba la espalda aplastando mis melones contra el coche. El frío del metal hizo endurecer mis pezones.

Me entró un pánico tremendo y empecé a patalear y a mover los brazos tratando de liberarme. Sujétala, me la voy a pasar por la piedra ahora mismo, ordenó a su amigo. El primero me agarró de las muñecas y tiró de mis brazos hacia adelante sujetándome... Al ceder la presión sobre mi espalda giré la cabeza para ver qué hacía... Aún tenía el cigarro en los labios... Se había bajado los pantalones y su miembro, más grande que el de su amigo ya estaba preparado para entrar en mí. Con su rodilla me separó un poco mi pierna y se colocó en medio... Me palpó primero con la mano y metió un dedo con brusquedad... Me quejé... Cállate buscona, me ordenó casi gritando... Acercó su miembro a mi entrada... No paraba de moverme y me resistía como podía... No acertaba a entrar en mí y empezó a insultarme y a decir palabrotas...


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Experiencias


Hola a todos tengo mucho tiempo leyendo relatos así que pensé que ya era justo que yo mandara algo para ustedes bueno ahí les va.

Me llamo Carolina vivo en México y tengo 20 años soy delgada de piel morena claro cuerpo bien cuidado pechos no grandes de hecho son pequeños pero me agradan y mi trasero es rico a mí me gusta también hago mucho ejercicio nado, gimnasio, etc

Les tengo que confesar que siempre me ha gustado vestirme si no provocativamente sí con ropa que aumenta el deseo entre los chavos y eso sí me gusta se me hace una forma de sentirse libre pero bueno en mi familia somos mis papás , mi hermana de 17 y mi hermano de 15 tengo que confesar que ellos son los guapos de la familia mi hermana a pesar de sus 17 esa una chavita ya muy bien formada un cuerpo muy atractivo para cualquiera que la vea de hecho nunca le falta galán pero ella es de una forma de ser que no le gusta tanto salir así que muchas veces se queda en casa los fines de semana mi hermano es la oveja negra de la familia es muuy guapo juega fútbol va al gimnasio la cosa es que las chavitas de su edad se derriten por él y muy bien que aprovecha la situación ahí luego les platico.

Y bueno a mí siempre como ya les dije me ha gustado vestir sexy y siempre desde la secundaria me ha gustado ver a los chavos cómo se ponen cuando se enfrentan a una situación que nunca se imaginan que pudiera pasar por ejemplo había un chavo en la prepa un año menor que yo que es el típico nerd pero el asunto es que era muy guapo pero no era muy extrovertido y yo mala ya le había echado el ojo así que muchas veces me las arreglaba para encontrármelo en los pasillos o en la cafetería donde le sacaba plática estaba decidida a darle algo para que me recuerde y a ver qué pasaba en la cafetería cuando no me sentaba en su mesa intentaba sentarme enfrente para que me pudiera ver yo muy disimulamente iba abriendo mis piernas mientras platicaba con mis amigas o amigos de tal forma que cualquiera que estuviera en su posición me podría ver mi ropa interior aparte de que me gustaba arremangar mi falda para que no estuviera tan larga así que le regalaba una súper vista de mí que muchos galanes nunca van a recibir luego en una ocasión en la que estábamos organizando una quermés para la escuela necesitaba gente para que ayudara así que busqué a muchos pidiendo ayuda que para conseguir comida, ayudar a poner mesas ,cobrar durante la quermés y organizar otras cosas entre los que escogí estaba este niño que ya me traía como en una obsesión muy cachonda pero a él y a una amiga que yo ya le había contado todo esto somos muy cómplices tenían que ir a mi casa para pintar pancartas y mantas para esta fiesta yo ya me había puesto de acuerdo con mi amiga para que ese día le regalara algo al chavo este que nunca se le fuera a olvidar quedamos en la tarde en mi casa ya que casi siempre mi casa esta sola en las tardes antes de que llegaran busqué algo que me hiciera sentir muy provocativa me puse una blusa de esas que se amarran por atrás parecidas a un top pero dejan la espalda descubierta sólo por los tirantes que se amarran para que no se caiga la blusa sin sostén ni bra ni nada y unos pantalones tipo pescadores sin panty debajo y como son de la tela de los jeans pero como de lycra se me veían muuy bien tengo que aceptarlo jejeje ok.

Me vi en el espejo y de veras era provocativo desde ese momento ya me sentía muy cachonda por todo lo que pensaba que podía pasar y bueno ya llegaron los 2 mi amiga y el chavo que deberían haber visto la cara que puso de entre tonto y puberto calenturiento que hasta me dio risa pero ya nos pusimos a trabajar porque teníamos que sacar el pendiente de las mantas pero siempre que me movía intentaba poner una pose sexy así cuando iba a tomar algo como una brocha o pegamento me ponía en 4 y como él estaba de frente se podía ver todo mi escote y yo sabía que me estaba viendo porque se ponía súper pero súper nervioso y como es de piel blanca no podía evitar ponerse rojo rojo pero rojo tomate y ya terminamos yo ya les había dicho que se llevaran traje de baño para entrar a nadar ahí en mi casa él no quería poniendo mil pretextos pero entre mi amiga y yo lo convencimos en eso ya había llegado otro amigo que es un joto así le decimos para que se enoje por que si es homosexual.

Otro monumento de chavo lastia de su preferencia y ya salimos al patio y jugamos con mi perro tito un pastor alemán y ya todos en traje de baño nos metimos a nadar yo llevaba un bikini muy sexy era el que más me gustaba muy cortito de abajo y de arriba pues también ya ya jugábamos , platicábamos y hasta que jugamos caballasos es ese en el que te sientas en los hombros de otra persona e intentas tumbar a la otra pareja y pues todo planeado el güerito me tocó de pareja yo encantada intentando subirme en él me restregaba en su espalda mis pechos mi entrepierna él lo notaba y como no queriendo la cosa cuando me impulsaba con mis piernas rozaba mis pies con su miembro estaba durísimo se los juro yo andaba ya súper cachonda jugamos un rato hasta que les hice la señal para que se fueran a mis otros 2 amigos ellos con cara de picarones inventaron una excusa y se fueron nos quedamos solos ya eran como las 6 de la tarde y ya hacia frió así que se imaginan como andaba de mis pezones y se notaban demasiado debajo del bikini y ya le dije que a seguir jugando como peleas ya saben que nos aventábamos agua y luego ya manotazos y luego ya sentía cómo me daba manotazos en mis pechos muy disimulados luego me agarraba desde atrás y me restregaba su miembro durísimo en mi trasero ya hasta que me decidí y en esas veces que le agarro su miembro duro apenas lo toqué unas 5 veces él se dejaba que siento algo viscoso ya se había corrido el pobre jajaja pero como sé que eso puede llegara ser muy malo para ellos digo en lo psicológico lo seguí tocando le dije que nos fuéramos a mi cuarto lo agarré de la mano y lo guíe hasta mi cuarto nos quedamos de pie el estaba súper nervioso y no hacía nada nomás sentir ya me imaginaba que iba a pasar esto así que yo tomé el mando y le acariciaba su miembro flácido mientras lo besaba le decía que me tocara mi cuerpo lo hacía pero la verdad era muuy malo me imagino por no haberlo hecho antes paré me hice para atrás unos pasos y me fui quitando primero mi bra del bikini dejando mis pechos el aire súper erectos por el frió y porque todavía estaba mojada aparte la cachondez que sentía y seguí tocándolo él también me tocaba ya se sentía bien luego lo senté en la cama y le bajé su traje de baño nunca voy a olvidar su miembro blanquísimo semi erecto y no con mucho vello y se lo empecé a besar despacito mientras yo me bajaba mi panty y me la corria bien fuerte ya cuando empezó a crecer más su miembro yo ya lo lamía como si fuera una paleta así igual ya estaba muy duro para eso yo ya no aguanté y me la corrí hasta el orgasmo mientras ya estaba haciéndoselo oral con todas las de la ley.

Le gustaba yo seguí hasta que sentí otra vez lo viscoso pero en mi boca yo no podía dejar de disfrutar yo me seguía jugando ya tenía ganas de que me lo introdujera así que cuando ya estuvo duro otra vez lo acosté en la cama y me empecé a sentar en su miembro insertándolo en mi cocoy despacito ya para ese entonces yo andaba súper pegajosa por todos lado mi boca por su esperma mi mano por mis fluidos y mi cocoy por lo caliente que andaba así que no me costó nada lograr que me introdujera yo lo gozaba él también yo era la que estaba haciendo casi todo después de como 5 minutos se volvió a correr ahora en mi cocoy ¡¡¡error!!!.

Resulte embarazada a los 17 por eso tuve que recurrir al aborto ya sé que con esto me gané la antipatía de muchas personas pero así fue y ni modo después de esto del embarazo digamos que estuve fuera de cualquier actividad social por ¡¡¡5 meses!!! demasiado lo único que podía hacer era ir a la escuela a la casa así eso era todo.

Dicen que cuando te entra la ociosidad haces hasta lo impensable y créanme que es verdad lo siguiente paso a los 3 meses de lo anterior yo estaba nadando y pues hacía mucho sol así que aproveché para airarme al sol relajarme y como sé que lo mas relajante es el sexo pues me empecé a correr aprovechando que no había nadie somos bien callejeros y pues me quité mi traje de baño que esta vez no era nada sexy me puse bronceador y me acosté y me empecé a halar el ganzo despacito pensando en no sé qué ya estaba apunto del orgasmo cuando oigo ruidos esa Tito el perro que andaba deambulando por el jardín entonces con lo caliente que andaba no me fijé mucho hasta que se estaba acercando y vino a saludar como siempre bien juguetón y como yo estaba acostada y sin querer me fijé en su miembro claro nomás veía lo que es el forro no sé cómo se llame y pues se veía muy grande me estaba ganando la curiosidad y la calentura y al haber leído relatos de zoofilia (¡¡¡así que esto es su culpa eh!!!) se la empecé a tocar despacio no sabía cómo iba a reaccionar no hizo nada nomás se puso como que tieso con más confianza se lo agarré con toda la mano y lo empecé a sentir bien duro se lo acaricié como si estuviera jugando con su miembro se estaba saliendo de su forro era caliente y muy rara pero seguí acariciándola hasta que tomó su tamaño ¡¡¡wow!!! es grande ¿eh? Déjenme les digo ya andaba súper caliente estaba derritiéndome por todos lados era enorme pero de repente como que descubrió mi cocoy la empezó a oler y yo me dejé pero de repente se puso como loco pero de veras y como yo no sabía cómo reaccionar me dio miedo y me eché a correr jaja hubieran visto es que se me aventaba, encima entré en la casa y en seguida cerré con seguro me empecé a reír como loca de veras eso fue suficiente por ese día pero me la pasé pensando en esto de mi perro me empecé a poner cachonda y dispuesta ahora sí a lo que sea pero ya estaba mi familia en la casa así que no podía sólo quedó halarme el ganzo en mi cuarto el día siguiente nomás encuando salieron todos salí al jardín ya estaba caliente y dispuesta a lo que fuera empecé a tocarlo a jugar hasta que tomó el tamaño que había visto ayer era impresionante pero ahora yo le llevé la cabeza hasta mi cocoy donde olió y empezó a lamer ¡¡¡wow!!! increíble es algo muy fuera de lo común otra vez se puso como loco pero ahora sí sabía qué tenía que hacer me puse en 4 y empecé a sentir cómo me empujaba con su abdomen pero con una fuerza muy grande yo no sabía qué hacer digamos que por instinto agarré su miembro que ya era diferente porque tenía una bolota al final pero yo ya había leído que hay que evitar que introduje esa bola porque puede hacer mucho daño así que le agarré el miembro por su tronco y lo dirigí hacia mi cocoy yo ya estaba que ¡¡¡uff!!! me derretía de ganas y ya lo coloqué pero nomás no esperó nada de volada me introdujo casi casi me caigo de boca por el escalofrió que me provocó esa metida tan inesperada me debilitó totalmente pero seguí asegurándome que no fuera a entrar su bola se los juro por cada metida sentía algo increíblemente fuerte placentero no sé cómo describirlo me sentía increíble tuvo orgasmo sobre orgasmo nunca había sentido algo así estuvo así metiendo y sacando su cosota como 10 o 15 minutos no sé la verdad nomás me sentí súper llena de su esperma cuando dicen que es caliente no es broma sí es caliente pero se siente muuy rico después de esto con Tito el castigo se paso increíblemente rápido iba con él casi todos los días me sentía súper bien tranquila y bueno eso fue lo que pasó con mi Tito.

Otra cosa que pasó durante este tiempo pasó con mi hermano de repente le dio por espiarme me espiaba mientras me bañaba y yo lo sabía porque lo veía no sé de dónde sacaba unos dichosos espejitos y los pasaba por debajo de la puerta del baño y se dedicaba a ver a mí no me molestaba porque entendía que le daba curiosidad así que me dejaba es más a veces hasta le daba un show completo me hacía como si me tuviera que lavar los pies poniéndome de espaldas y me doblaba toda dándole la vista de mi cocoy desde atrás y mi ano la verdad es que me sentía súper cahonda cuando me daba cuenta pero lo que sigue fue lo peor que me pudo haber pasado, se los juro no se lo deseo a nadie aunque suene a mucho morbo pero de veras que afecta demasiado a las personas de repente ya no se conformó con los espejos sino que me tomaba fotos con una cámara de esas digitales ¿como? Quién sabe pero se las arreglaba y lo sé porque varias veces las vi ahí en ese momento ya no me gustó esto porque ¿se imaginan qué podría pasar si alguien lo cachaba con esas fotos?.

Hasta que un día mi papá entró al cuarto de mi hermano y vio las fotos el asunto es que le puso una regañada muy fea nada más que desde entonces yo veía como mi papá me veía diferente con otros ojos más de morbo que cualquier otro sentimiento ahí fue donde empezó mi pesadilla porque de repente se volvió muuuuy cariñoso me abrazaba me besaba me acariciaba pero siempre de una forma como con malicia si me abrazaba por coincidencia o no me tocaba mis pechos si me besaba lo hacía casi casi entre el cachete y los labios así pasó como un mes hasta que pasó algo que todavía me tiene con mucho temor yo estaba dormida y de repente me despertó un sonido de la puerta y ahí cómo se abría también cómo alguien entraba y se acercaba a mí estaba a punto de gritar cuando me tapan la boca y me sujetan ¡¡¡era mi padre!!!.

Me empezó a decir un montón de cosas obscenas no me lo podía creer me echaba la culpa de que él hiciera esto por vestirme así y las fotos y en cierta forma era cierto pero lo que más me preocupaba era mi mamá qué pasaría si nos ve así todo eso pensaba cuando me empieza a tocar de forma desesperada pero con gran tino al poco tiempo ya me tenía hecha trizas de placer me tocaba mi cocoy mis pechos en muy poco rato me hizo llegar al orgasmo me sentía culpable pero en ese momento no podía pensar en otra cosa que no fuera sexo me sentía muy caliente luego mi papá se empezó a desnudar se acostó detrás de mí cuando se quito la ropa interior pude sentir su miembro totalmente duro y caliente luego él me dijo que lo tocara yo lo hacía por temor y calentura lo hacía él parecía disfrutar y yo lo complacía luego me ordenó que se lo hiciera oral yo lo hacía me lo metía en la boca mientras él me decía que lo disfrutara más fuerte así como si me estuviera metiendolo por la boca.

Yo obedecía no me daba otra cosa aparte de que me estaba gustando hasta que llegó al orgasmo en mi boca me ordenó que me lo pasara todo él seguía chorreando yo seguí tragando después de esto nomás atinó a decirme que no le dijera a nadie la cosa es que me amenazó de una forma cruel y cobarde una semana después les dije a mis papás que me quería ir a estudiar a otro lado claro que era porque me quería alejar de todo.

Mi papá yo creo arrepentido aceptó mi mamá algo aprensiva no quería pero la convencimos así que después de esto 3 meses después ya estaba en un internado en Inglaterra ¡¡¡wow!!!.

No era lo que esperaba ya que te trataban como encarceladas y eran súper exigentes pero por lo menos ya estaba lejos había varias chavas mexicanas y claro de muchos países me hice amiga de varias éramos como uña y mugre las 4 no nos separábamos a todos lados juntas no había otra había una que era de veras bellísima tenía cuerpo de modelo perdónenme los no mexicanos pero es el prototipo de belleza mexicana que es de las más bonitas del mundo

Y bueno a mí me gustaba verla es de ese tipo de personas que no puedes evitar de ver cuando vas por la calle, cuando salíamos al los bares o a las discos a la primera que sacaban era a ella y yo sentía una necesidad de verla no sé por qué bueno al principio pensé que era admiración por su belleza pero después descubrí que era atracción después de la práctica de deportes en las regaderas no podía simplemente dejar de verla su cuerpo desnudo era increíble en las noches se los juro me corria el cuero pensando en ella me gustaba ya no lo puedo negar varias veces en las regaderas cuando me le quedaba viendo ella me observaba y me daba cuenta yo y veía como una sonrisa así como picara eso me derretía y sólo atinaba a desviar la mirada pero ella mantenía la vista fija hasta que un día estábamos en la misma práctica y no sé algo pasó que nos pusimos a platicar y no pudimos evitar las carcajadas el entrenador se molestó y nos dejó castigadas nos puso a hacer abdominales y no sé qué cosa después de la práctica así que cuando llegamos a las regaderas ya no había nada y esto me tenía súper nerviosa aunque yo sabía que esta era una oportunidad que no podía dejar pasar nos desnudamos y entramos a las regaderas ahí fue cuando ya no pudiendo evitar decirle lo mucho que me gustaba me acerqué y la besé ella no se separó al contrario me correspondió aquello era increíble esa mujer tan bella estaba conmigo desnuda ¡¡¡besándome!!! nos empezamos a acariciar yo no pude evitar tocar su trasero se lo apretaba con las 2 manos con una empezaba a tocarle su ano y su cocoy a mí me sorprendió que estaba súper viscosa por sus fluidos ella también me tocaba pero mis pechos nos estábamos tocando como locas yo ya no aguanté y me puse de rodillas entre sus piernas acariciándole sus piernas mientras empezaba a lamerle su vello púbico para luego llegar a su cocoy estaba caliente y como ya les dije viscosa le dije que se acostara era de esas regaderas que no tienen cortinas ya acostada me puse a lamerle con todas mis fuerzas su cocoy le restregaba mi lengua ella agarraba mi cabeza me jalaba tanto mi pelo que parecía que me quería dejar pelona también le agarraba sus pechos estaban súper erectos duros ella me dijo que pusiera mis nalgas en su boca sin apoyarme nomás así como en 4 ella me lamía me restregaba su boca en mi ano y mi cocoy se los juro esto también era totalmente radical a lo que había sentido antes yo me dedicaba a sentir y con mis manos la acariciaba también la introducia en ese momento cómo me hubiera gustado ser hombre para poder meterla hacerla gozar así como me estaba haciendo gozar me estaba muriendo del placer en eso estamos cuando sin darnos cuenta que llega una maestra casi le da un infarto pero a fuerza de gritos y groserías nos levantó así desnudas y nos llevó con la directora ¡¡¡fue la mejor exhibición de mi vida!!! pero claro la directora nos echó un rollote y nos corrió de ahí mi amiga se regresó a Puebla y yo pues a Hermosillo otra vez con mi familia aunque ahora ya no vivo ahí trabajo de supervisora en una maquiladora y gano mi dinerito. Esas han sido mi experiencias estuvo muy largo pero vale la pena pues son puras verdades sin exageraciones.

Ojalá les haya gustado.


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40 grados bajo las sábanas


César se durmió a mi lado y yo sentí de nuevo que estaba en el mismísimo cielo, flotando en una nube junto al ángel de mis sueños. Por poco me pellizco para ver si estaba despierta o no. Por fortuna estaba bien despierta, no quería perder el tiempo durmiendo cuando tenía a este hombre desnudo junto a mí, en mi habitación del hotel, tan cerca que podía escuchar su respiración, cuando podía ver su cuerpo en vivo y en directo y no a través de una cámara en el messenger.

Definitivamente estar con él no había sido como me lo había imaginado tantas veces en mis noches de insomnio, sino mucho mejor; mis expectativas habían sido alcanzadas y superadas con creces tanto que me daban ganas de reír o de saltar sobre la cama pero no quería despertarlo.

Alguna vez escuché que mirar a una persona mientras duerme es como abrir una carta que no es para uno, pero eso me parecía una estupidez y más en este momento. Mi única intención era velar su sueño, mirarlo a mis anchas mientras no era conciente de ser observado, llenarme la mente con la vista de su cara tan plácida mientras le declaraba mentalmente mi devoción.

Bajé la mirada por su silueta, por su perfil, retirando un poco la sábana roja la cual se resbaló deliciosamente por su costado. En cualquier otra circunstancia esas sábanas me habrían parecido de burdel pero no en este caso. El rojo hacía que todo fuera más erótico… algo así como amor en rojo…

Volviendo a la realidad hacía mucho calor y el material de las sábanas no ayudaba para nada. Además estaban llenas de sus fluidos corporales y los míos. Decidí tomar una ducha que me ayudara a conciliar el sueño pero ni eso me sirvió. Ya casi amanecía cuando logré dormirme recordando la plácida tarde y noche anterior en la cual César y yo habíamos dado rienda suelta a nuestra pasión guardada por muchos meses. Asimismo recordé que el vivía con otra mujer, que a lo mejor lo había esperado despierta toda la noche, a la cual el seguramente le había mentido para poder estar conmigo. El corazón se me encogió entre sueños.

Un par de horas después…

Despierta perezosa – me dijo él –. Mira que bonito día de final de verano hace. Recuerda que tenemos un par de planes pendientes.

Yo lo observaba a través de las pestañas sin atreverme a abrir aún los ojos pues la luz los maltrataba. Quería dormir un rato más pero sin duda prefería estar con él, escuchar atentamente lo que me proponía.

Buenos días mi vida, – le contesté entre dormida y despierta – qué hora es?

Las ocho – me respondió él besándome en los labios delicadamente.

Mmmmm, que rica manera de despertar, – le dije correspondiendo su beso con otro – ojalá todos mis amaneceres fueran así de dulces. A propósito que decías de nuestros planes pendientes?

Hace dos días reservé una casita rural – me dijo mirándome pícaramente.

¿En serio mi cielo? – le pregunté saltando de la cama –. Que felicidad… en donde es? Hace dos días?

Una pregunta a la vez princesa – me dijo el divertido ante mi actitud infantil –. Reservé una de las que te gustaron en aquella ocasión en que te comenté de las casas rurales españolas, una de la provincia de Guadalajara, la casa río dulce. Y fue hace un par de días porque debía resolver unos asuntos en la oficina; pero ya esta todo solucionado.

Pasar unos días en una de esas casas siempre fue uno de nuestros sueños. Me acerqué a él y no le dije nada, simplemente lo abracé muy fuerte como queriéndole decir gracias por pensar en todo, por ser tan dulce y lindo.

Pensamos en tomar un baño juntos pero eso nos habría retrasado mucho (ya te imaginaras por qué) y al fin nos decidimos por una ducha rápida para salir cuanto antes y tomar camino hacia nuestro pequeño nido de amor.

Que rico hueles… – me dijo mimoso – me muero por comerte los melones y el chocho de nuevo.

Y yo me muero de ganas de que me las comas – le contesté en un tono meloso y sensual – y de devorarte enterito otra vez, pero ya tendremos tiempo de sobra cuando lleguemos para hacer todas las guarradas que se nos ocurran.

Durante todo el camino (aproximadamente a una hora de Madrid) no hice sino preguntarle cosas sobre todo lo que veía. Parecía una niña pequeña con un juguete nuevo, con la cabeza fuera del coche mirando el paisaje, disfrutándolo todo con ojos nuevos. El también estaba radiante, sin saber si mirarme o concentrarse en la vía, con una sonrisa pintada en la carita que daba gusto mirarla.

Los excesivamente cálidos días de verano estaban pasando. Hacía varios días las tormentas habían hecho su aparición y poco a poco el paisaje otoñal entraba en escena.

Me describió como era la casita pero se quedó corto pues el lugar era una preciosidad. Los que han pasado un fin de semana en uno de esos pintorescos lugares saben de lo que estoy hablando. Era una hermosa casa tradicional completamente de piedra, rehabilitada, rústica por fuera y extremadamente acogedora por dentro, perfectamente dotada de todas las cosas que uno pudiera necesitar, con sauna, jacuzzi y chimenea. Situada en la parte alta del pueblo junto a la iglesia (como para tocar el cielo mientras pecábamos… irónico y pecaminoso) y que antiguamente albergaba el horno del pueblo. Desde la casa, las vistas del cañón, las buitreras y la arboleda del río son espectaculares. Se observan a los buitres y alimoches volar y posarse en sus nidos a 200 metros de la casa. Es un espectáculo increíble y único.

Un lugar rodeado de naturaleza, paz, tranquilidad, por estar dentro del parque natural hoz del río dulce ¿qué más se podía pedir? Lo mejor de todo era la compañía, no podía estar con nadie mejor. El entorno invitaba al romanticismo y al amor.

Entramos abrazados como una parejita de luna de miel parando cada dos metros para darnos besos apasionados y prolongados, es que teníamos tanto tiempo que reponer que no queríamos desperdiciarlo, lo único que deseábamos era estar pegados el uno al otro.

Lo tomé de la mano y lo llevé sin palabras hasta la habitación. El me tomó entre sus brazos fuertemente.

Te parece si ahora tomamos ese baño a conciencia que no pudimos darnos en el hotel? – me preguntó mirándome con lujuria –. Mira que debo hacerte una inspección minuciosa y detallada y darte una buena frotadita en cada una de las partes de tu cuerpecito…

Es la mejor propuesta que me han hecho en la vida, – le dije – suena deliciosamente tentador.

Ya sin afanes por haber llegado a nuestro destino nos despojamos uno al otro de la ropa y nos recostamos en la cama un ratito mientras la tina se llenaba. Tuvimos que hacer un esfuerzo incontrolable para no hacer el amor antes del baño, pero la espera de seguro valdría la pena.

Cortinas cerradas, velas, agua tibia… casi fría, música suave – Only Time interpretada magistralmente por Enya –, César y yo frente a frente, sumergidos en el agua mirándonos sin decir una palabra, simplemente escuchando y sintiendo la suave música, dedicándonos cada frase, mirándonos casi con adoración, con la fascinación de quien descubre a cada segundo algo nuevo y maravilloso, de quien se enamora nuevamente de su pareja a medida que el reloj avanza.

Estábamos algo separados pegados por las rodillas. Uno de mis pies inquieto empezó a juguetear con sus testículos muy, muy suavemente, resbalando los dedos bajo ellos, sopesándolos, acariciándolos bajo el agua mientras miraba la expresión dulce de su rostro. Tenía los dientes ligeramente apretados y apenas si parecía respirar, ambos concentrados en lo que ocurría bajo el agua y la espuma, en el movimiento de mi pie derecho alrededor de sus bolas. Mi mirada lo acojonaba, lo sabía, al igual que a mi la suya. Sentíamos una especie de desazón interior, una angustia deliciosa, miedo, ansiedad, deseo….

Una de sus manos impregnadas de espuma se deslizó por mi brazo, desde el dedo índice hasta el codo. Hasta el último de mis vellos corporales se erizó con la leve caricia de su mano y su contacto visual, por lo que dejé sus bolas por un momento y nos acercamos, nuestras piernas se enredaron y nuestros sexos quedaron frente a frente. Ahora eran sus dos manos las que subían por mis brazos, mas fuertemente, no con brusquedad sino con pasión, con premura, desde los codos hasta los hombros, enjabonándome y acariciándome, tomándome luego por el cuello, sus dedos pulgares en mi barbilla halando un poco hacia abajo para obligarme a abrir la boca.

El miraba mi boca entreabierta mientras la suya se hacía agua. En ese instante mis labios húmedos eran para el como una fruta exótica y jugosa que se moría por saborear.

Lentamente nuestros rostros se acercaron mientras cerrábamos los ojos, entregándonos ciegamente a ese beso que nos queríamos obsequiar. El deseo hacía que nuestros labios estuvieran completamente inflamados, hinchados de amor y desesperación, de lujuria, al resbalarse el uno en el otro en besos que se extendían más allá de nuestras bocas, al mentón, nariz, mejillas y ojos del otro.

Sus manos seguían en mi cuello y rostro acariciándolo. Las mías por su parte sobaban su pecho, mis palmas se apoyaban por completo en el masajeándolo en forma circular e incluso apretando fuertemente sus tetillas entre mis dedos índice y corazón lo cual al parecer le gustaba pues gemía levemente.

Siéntate encima de mí – me dijo quedamente al oído.

Me incorporé y el bajó sus piernas cerrándolas un poco para hacerme espacio. Me senté a horcadas encima de ellos frotando ligeramente mi sexo contra el suyo, fundiéndome en su cuerpo con un abrazo. Nuestros besos se agitaron, aumentaron su velocidad y las manos de uno apretaron el cuerpo del otro como si soñáramos ser uno solo.

Oh, César – gemía yo mientras sus labios se hundían en mi cuello.

Era insoportable sentir su miembro crecer bajo mi sexo, sentirla dura, tiesa junto a mi concha y no introducirla de inmediato en ella… pero nada como esa ansiedad irresistible que sentíamos en ese momento. No lo hacíamos desde la noche anterior y deseaba sentirlo más que nada en el mundo.

Durante todo el camino hacia el pueblo habíamos reprimido las ganas de parar en cualquier lugar para amarnos, ahora no queríamos que la palabra reprimir estuviera mas en nuestro diccionario. Me incorporé mas aún para que mi conchita se devorara su miembro y esta entró fácilmente. Lo tenía a mi merced, envuelto en mis piernas y en mis brazos, apretado contra un rincón de la tina, tomando el control en ese momento acabándolo a besos. Sus manos se deslizaron por mi espalda suavemente gracias a la espuma y tomándome por las caderas me ayudaba a subir y bajar deslizándome por su miembro. Luego esas mismas hábiles manos se deslizaron por la raja de mis nalgas acariciándome el ano, sin introducirme ningún dedo aún.

Yo temblaba de la cabeza a los pies como si fuera mi primera vez mientras nuestras lenguas y piernas se enredaban aún más. Nuestras manos corrían resbalándose ágiles y yo me movía como loca encima de el, de arriba abajo y viceversa, en círculos sin detenerme ni un momento en un movimiento frenético que ni yo misma podía medir. Minutos después me anunció que se corría, no podía controlarlo más, yo no me detenía, era demasiado insoportable como para resistirlo. Sentí su calor en mi interior y reposé algo cansada inclinando mi cabeza en su hombro mientras nuestra respiración se regulaba.

Te deseo tanto mi amor – me dijo – vamos a nuestra cama para estar más cómodos.

Nos salimos de la tina y nos quitamos uno al otro la espuma de la piel con una toalla. Luego me tomó de la mano y nos fuimos a la cama en donde nos tumbamos de medio lado, frente a frente y nos abrazamos de nuevo. Metí una de mis piernas entre las suyas y el me envolvió con su pierna a la altura de mis caderas. Así estuvimos varios minutos simplemente mirándonos y hablando tonterías. Nos acercamos lentamente para besarnos de nuevo sin prisa y sensualmente, estirando cada labio, succionando la lengua del otro con dulzura.

Bajó una de sus manos hasta mi cueva y comenzó a disfrutarme con su dedo corazón ejerciendo suave presión circular sobre mi clítoris. Me mordí el labio inferior, estaba muy caliente pues aún no me había corrido y mientras me tocaba movía las caderas hacia su mano. El miraba alternativamente mi cuerpo en movimiento y mi cara de placer. Mis ojos estaban cerrados y mi boca entreabierta, respiraba con dificultad y más a medida que la velocidad de sus caricias aumentaba. Sus dedos ahora se perdían en mi interior, se lubricaban con mis abundantes flujos y volvían a salir para continuar su masaje por mis labios exteriores y mi clítoris. Su boca se apoderó de uno de mis pezones y se mantuvo allí hasta que me corrí en medio de intensos espasmos y gemidos.

Me incorporé sin mediar palabra y hundí mi cabeza entre sus piernas apoderándome de su miembro con mi boca. Estaba tan agradecida que solo deseaba devolver los favores caricia con caricia y que cavidad mas suave, húmeda y cálida que mi boca. Su miembro no tardó en alcanzar su máxima expresión entre mis labios y cuando sentí aparecer sus fluidos preseminales detuve la felación unos segundos para esparcirlos por la punta como ya era mi costumbre. Me la metí en la boca de nuevo, solo el capullo mientras mis manos acariciaban el tronco y las bolas. Me olvide de lo que era ir despacio, quería probar su leche, que se corriera ya en mi boca, en mi cara, entre mis melones, donde quisiera, ver salir ese líquido blanco mientras observaba su cara de placer, sus ojos cerrados, sentirlo mío y rendirme a el. Un par de minutos después sus gemidos me anunciaron que llegaba, no me detuve, al contrario aumente la velocidad de mis lametones en el glande y a lo largo de su miembro hasta los huevos sin detener la meneada con una de mis manos, mas y mas aprisa, mis movimientos y sus gemidos hasta que sentí su primer chorro golpear mi lengua; abrí la boca y me separé un poco acabando de ordeñarlo. Los otros dos pequeños chorros impactaron mi barbilla y mi boca de nuevo. Era tan tibio y delicioso que me relamí, solo me limpié un poco la parte baja de la barbilla y lo besé en los labios compartiendo el sobrante. Aún continuaba empalmado supongo que en parte por no haberse derramado en mi interior.

Me acosté sobre el, piel a piel sin que tocaran las sábanas, mi pecho en su pecho, mis piernas en las suyas, apoyada tan solo en mis codos. Sus manos se apoderaron de mis nalgas y las mías de sus hombros por debajo de sus brazos para atraerlo mas a mí. Me levanté un poco para ayudarlo a que me introducirá de nuevo, no pensaba dejarlo en paz por ahora. Su miembro apuntó a la entrada de mi cocoy y comenzó a entrar lentamente y en esos segundos el tiempo casi se detuvo, el viento dejó de soplar, el mundo afuera y adentro de esas paredes permaneció en silencio salvo por un murmullo apenas perceptible en nuestras gargantas, casi incluso dejamos de respirar mientras su cuerpo entraba en el mío.

Por fin entró por completo y al unísono soltamos un suspiro como de alivio… no sabría describirlo salvo diciendo que casi siempre vamos conjuntados en todo. Iniciamos el consabido, inevitable y delicioso movimiento circular de nuestras caderas, despacio, con algo menos de desenfreno que unos momentos antes y que la noche anterior pues nuestros cuerpos comenzaban a conocerse, a aprender cual era el ritmo más placentero y adecuado para ambos.

Su pelvis rozaba mi clítoris en cada pasada, apenas podía creer lo que estaba sintiendo, minutos después estaba a punto de un nuevo orgasmo, tenía al hombre mas maravilloso del mundo debajo de mi y todo un fin de semana para disfrutarlo. Todo ese placer se junto en un nuevo delicioso y estruendoso orgasmo que me hizo gritar y apretarme aún más a su cuerpo. El verme dar rienda suelta a mi placer sin ningún tipo de inhibición le encantaba a él, no podía resistirlo, segundos después me inundó de nuevo con su calor.

Caí exhausta sobre su pecho, respirando con dificultad, sudorosa y satisfecha, escuchando el agitado palpitar de su corazón. Me tumbé a su lado y dormimos un par de horas. Yo estaba especialmente cansada, desvelada aunque con una placidez que no sentía hacía mucho tiempo. Entre sueños sentía sus caricias por mi cabello, cuello y espalda.

Nos levantamos hacia mitad de la tarde y decidimos salir un rato, para comer algo pues ni siquiera habíamos desayunado y para disfrutar del paisaje, no todo podía ser sexo, había que guardar las apariencias…. El resto de la tarde practicamos algo de pesca deportiva y senderismo, observamos las aves protegidas tomando fotografías, como recuerdo de ese día que hasta ahora había sido perfecto. No podían faltar las excursiones culturales (Románico Rural, Arquitectura Negra y Arqueología) ni los besos y abrazos cada diez metros que no hacían más que encendernos como un par de fosforitos.

Tratamos de disimularlo pero ambos deseábamos regresar a la casita, nuestras miradas nerviosas de reojo nos delataban. Como tontos temíamos que el otro pensara que solo queríamos sexo y en gran parte era así pues el sexo es la máxima expresión del amor, no había nada malo en desearnos como lo hacíamos. Deseaba cuidarlo y protegerlo y sentirme acunada entre sus brazos.

Regresamos después de la cena y nos metimos desnudos bajo las sábanas como la cosa más natural del mundo, como si lleváramos años compartiendo esa habitación. Una de sus manos se apoderó de nuevo de mis nalgas y uno de sus dedos tanteo suavemente mi ano. En silencio me estaba haciendo una pregunta y yo solo debía responder. Quería introducirme analmente y yo también lo deseaba aunque con un poco de temor.

Me acosté boca bajo sobre un par de almohadas pues las rodillas me temblaban como para sostenerme en cuatro. El por su parte se acostó encima de mí y pegó su pecho a mi espalda. Mi respiración estaba muy agitada y ambas manos se aferraban a las sábanas como si esperara una tanda de azotes.

Tranquila princesa – me dijo tratando de calmarme – lo haremos muy lenta y suavemente, si algo te molesta me dices y paramos.

Yo asentí con la cabeza y entonces el se incorporó un poco y comenzó a bajar por mi cuello y espalda besándome sin afanes, con sus labios y lengua. Su miembro estaba cómodamente instalada en el canal entre mis nalgas y sus manos apoyadas en mi cintura.

A medida que me besaba me iba relajando y soltando la sábana que tenía agarrada. Minutos después llegaba a su objetivo: mis nalgas, las cuales recibieron una buena dosis de besos y lametones. Posteriormente las separó con ambas manos y se hundió entre ellas con sus labios primero y luego con la punta de su lengua. Para este momento mis nervios habían desaparecido por completo y me dejaba llevar por la situación tan deliciosa de sentirlo lamer mi "puerta trasera" y mas de la manera en que lo hacía, con suavidad y devoción como si mi trasero sonrosado fuera su plato favorito el cual quería degustar sin afanes.

Sus dedos reemplazaron su lengua y mientras hurgaba esta vez mi cocoy me besó en los labios con indescriptible pasión, mordiéndolos y halándolos hasta casi hacerme daño. Sin duda lo que acababa de hacerme lo había dejado supremamente encendido y a mi ni se diga, no estaba caliente sino hirviendo. Me tenía donde se le daba la gana, a punto de ebullición.

Los movimientos de dos dedos en mi cocoy aceleraron y de allí comenzaron a pasar a mi trasero para lubricarme con mis abundantes flujos.

Dámelo ya mi amor – gemía yo – quiero tenerte.

Mi gemido fue la gota que derramó el vaso y ni corto ni perezoso apuntó su miembro a mi trasero ya dilatado y de un solo golpe entró el glande. Lo dejó allí quieto, no retrocedió mientras ambos nos acostumbrábamos a la nueva situación. Yo trataba de vencer mis ganas naturales de apretar tratando de relajarme. El arrodillado entre mis piernas me tenía fuertemente agarrada por las caderas, no me soltaba y yo intentaba mirarlo por encima del hombro.

Sigue clavándome César – gemí de nuevo intentando pegarme un poco más a él a pesar de mi dolor.

El continuó avanzando por mi estrecho canal de placer lentamente hasta llegar al final. Luego comenzó a moverse y yo me enloquecí, no podría creer que en verdad lo estaba disfrutando. Me moví hacia atrás hasta quedar en cuatro, como una perrita, posición en la cual podía corresponder plenamente sus movimientos. El me agarraba los melones desde atrás, halándolas y sobándolas para regresar de nuevo a las caderas. Me sostuve con una mano mientras con la otra me disfrutaba, ambos gemíamos, casi gritábamos pero nada nos importaba, solo el goce, el placer, el disfrute, bebernos el uno al otro hasta la última deliciosa gota, amarnos hasta mas no poder, ser uno solo. En ese momento no tuve uno sino dos orgasmos seguidos, largos y fuertísimos, cuyas contracciones provocaron que el también se corriera, había sido sencillamente espectacular.

Nos acostamos de nuevo frente a frente para disponernos a dormir, ya oscurecía y el día había sido agitado, además nos esperaba otro día de intensa pasión. Antes de cerrar los ojos hablamos un poco.

Alguna vez te dije que eras en un 99.9% mi hombre ideal, lo recuerdas? – le dije mirándolo con dulzura en la penumbra.

Si, lo recuerdo – me contestó el intrigado.

Nunca me preguntaste por el 0.1% restante – le dije – y creo que te imaginaste que era porque estabas lejos o eras ajeno.

La verdad sí, pensé que era por una de esas razones. No es así? – preguntó.

No – le contesté categóricamente –. Era porque aún no había habido contacto físico. Para mí, y se que para ti también, el contacto físico es importante y algo me decía que si te tocaba aunque no fuera genitalmente hablando…

Jejeje… – se rió el.

En ese momento sabría si eras o no eras. Además presentía que no iba a poder dejarte ir nunca más.

Y después de que nos hemos tocado mil veces en todas las partes posibles… qué piensas? – me preguntó.

Espero que este beso conteste tu pregunta… – le dije acercándome a él.

Lo besé profundamente y pensé que aunque el concepto del hombre ideal está mandado a recoger, con la palabra ideal definía lo que significaba César para mí. Es como si toda la vida hubiera buscado llenar un vacío y por fin hubiera encontrado a alguien capaz de colmarlo. No quiero decir con esto que el es perfecto sino que puedo verlo en toda su dimensión, aceptando sus virtudes y defectos. Además los príncipes azules ya se fueron con Cenicienta, Blancanieves y Rapunzel.


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