sábado, 17 de febrero de 2018

La asesina


Ingrid era un sueño de mujer.Rubia,coqueta,con un cuerpo increible,adicta al sexo.E infiel.La conoci por las redes sociales.Nunca pensé qye una mujer como ella fuera a hacerme caso.Pero asi fue.Despues de coquetear con mensajes y fotos,me dio su direccion.Vivia en un chalet a las afueras de la ciudad.Estaba casada con un broker de bolsa.Musculado,y podrido de pasta.Pero yo tenia algo que haria que su mujer enloqueciera.Soy un gran amante.Con una polla descomunal,y capaz de correrme las veces que sean necesarias,para satisfacer a mi compañera de cama.

Asi que,me fui a casa de Ingrid,y espere en el coche a que Clark,el broker,se fuera.Ella salio a despedirle.Y mientras le daba un beso,miraba con sus ojos inquietos si habia un coche negro enfrente de su puerta,tal y como la dije.

Cuando Clarke se alejó en su coche,me dirigi a la casa.Ingrid dejo la puerta abierta.Entre y oi su voz.

Ven a la cocina Joshua.Estoy preparando el desayuno.Entre y alli estaba mi diosa.Con un camison de raso negro.En la bandeja,un zumo y tostadas...y un tanga negro.

Nos sentamos uno frente al otro.Tome un sorbo de zumo.Y cogi su tanga,oliendolo con deseo.Indudablemente,ella lo habia empapado con sus jugos,y aquello me hacia arder de pasion.

Ingrid,puso sus pies en la mesa,y dejo entreabrir sus piernas.Tenia el coño depilado totalmente.Y mi polla ya saltaba dentro del pantalon.

Te gusta tu desayuno? Preguntó lascivamente.Me levante y fui hacia Ingrid.La levante de la silla y ella se agarró a mi cuello,rodeandome con sus piernas.

Bueno,pues a ver eso que decias en los mensajes que me harías...tenemos unas cuatro horas hasta que Clarke vuelva.

Meti mis manos bajo el camison.Su culo era una piedra,dura y redondeada.Ella me desabrochó el pantalon,que cayo hasta los tobillos,dejando mi miembro y mis huevos a su vista,porque nunca uso ropa interior.

Yo estaba ya empalmadisimo,y me situé con Ingrid en brazos ante el espejo de la pared.Asi ella veia como,de un so!o empujon,le clavé mi polla en su rajita humeda.Ingrid se quedo como petrificada,y so!o acerto a susurrar que la follara.

Yo la ensartaba cogiendola por las caderas.Y ella se bajó los tirantes del camison dejando ante mi el mejor par de tetas que nunca habia visto.Y eso enfurecio mis embestidas.Evidentemente,en unos cuantos empujones,ella se corrió salvajemente mientras gemia,poseida.Ante eso,la deje en el suelo,y la puse de rodillas para correrme en su boca,lo que ella hizo sin rechistar.Los chorros de semen bañaban su cara,y el mayor entró en su boca.

Ingrid se levantó jadeante,sin apartar su vista de mi polla,aun en ereccion.

Nadie me ha follado asi jamas.Eres increible.

Pero yo aun queria mas.La arranque el camison dejandola desnuda totalmente,y tumbandola en la mesa,volvi a penetrarla,con fuertes embestidas.Sus tetas botaban sin control,y ella agarraba mi culo,apretandome contra ella,abriendo las piernas totalmente.Despues de unos minutos follandola a mis anchas,sentia qye me correria de nuevo.Y quise que esta vez fueran sus tetas las que recibieran mi leche.Ella lamia sus pezones cuando terminé.

La cocina estaba revuelta.Ella me cogio de la mano,y subimos a la planta de arriba.Su culo se cimbreaba al subir los escalones.Asi que,detuve sus pasos y cogiendo sus gluteos,los separé,para meter mi lengua en su agujero negro.Sabía metalico,pero era una autentica delicia enterrar mi cara entre su culo.Ella volvió a enloquecer.Y se retorcia de gusto

Espera,Joshua,te daré mi culo tambien.Ingrid se inclinó para que yo siguiera lubricandola,y despues,lentamente le fui clavando la polka hasta lo mas hondo de su ser.Ella gritaba y gemia.El sonido de mi cuerpo chocando con su culo era ritmico,y pasados unos minutos sentia mi tercer orgasmo consecutivo.Esta vez no hice ni intencion de sacar la polla,y ademas ella me pidio que me corriera en su culo.La llené de varios chorros,ya de menos cantidad,pero que hicieron que ella tuviera un gran orgasmo.Estaba empapada en semen y sudor.Asi que fuimos a la ducha y alli el agua caliente borró las huellas de los tres polvos que habiamos ecgado.Ella salió primero,y despues de secarse,empezó a vestirse,con un vestido negro maravilloso.Cuando acabó de ajustarselo,le pedi que ya no volviera a llevar ropa interior,cuando estuviera conmigo.Con un dulce beso,asintio,y me dijo que me marchara,pero que podiamos quedar en el restaurante donde iria a comer con Clarke.

Unas horas despues,yo estaba sentado en la mesa del restaurante que me indicó Ingrid.Aparecio mi diosa con su marido.El de espaldas a mi.Por encima de su hombro,veia a Ingrid como me miraba.Y como con disimulo,abria las piernas para que viera de nuevo el coño que ne habia follado,y que me iba a volver a follar.

Ingrid se levantó y le dijo a su marido que necesitaba ir al wc.Yo fui detras de ella.Cuando entre al lavabo de mujeres,Ingrid se abalanzó sobre mi,besandome con deseo,y se apresuró a hacerme una mamada increible.Chupaba con unos labios envolventes.Yo no podia mas.Y me corri en su boca de un modo salvaje.

Entonces,ella antes de volver a su mesa,me dejó un papel.Cuando lo lei,me quede gelado.Ingrid quería que asesinasemos a su marido.Tenia un plan diseñado.Cuando estuviera en su casa,Ingrid fingiría que yo la estaba atracandoo,para que cuando Clark nos encontrara,descuidara su espalda al tratar de reducirme.Yo no sabia que hacer,pero como negarme a una diosa del sexo como Ingrid.

Asi que a la hora indicada,llegué al dormitorio de Ingrid.Fingia que queria robarla,cuando Clark apareció y me empezo a tratar de reducir.Era mas fuerte que yo,y me tenia a su merced,cuando via aparecer a su espalda a Ingrid,que le golpeo.Al estar inconsciente,ella le maniató a la cama.Pero su diabolico plan no habia terminado.Espero a que se despertara.Fue hacia Clarke,mientras yo estaba sentado en un pequeño sofa enfrente de la cama.Cuando él despertó,gritó a Ingrid:

Pero que haces,desgraciada? Sueltame ahora mismo.

Ella le miró.Y le preguntó: has visto Instinto Basico? Pues ahira veras,pero con algun cambio.Hay dos hombres aqui.Uno tendra mi coño y el otro una sorpresita.Tumbó al atado de pies y manos Clarke y le puso cinta aislante en la boca.

Ya sabras que mi coño es para él,mientras me señalaba.Y tu dinero tambien,ja ja jaaaa rio Ingrid diabolixamente.Joshua,cielo,dejame ver tu tesoro.Yo me apresure a desvestirme,loco de deseo.Ingrid frente a su marido se quitava el tanga sin quitarse la falda negra.Debajo de la blusa blanca,los pezones de Ingrid se señalaba.

Me pediste que nunca llevara ropa interior,y yo soy una chica obediente.Y tu,Clarke,mira como se follan a tu mujercita.

Ingrid vino hacia mi,me sentó de un empujon,y subio su falda,mientras yo le arrancaba la blusa.

Follane,pero lentamente.Disfrutame...y que Clarke dusfrute.Ella me cabalgaba muy suavemente.Recorria mi polla con suavidad.Con mi miembro en sus entrañas,miraba a su marido y le decia

Que te oarece? No puedes imaginar cómo disfruto con la polla de Joshua.

Aquello era ya demasiado para mi.Y le dije a Ingrid que saliera,que me iba a correr.Pero ella me sonrió y me dijo suavemente,

No salgas,correte dentro de mi coño.Y al acabar de hablar,ya no pude mas y la inunde de leche,mientras ella tenia un orgasmo salvaje.Pasaron unos instantes,y ella saco mi polla de su interior.Y mirando a Clarke le dijo

Queda tu sorpresita...acuerdate de la peli.Fue hacia un cajon,sacó un cuchillo,y se fue hacia la cama.Se subió encima del hombre maniatado y con frialdad le dijo

Que paradoja,seran mis tetas que tanto te gustan lo ultimo que veas.No te quejaras,querido.Y yo mientras me follare a Joshua cada noche,viviendo de tu dinero.

Ella giró su cabeza y mirandome me pidió que la mirara mientras lo hacia.

Seguro que te excitas,disfruta,cielo...

Y sin mas,clavó el cuchillo como en aquella pelicula.Varias veces,con saña.Una vez acabado el trabajo,vino hacia mi y me pidio que la follara.

Ya soy tuya,del todo.Y es que a Ingrid no se la puede decir que no...

La primera vez que vi una p---a.


Hola, me llamo Juana. Soy una mujer ya jubilada que vivo sola en casa tras la muerte de mi marido. Por eso desde hace ya un tiempo, para romper con la monotonía de mi actual y aburrida vida, empecé a ir metiéndome poco a poco en internet para así distraerme un rato e ir descubriendo todo lo que acontece en las diferentes redes sociales.

Fue así como un día, aun sin proponérmelo, apareció ante mis ojos un anuncio de una de esas páginas porno que están ahora tan de moda, y muy intrigada entré en ella para darle un vistazo dentro de un gran nerviosismo y morbo a la vez, ya que yo nunca en mi vida había hecho nada parecido, aunque ese hecho, debido a la gran similitud que había con otro que me ocurrió en mi juventud, me trajo a la mente aquella primera vez que yo vi (también por casualidad) mi primera polla, aunque en aquella ocasión fuese solo en una revista.

Resulta que por aquel entonces yo era una chica muy tímida y reprimida debido tal vez a mi familia y al entorno en que me movía, por eso tardé bastante tiempo en ver una de verdad, al contrario que el resto de mis amigas, las cuáles al moverse a veces por otros ambientes, estaban ya más que hartas de salir y de estar con chicos, ya que todas eran muy atrevidas y lanzadas en ese aspecto.

Por eso en aquel tiempo, yo me sentía muy frustrada conmigo misma, sobre todo cuando empezaban a contar sus aventuras con pelos y señales, hasta el punto de llegar a presumir de ser todas en el fondo unas mamonas y unas calienta pollas, mientras que yo, aunque les seguía la corriente para disimular, aún no había visto ninguna polla ni en pintura.

Actualmente me he ido aficionando cada vez más a todo eso del porno, y ahora soy yo la que acabo buscando todas esas páginas de vídeos y de relatos eróticos, para acabar casi siempre teniendo que masturbarme en la soledad de mi habitación con la ayuda de mis dedos o con el vibrador en forma de delfín que suelo guardar muy celosamente en el cajón de mi mesita de noche, para tratar así de calmar la tremenda calentura que me entra cuando veo todas esas pollas tan grandes y gordas, al igual que esas chicas follando de mil maneras distintas y tratando de tragarse esos pedazos de carne (que imagino calientes y palpitantes) hasta los mismísimos huevos.

Por eso, debido al gran parecido con aquel día en el cual vi por primera vez una polla, me puse a recordar todo aquello a través de los años.

Y ya puestos a ello, me decidí a escribir por primera vez en esta página de relatos para tratar de explicaros como sucedió todo.

Por aquel entonces tener 15 años, te daba ya unos derechos de persona mayor tales como el de poder trabajar para (según decían) ayudar en casa, pero luego en cambio, en el plan sexual no sabíamos nada de nada, por lo menos en mi caso, quizás debido a la gran represión que se vivía en aquel tiempo.

Por eso en ese aspecto, yo estaba más verde que las lechugas. Entonces, para poder acabar con esa situación ya que como bien os dije era muy tímida, empecé a pensar qué podía hacer para solucionarlo, ya que al no ser muy de fiestas ni de salir con chicos, lo tenía bastante difícil, pero aun así empecé a darle vueltas a la cabeza para tratar de buscar una solución y poder ver cuanto antes una buena polla.

Pero he aquí que un día mientras estaba arreglando la habitación de mi hermano, me encontré sin querer bajo el colchón de su cama, una revista porno, la cual hizo que me pusiera muy nerviosa debido a tal hallazgo.

Entonces la curiosidad y el morbo poco a poco se fueron apoderando de mí, y como en ese momento me encontraba sola en casa, decidí darle un pequeño vistazo. Así que sentándome muy lentamente en la cama y con mucha curiosidad (casi con miedo) empecé a abrir poco a poco dicha revista.

En ese momento mi cuerpo temblaba como un flan debido a la emoción, y al abrir aquellas páginas, empezaron a aparecer ante mis atónitos ojos, unas pollas grandísimas y unas mujeres follando con unos tíos de ensueño, sobre todo por sus enormes miembros.

De ahí el gran parecido de las dos veces, aunque fuese con mucha diferencia de años.

Bueno, volviendo a aquel día y tras aquella inesperada visión, mi cuerpo se quedó paralizado por completo y no daba crédito a lo que estaba viendo. Tan solo mi coño empezó a darse cuenta ya que comenzó a latir y a ponerse caliente y mojado como invitándome a que lo tocase, cosa que me puse a hacer enseguida, al igual que hice también con mis tetas y mis pezones, los cuales se me pusieron enseguida más tiesos y duros que nunca.

Después tuve miedo de seguir con todo aquello por si regresaban mis padres de improviso y me pillaban de aquella manera y tuve que aguantarme las ganas de haber tenido un buen orgasmo como lo requería la ocasión.

Así que volví a dejar la revista en su sitio y traté de seguir como pude arreglando la habitación.

Aquella rápida visión de pollas y de coños que había tenido, no hizo más que acrecentar mis ganas de ver cuanto antes una polla de verdad para satisfacer de una vez mi curiosidad.

Por eso empecé a pensar en todos los chicos que conocía, aunque como no solía ir mucho de fiestas por ahí, tampoco es que fueran muchos.

A unos los descarté enseguida y a otros ya ni pensé en planteármelos, así que al final, tan solo me quedaba en la recámara mi buen amigo Miguel, un amigo de toda la vida que según parecía debía de estar en la misma situación que yo, ya que también era muy tímido y nunca lo había visto con ninguna chica.

Miguel y yo solíamos quedar en mi casa para escuchar música y hablar de nuestras cosas y otros días iba yo a la de él, pero solo cuando no estaban sus padres ya que si no me daba mucho corte. Por cierto, ese fin de semana me había invitado a ir un día y yo naturalmente le dije que sí.

Al final quedamos para el sábado por la tarde, y una vez llegó el día, me puse lo más sexi y maquillada que pude y me fui para allá, con la intención de provocarlo un poco para tratar así de conseguir mi objetivo.

Al llegar me saludó dándome dos besos en las mejillas y luego nos dirigimos a su habitación. Él enseguida me ofreció un refresco y a continuación puso una música rápida y bailonga.

Entonces al sentarnos en la cama le comenté que me gustaría mejor escuchar una música romántica como de baladas, ya que me encontraba esos días muy melancólica y preocupada.

Luego él interesándose por mí me preguntó a qué era debido esa situación, y yo le estuve explicando que me encontraba muy frustrada por ir tan retrasada en el asunto del sexo con respecto a mis amigas, ya que yo nunca había visto ni tocado todavía una polla, ni tampoco había estado con ningún chico de forma seria, mientras que ellas estaban ya hartas de haber hecho de todo con ellos.

Entonces, sinceridad por sinceridad, él me dijo que me entendía muy bien ya que a él le pasaba algo semejante. Él tampoco había visto nunca un coño o unas tetas al natural y tampoco había estado con ninguna chica hasta entonces. Dicho eso nos abrazamos y nos dimos ánimos el uno al otro. Luego brindamos porque la situación de ambos cambiase lo más pronto posible.

Seguidamente y armándome de valor, me decidí a hacerle una proposición que ya venía meditando desde hacía unos días. Así que mirándolo fijamente a los ojos con cara casi de pena, le dije qué le parecía si hacíamos un trato. Ya que yo nunca había visto una polla de verdad, ni él tampoco un coño, si él me enseñaba su polla y sus huevos y me la dejaba tocar, yo a cambio le enseñaría mi coño y las tetas e incluso se las dejaría hasta tocar.

Entonces Miguel se quedó perplejo por un instante ante aquella inesperada propuesta y no supo cómo reaccionar, aunque después y con la voz entrecortada por los nervios, me contestó que estaba de acuerdo ya que él no había visto nunca a una mujer desnuda y por lo tanto tampoco un coño.

Seguidamente y con mucho nerviosismo por ambas partes nos volvimos a abrazar de nuevo. Luego se puso de pie frente a mí y se quitó la camisa. Después siguió desabrochándose el cinturón y también los pantalones, los cuales le cayeron al suelo quedándose tan solo con el slip puesto y con las manos cruzadas justo encima de su paquete.

Entonces yo con las mías se las retiré, para poder vérselo mucho mejor. Al hacerlo me di cuenta de que lo que podía guardar allí debajo no tenía nada que ver con lo que yo había visto aquel día en aquella revista porno, pero aun así quise seguir con todo aquello para poder comprobarlo.

Así que le bajé el slip hasta el suelo y en ese momento vi aparecer ante mis ojos una cosa muy flácida, seguida de unos huevos que le colgaban de entre las piernas.

Dicha visión me dejó desilusionada y él se debió de dar cuenta ya que se excusó diciéndome que tal como la estaba viendo ahora era en estado de reposo, pero si se la iba tocando, vería como poco a poco iría creciendo y engordando por momentos.

Entonces tal y como me dijo empecé a tocársela y a mirarla desde todos los ángulos posibles, como si le estuviese realizando un estudio de anatomía, y la verdad es que tenía razón, ya que contra más se la iba sobando y apretando, más grande y dura se le iba poniendo, al igual que pasaba con sus huevos.

Pero aun así la veía diferente a las de la revista no ya por el tamaño (que también) si no por su apariencia. Entonces me dijo que para verla en todo su esplendor ahora que ya había crecido tanto, tenía que hacerle retroceder la piel del prepucio y una vez lo hice sí que apareció ante mí como por arte de magia, un grandioso glande de color rosado, igual a los que había visto en dicha revista.

En ese momento me puse muy contenta, por eso al ver aquella preciosidad de polla ante mí, le pedí que por favor me la dejase probar para averiguar a qué sabía. Luego, al decirme que sí y sin dejar de meneársela y de sobarle los huevos ni un minuto, saqué la punta de mi lengua y la puse justo encima del orificio de su glande, empezando a continuación a lamérselo en círculo como si fuese un helado.

Al notar que su sabor y lo suave que estaba me gustaba, decidí metérmela en la boca, aunque sin dejar de masturbarlo. Luego aun sin saber mucho lo que tenía que hacer me dejé llevar por mi intuición y aferrándome a sus nalgas con mis manos empecé a bombear sin parar sobre aquella palpitante polla, hasta que al cabo de un rato fue él mismo el que me la sacó de la boca, ya que no podía aguantarse más.

Seguidamente se siguió pajeando frente a mí y después de unos cuantos movimientos más, empezó a disparar sobre mi cara un líquido caliente, blanco y pegajoso, el cual no había visto nunca y me entraron ganas de probar.

Para ello cogí un poco con la yema de los dedos y me los llevé a la punta de la lengua. Después lo estuve saboreando y como me gustaba, empecé a relamerme los dedos ante él con cara de viciosa.

Una vez cumplido mi sueño, llegó su turno. Así que lo hice sentar en la cama y poniéndome frente a él, empecé a quitarme la blusa y después la falda, realizándole a la vez un pequeño striptis en agradecimiento a lo bien que se había portado conmigo. Luego poniéndome de espaldas a él me fui quitando el sujetador, dándome poco a poco la vuelta hasta dejar ante sus atónitos ojos mis redondeadas tetas, las cuales tenían ya los pezones bien duros y tiesos.

Entonces Miguel se abalanzó sobre ellas y empezó a tocármelas, aunque sin saber muy bien cómo hacerlo. Por eso le sugerí que me las podía ir lamiendo y a la vez chuparme también los pezones. Al momento se puso a hacerlo y así se pasó un buen rato, a la vez que me las iba masajeando, aunque ahora ya con más criterio.

Luego me volví a dar la vuelta y empecé despacito a bajarme mis diminutas braguitas mientras a la vez, iba moviendo ante él esas redondeadas y respingonas nalgas que Dios me ha dado. Una vez lo hice me giré para que viese toda mi raja, y además con mis dedos traté de separarme los labios para que la viese aún mejor. Luego sin que Miguel me dijese nada, me tumbé de espaldas al borde de la cama y con las piernas bien abiertas, se lo volví a enseñar, al igual que hice también con el orificio de mi culo.

Entonces se arrodilló ante mí y empezó primero a mirarlo por todos los lados y luego a tocarlo. Seguidamente me lo empezó a lamer, aunque al igual que antes, tampoco tenía ni idea de cómo hacerlo. Por eso y por el bien de los dos, volví a separarme los labios y le dejé al descubierto todo mi rosado coño, al igual que ese botoncito de gloria que tanto placer me había proporcionado hasta ahora.

Una vez le enseñé como debía de hacerlo, se puso manos a la obra y la verdad es que se entregó a fondo, ya que hizo que me corriera en varias ocasiones, haciéndome sentir nuevas sensaciones, sobre todo cuando aún sin saber mucho, empezó a lamer y a meterme la punta de su lengua en el coño y también en el orificio del culo.

Todo aquello a los dos nos resultaba fantástico y aunque a Miguel se le había vuelto a poner la polla tiesa otra vez, debido a tanto placer que me había dado, decidimos ya de mutuo acuerdo, dar por finalizada nuestra particular clase de anatomía y sexo y nos empezamos a vestir.

Entonces sí que le pedí que por favor pusiese otra vez aquella música rápida de cuando llegué, para poder bailar un poco, ahora ya que los dos habíamos podido por fin cumplir nuestro sueño.

A partir de ese día nos empezaron a entrar a ambos unas ganas tremendas de perder la virginidad, pero eso ya formará parte de un nuevo relato.

Y ahora os tengo que dejar, porque con tanta explicación sobre esos años de juventud, me he ido poniendo muy cachonda y he de ir a buscar al cajón de mi mesita de noche, a mi fiel amigo con forma de delfín, para que trate de calmarme esta calentura con un fantástico orgasmo.

FIN 

Mi novia es muy buena chica


Mi nombre es Sergio y tengo 20 años. Soy un chico moreno, atlético y de complexión fuerte. Llevo 2 años viviendo con mi novia Sandra en un chalet alquilado a las afueras de Valencia, concretamente en la zona de la Eliana. Siempre nos ha gustado vivir al aire libre y disfrutar cuando llega el calor de nuestra pequeña piscina.

Mi novia Sandra, tiene 18 años, morena con el pelo largo y liso, ojos marrones grandes como el Sol, labios gruesos y sonrisa perfecta. Siempre le ha gustado cuidarse, por lo que posee un cuerpo 10, pechos perfectos, piernas torneadas, prueba de las horas que pasa en el gimnasio y un culo redondito y duro, que es la envidia de sus amigas y el deseo de mis amigos. Sandra es una chica muy moderna, y cuando llega el verano le encanta ponerse pantalones cortitos y camisetas de tirantes apretadas, para marcar sus turgentes pechos. A menudo le gusta ir sin sujetador y me dice que es ahora que es joven, cuando tiene que aprovechar y lucir su cuerpo.

Después de dos años juntos, no he perdido las ganas de estar con ella, y hacerle el amor. El hecho de vivir juntos y solos, hace que cada día y en cualquier lugar de la casa, sea un buen momento para comerla a besos y terminar enlazados, amándonos.

Aunque Sandra es muy abierta en su forma de vestir, no puedo decir lo mismo en cuanto a relaciones sexuales se refiere. Siempre soy yo el que tengo que buscarla, y a base de besos y caricias, lograr que le entren las ganas de hacer el amor. A veces, he intentado que veamos juntos alguna peli porno, pero siempre me dice que lo le gustan nada, que eso solo es follar sin amor y sin nada. Con esa forma de pensar, me resulta imposible introducir nuevas variantes en nuestras relaciones, me encantaría que me hiciera alguna mamada y poder correrme en su boquita; otra de mis fantasías es meter mi polla entre sus grandes tetas y que me haga una cubana, poder echarle toda mi leche en sus pechos y que se refriegue como las actrices de las películas. Pero lo que más me obsesiona, es su culo, daría lo que fuese por poder introducir mi polla en él, follármela hasta que sus gritos se oyesen en todo el barrio, y echarle toda mi leche caliente dentro. Pero por ahora, solo son eso, fantasías…

Esta historia que os cuento sucedió el verano del 2016, como siempre en Valencia, las temperaturas rondaban los 36 º, y lo único que nos apetecía era pasar el fin de semana en el chalet, descansando y disfrutando de la piscina. Cuando el sábado llegó, se presumía un día tranquilo, pero nada que ver con lo que nos iba a suceder. Eran aproximadamente las 12 de la mañana, yo estaba relajado tomando un baño en la piscina y tomando una cerveza, cuando el timbre sonó. Mi novia, Sandra, fue a abrir, y yo me quede pensando en que publicidad nos traerían ahora. El caso es que los minutos iban pasando, y Sandra no volvía, lo que hizo que empezara a preocuparme y saliera de la piscina en dirección a la puerta. Lo siguiente que recuerdo es un fuerte golpe en la cabeza, y que perdí el conocimiento.

Cuando desperté, estaba atado a una silla, no podía moverme aunque luchara por soltarme. Miré a mí alrededor, me encontraba en la terraza de casa, al lado de la piscina y allí a unos metros de mí estaban tres extraños discutiendo. No se percataron de que había recobrado el conocimiento, por lo que pude escuchar su conversación. Hablaban de una prisión, de que la fuga había salido bien, pero que necesitaban estar escondidos porque la policía les estaría buscando.

Eran tres los hombres, uno más joven de unos 20 años, el segundo algo mayor, unos 25 años, y el tercero, que parecía que mandaba sobre la situación, unos 30 años.

Lo siguiente que hice es buscar a mi novia, y allí estaba, también atada y amordazada en una de las sillas. Me sentía IMPOTENTE ante la situación, yo y mi novia, atados en nuestra propia casa por tres extraños.

Cuando se percataron de que me había despertado, se acercaron hacia mí. El jefe comenzó a hablarme, me dijo que se habían fugado de la cárcel de Piccasent, a media hora de aquí, que tenían pensado irse al día siguiente a Barcelona, y necesitaban refugiarme en mi casa, para esconderse de la policía. Me tranquilizó su forma de hablar, se le veía calmado y sensato.

Me dijo que si no les dábamos nuestra palabra de que seríamos “buenos”, nos soltarían a los dos. Insistió que solo necesitaban alojarse por un día y algo de comida. Le dije que no había problema, que nos soltaran, que no llamaríamos a la policía, y que podían coger de la casa lo que necesitara. En la situación en la que estaba, no podía negociar, y si lograba que me soltasen, ya sería un buen comienzo.

El más joven, nos soltó a Sandra y a mí, y no puedo evitar que se le fuesen los ojos al culo de mi novia. Se notaba que llevaba un tiempo encerrado, sin ver ningún cuerpo femenino. La cara que puso, provocó la risa de sus compañeros, que le increparon que no aguantaría con ella ni un minuto. Todos estallaron en risas, y en ese momento me di cuenta, que la situación no iba a ser tan fácil como había pensado.

Como si en su casa estuvieran, se cogieron unas cervezas y le dijeron a Sandra que les preparara algo de comida. Ellos estaban en la terraza sentados, charlando animadamente y mi novia entraba y salía sirviéndoles cuanto pedían. Yo, sentado cerca de ellos, observaba la situación, y lamentaba del vestuario que había elegido Sandra para pasar ese sábado. 

Como anteriormente les conté, a ella le encantaba la ropa moderna y provocativa, y había escogido el peor conjunto para ser sorprendida por tres expresos que llevaban años sin ver a una mujer. Sandra llevaba una falda blanca de gasa, casi trasparente, que dejaba ver sus lindas piernas y permitía intuir la redondez de su culo; para la parte de arriba, había escogido una camiseta de tirantes roja, y para desgracia mía, ese día había decidido no ponerse sostén, lo que hacía que se realzases sus grandes y turgentes pecho bajo la camiseta. Este hecho no pasaba desapercibido para los tres secuestradores, que no disimulaban sus miradas cuando ella pasaba y dejaban escapar comentarios del tipo de qué suerte tenía yo de estar con ella, y otros algo más groseros.

Tras varias cervezas, se fueron animando más, y una de las veces que Sandra pasó por el lado del más joven, este aprovechó para tocarle el culo. Al verle, me lancé hacia él, y le grité que no tocara a mi novia, cuando iba a golpearle, fui agarrado por los otros dos y golpeado por ellos. Me volvieron a atar a la silla con la excusa de que les estaba dando problemas, pero yo sabía, que el motivo era otro. Sandra, ante la situación que se vivía, le rogó que no me pegaran, que sería buena con ellos y nos les daría problemas, “buena” con ellos, no me podía imaginar el alcance que esa palabra iba a tener ese día.

Pasó un rato en el que todo estaba tranquilo, los tres hablaban, miraban de reojo a Sandra, y se reían. Algo estaban tramando, pero no podía saber que era. El jefe, llamó a Sandra, le dijo que estaban aburridos, que jugara con ellos a un juego. Ella debía ser “buena”, si no quería que me hiciesen daño, a mí, y a ella.

El jefe, pasó a explicar a Sandra las reglas del juego, se ve que es de lo que habían estado hablando hacía un momento. Consistía en tirar un dado, fácil, y el que sacara el número menor, bebía un chupito, si la misma persona perdía dos veces seguidas, tendría que realizar una prueba. Allí estaba yo, siendo testigo del juego, sin poder intervenir.

Fueron tirando los dados por orden, y la suerte se iba repartiendo; a la media hora, ya se habían tomado más de cinco chupitos cada uno. Sandra, que no estaba acostumbrada a beber, empezaba a estar algo tocada, y aunque intentó en varias ocasiones dejar de jugar, le recordaron que debía ser “buena”, que debía relajarse y divertirse. El primero que perdió dos veces consecutivas, fue el más joven. El jefe le mandó quitarse la ropa como prenda, y quedarse en calzoncillos. Así lo hizo ante las risas de los otros dos. Tras varios chupitos, perdió Sandra, y como prueba le mandaron bailar para ellos durante un minuto.

Sandra puso la canción de moda, despacito, y comenzó a moverse lentamente. No sé si por el efecto de la bebida, bailaba sensualmente, moviendo despacio las caderas. A momentos levantaba los brazos y se cogía el pelo, cuando esto sucedía, sus ya de por si grandes pechos, quedaban marcados por la camiseta que llevaba, ante la atenta mirada de los otros tres jugadores. No sé si eran ilusiones mías, pero parecía que se estuviese divirtiendo con el juego. Será la bebida, pensé. La botella de licor se iba vaciando y el ambiente calentando.

Cuando el de 25 años perdió, le mandaron que bailara con mi novia durante dos minutos, ante la excusa que no se le daba bien. Cuando la canción comenzó, se agarró a Sandra y empezó a bailar con ella. Empezó con sus manos en la cintura de mi novia, pero al poco, las fue bajando hacia su culo. Supongo que el culo de Sandra era una tentación demasiado grande. Ella delicadamente le sujetaba los brazos y se los devolvía a su cintura, pero no pasaba ni un minuto cuando volvía a bajarlos. Cuando el jefe vio lo que estaba pasando, le recordó a Sandra que debía ser “buena”, y que dejara a su amigo divertirse. Este aprovechó la oportunidad para agarrar en culo de Sandra y apretarlo. Lo masajeaba y se apretaba contra ella. Cuando los dos minutos pasaron y la pareja se separó, pude apreciar la enorme empalmada que tenía bajo los pantalones.

El siguiente en perder fue el jefe, y su prueba, hacer un striptease. Pusieron la canción de nueve semanas y media, y comenzó a bailar. Lo hacía despacio, mirando fijamente a mi novia, mientras una a una se iba quitando la ropa. Cuando solo le faltaba el slip, se detuvo, pero fue animado por los otros para que le enseñara a mi novia, lo bien armado que iba. Se bajó el slip, podría tener un pene de unos quince centímetros, en reposo y era bastante gordo. No quería n pensar en cómo sería cuando estuviera empalmado. Sandra, acostumbrada al tamaño de la mía, que era normalita, pareció sonreír al verle. ¿Eran imaginaciones mías o mi novia estaba disfrutando con la situación?

Por culpa del azar, Sandra perdió dos veces seguidas, y se dispuso a realizar su prueba. Yo estaba temblando de pensar que se les ocurriría que hiciera. Tras pensar unos segundos, el jefe le ordenó, que tendría que masturbar al más joven durante dos minutos, a lo que mi novia se negó. Les dijo que ya era suficiente y no seguiría jugando. El jefe se acercó a ella, le enseñó una navaja que llevaba, me señaló y le dijo algo al oído. Sandra asiento con la cabeza y se acercó al joven. Este la estaba esperando, sentado, Sandra se aproximó y comenzó a acariciarle por encima del calzoncillo, los dos minutos habían comenzado, y el joven estaba empalmado, tanto que la cabeza de su polla trataba de escapar de esa prisión que era su ropa interior. Sandra no pasaba de las caricias, tratando de que el tiempo pasara, y fue el chaval, quien se quitó los calzoncillos dejando libre su miembro. 

Era una polla normal, como la mía, y a Sandra no le quedó más remedio que agarrársela. Subía su mano despacio, arriba y abajo sobre el tronco de su miembro, y el chaval comenzó a gemir. Aunque solo había pasado un minuto, las manos de Sandra, unido al tiempo que llevaba sin mantener relaciones, hicieron que en menos de dos minutos, estuviera a punto de correrse. Pero unos pitidos en el reloj del jefe, marcaron que los dos minutos habían terminado, y Sandra soltó su polla y volvió a su sitio. EL joven no podía creérselo, tendría que esperar para alcanzar el clímax y se quedaría mientras con un terrible dolor de huevos.

Los otros dos, no paraban de reírse de él, era una situación bastante cómica. Miré a Sandra para ver si también reía, pero cuál fue mi sorpresa, cuando pude observar, que marcados en su camiseta, se podían fácilmente apreciar sus dos pezones marcados. ¿Podría ser que mi novia se estuviese excitando con los juegos? Este detalle no pasó desapercibido para el jefe, que miro a Sandra, sonriendo, con sus pechos duros y marcados por la excitación. Parece que la chica iba a ser “buena” finalmente…

Viendo como avanzaba el juego, los tres jóvenes estaban deseando perder, con la esperanza de tener algún tipo de contacto con Sandra. La suerte fue esquiva con ellos y Sandra perdió. ¿Qué se le ocurriría esta vez al jefe?

Dando un nuevo giro al juego, le ofreció un trato a Sandra, tendría que hacer que los tres se corrieran, de la forma en que ella quisiera, y una vez que los tres hubieran alcanzado el orgasmo se irían. El jefe le dio a Sandra su palabra.

Habían pasado varias horas desde que los tres jóvenes entraron en mi casa. Si Sandra era lista, podría acabar con la situación, masturbarlos y en unos minutos, lograr que se corriesen. Podía finalmente terminar el secuestro, sin apenas daños, un par de golpes recibidos por mí, pero sin que ella sufriese ningún tipo de abuso.

Sandra comenzó con el más joven, le bajo los calzoncillos, agarró su polla con fuerza y comenzó el movimiento arriba y abajo sobre su polla. Con lo excitado que había quedado de la prueba anterior, en menos de treinta segundos se corrió, derramando su semen sobre la mano de mi novia. Para él ya había terminado el juego, y cumpliendo su palabra, se retiró a un lado.

Sandra fue hacia el jefe, pero le dijo que él sería el último, por lo que se dirigió al otro que quedaba. Cuando mi novia se dispuso a seguir el mismo método que con el primero, e jefe puntualizó, que no podía utilizar la misma herramienta en más de una ocasión. Eso significaba que tenía que lograr que el chico se corriera sin utilizar las manos. ¿Cómo lo haría? Sandra miró al chico, que esperaba impaciente, ya estaba bastante empalmado. Se aproximó y se sentó sobre él, de tal forma que su polla, presa de su calzoncillo, estaba apretada contra el sexo de Sandra, protegido por sus braguitas. Comenzó a mover sus caderas sobre él, frotándose y consiguiendo que el chico se fuera excitando cada vez más, pero pasaban los segundos y no conseguía que se corriera. Ante la situación, y no queriendo emplear otra parte de su cuerpo, cogió las manos del chico y se las puso sobre sus tetas. Este abrió los ojos de par en par, y comenzó a acariciarlas. Tocaba toda su redondez por arriba, por abajo, y aunque entre sus manos y los pechos de Sandra estaba la camiseta de esta, la delgadez de la tela le permitía al chico poder apreciarlos y disfrutar de todo su esplendor. No tardó en correrse, dejando el grupo como lo había hecho el primero.

Ya solo le quedaba a Sandra uno, el jefe. Una corrida más y seríamos libres. ¿Pero como lo haría esta vez si no podía usar sus manos, ni frotarse contra su polla?

Bueno, las mujeres tienen muchas armas, y yo sabía que de usar su boca ni hablar, ella odiaba chupársela a un tío. Usaría como yo adiviné sus pechos, debidamente protegidos por su camiseta, los frotaría sobre la polla del jefe y al igual que los otros dos, no tardaría en correrse. Y así hizo. El jefe estaba sentado, con las piernas abiertas, esperando la decisión de Sandra. Esperaba que mi novia le hiciese una mamada, expectativas que aumentaron cuando Sandra se arrodillo entre sus piernas, y sin usar las manos, cogió por un lado su slip y se lo retiró con la ayuda de él, pero se equivocaba. La polla del jefe quedó liberada de su prisión, golpeando a Sandra en la cara. Tenía un tamaño impresionante y aun no la tenía al 100 %. Mi novia debió pensar lo mismo porque estuvo unos segundos mirando su polla. Seguramente nunca había visto una de envergadura, y mucho menos tenerla a escasos centímetros de su boca. Por unos segundo temí lo peor, pero mi novia no me defraudó y comenzó a frotar sus tetas, separadas eso sí pos su camiseta, contra la polla del jefe. En un par de minutos habría acabado, pensé.

Comenzó a pasar sus tetas por la polla del jefe, logrando que su miembro alcanzara su máxima plenitud. Co ese tamaño de polla, podría haberse dedicado a las pelis porno perfectamente. El plan de Sandra iba según lo pensado, el jefe estaba muy excitado, gotas de líquido pre seminal asomaban por la punta de su glande, no tardaría en irse. Pero los segundos pasaban y no conseguía que se corriera. Plan b, pensó mi novia, y al igual que hiciera con el anterior, cogió las manos del jefe y las puso sobre su camiseta, encima de sus tetas. Eso tendría que funcionar. Sandra movía sus tetas sobre la polla del chico, simulando hacerle una cubana, mi novia sabía que a los tíos nos volvía locos. El jefe aprovechaba también para acariciarle las tetas.

Estaba muy orgulloso de mi novia, tenía controlada la situación, iba a conseguir que los tres se corrieran sin que le tocasen un pelo. Pero en ese momento vi algo, algo que no estaba en mis planes. Podía apreciar que Sandra tenía las tetas excitadas, se le volvían a marcar los pezones bajo la camiseta. Y no era el único que había apreciado ese detalle. El jefe pasó de acariciarle las tetas a hacerlo con sus pezones. Jugueteaba con ellos bajo la tela, pero no se corría, es más parecía que la que comenzaba a excitarse era mi novia.

Llevarían más de diez minutos con el juego y el jefe no se había corrido. Sandra cambió la estrategia. Se sentó sobre el dándole la espalda, de tal forma que la polla del jefe se pegó a sus glúteos, protegidos bajo sus braguitas. Haría que se corriese frotando su culo con su polla, y así comenzó. Subía y bajaba su culo, frotándolo, con la esperanza de acabar con él. El jefe disfrutaba con la situación, muy excitado, pero aguantando la corrida. Mi novia quería que llegara cuanto antes, por lo que no le importó que el jefe le volviera a coger las tetas y jugar con sus excitados pezones. No podía dejar de mirarlos, mi novia subía y bajaba su culo, y el jefe le apretaba con fuerzas las tetas, jugaba con sus pezones y acariciaba su pelo. Y este dio un paso más.

Introdujo sus manos debajo de la camiseta de mi novia, yo pensé que ella no le dejaría, pero no opuso resistencia. Supongo que quería lograr su corrida cuanto antes, y el jefe iba ganado terreno. Le había levantado la camiseta, dejando libres sus dos tetas y jugueteaba con ellas, pero no se conformó con eso. Mientras que con una mano pellizcaba uno de sus pezones, fue bajando la otra, y la introdujo dentro de la falda de mi novia. No me gustaba lo que veía, el jefe iba ganando terreno y parecía que a mi novia no le importase. La falda de Sandra tapaba su mano, por lo que no podía ver que hacía con ella, pero podía imaginármelo. Sandra había bajado el ritmo y parecía que disfrutaba de las caricias del jefe, de su mano juguetona sobre sus pezones y de su mano traviesa acariciándole por encima de sus mojadas braguitas.

El jefe se acercó al oído de ella y le susurró algo, lo siguiente que mi novia hizo es darse la vuelta y volver a sentarse pero de cara a él. Sus tetas se quedaron a centímetros de la cara del jefe, cosa que este aprovechó para acercar su boca a las tetas de mi novia. Ella seguía con lo ojo cerrados, y la boca entreabierta, estaba volando. Comenzó a pasar la lengua por sus pezones, logrando que se irguieran aún más. Mi novia estaba muy cachonda, tenía una mano acariciando el pelo del jefe, y la otra…la otra la tenía debajo de su falda, parecía que buscaba algo, o se acomodaba a algo. Poco a poco comenzó a subir y bajar sus caderas, ¿podría ser lo que estaba pensando? Parece que el jefe oyó mis pensamientos y por si tenía alguna duda, cogió con la mano y levanto la falda de mi novia, lo suficiente para que no me quedara dudas de lo que estaba sucediendo.

Mi novia había apartado sus braguitas a un lado, había cogido la enorme polla del jefe y la había introducido en su rajita. Sandra subía y bajaba, como una amazona cabalgando a su jinete. La polla del jefe se introducía centímetro a centímetro en el coño de mi novia, acompasada a los movimientos de esta. Sandra comenzó a gemir, y a aumentar la cadencia de su movimiento, y cuando mi novia estaba a punto de correrse el jefe la apartó de él, le quitó la camiseta del todos, y le bajo las bragas a los tobillos, mi novia deseaba que no parase y le cogió la polla con la mano y se la introdujo nuevamente en el coño. Pero el jefe no quería eso, quería algo más, y le susurró algo al oído, a lo que mi novia dio su aprobación.

El jefe, aprovechando su posición comenzó a comerle el coño por detrás a mi novia, pasaba su lengua por sus labios vaginales y subía a su ano. No me podía creer lo que estaba viendo. Mi novia dijo algo que no pude oír y el jefe contento que se lo pidiera más alto, mi novia gritó:

- Por favor fóllame el culo, que me corra de una vez.

El jefe introdujo su polla en el culito virgen de mi novia, trozo a trozo, centímetro a centímetro, hasta llenarla por completo, y empezó a follarsela. Los gemidos de ambos se oían por la toda las casa, mi novia estaba excitada como nunca la había visto. Tenía la enorme polla de un extraño en su culo y este le masajeaba las tetas por detrás. No tardaron en correrse ambos, derramando toda su leche dentro del culo de mi novia…al final has sido una niña “muy buena” dijo el jefe, tendremos que quedarnos un día más.

Sandra, con la leche del jefe cayendo de su culo, a sus piernas, me miró y sonrió.

- Si, pero quiero que mi novio también participe en el juego.

Pero eso es otra historia…

Ana otra vez preñada


Yo creo que se le puede ir de la mano a Pepe este asunto, porque Andrés su buen amigo que había dejado a Ana preñada y había tenido ya un hijo aprovechaba cuando Pepe estaba en el parque con el niño, subía a su casa y se la follaba, Ana se había encaprichado de la polla de Andrés, Pepe el pobre disfrutaba solo del niño, José Andrés muchas veces cuando ella estaba durmiendo al niño o planchando, incluso delante de él no le importaba los cuernos, muchas veces que ella estaba dándole teta al niño llegaba le ponía la polla en la boca a Ana y le decía “Mámame la polla mientras que tu hijo te mama a ti “ lo que ella hacía con mucho gusto y ella decía joder entre los chupetones del niño y tú estoy cachonda perdida,mientras que luego lo acostaba, Andrés no esperaba, por detrás le levantaba la falda y zas para dentro,ahí,ahí follame,follame dame tu polla que gustoooo me voy a correr que tío follando,tengo acumulada la calentura de la cuarentena,menos mal que me estoy cuidado si no me preñas otra vez, el pobre de Pepe ya ni me toca, es feliz con el niño, luego se sentaba en una silla Andrés y ella se subía en lo alto, a veces entraba Pepe a llevarse al niño y los veía follando como locos, Andrés hasta que no se corría dentro de ella, no paraba, muchas veces le echaba dos polvos, a veces humillaba al marido porque le decía “mira la leche que le echo a tu mujercita”Cuenta Ana que el Miércoles pasado su marido estaba por la tarde con su hijo en el parque, llego Andrés con un amigo suyo algo más joven que él, Ana intuyo a lo que venía Andrés con el amigo, porque nada más entrar por la puerta Andrés le mete mano en el chocho, a la vez que le comía la boca, diciéndole mira Ana este amigo mío que como veras es un tío fuerte y deportista, y con una buena polla, le he contado que me estoy follando a la mujer de Pepe, el conoce bien a tu marido, porque es muy buen cliente además no se va a molestar porque ya lo sabe, no sé si te ha comentado Pepe algo, no te preocupes porque hemos llegado a un acuerdo confidencial que si hablamos de lo que pasa entre nosotros, te tendremos que indemnizar con 100.000 euros por manchar tu nombre.

Entonces hemos acordado, que si quieres tener otro hijo, te puede embarazar Héctor, porque él tiene tres hijas con su exmujer, y al parecer no hace nada más que hembras.

Ana le pareció cosa rara, pero no le puso asco al decir lo de que si hablaban, aparte de tener otra polla le tendrían que dar tanto dinero, y dijo pues si es así,vale pero todavía no quiero tener otro hijo hasta que José Andrés no tenga un par de años con que podre disfrutar de vosotros , iros desnudando que voy a llamar a Pepe, para que deje al crío con los abuelos y que se quede allí si quiere o se venga a ver cómo me folláis los dos, así lo hizo, y cuando termino estaban ya sus dos machos en pelota, acariciando sus pollas, por cierto la de Héctor es una buena herramienta de unos 19 cm, cuando ella lo vio musculoso y con esa herramienta se fue en busca de él, cogiéndole la polla arrodillándose diciendo que rica polla lo descapullo y empezó a chupar con mucha ganas, mientras que Andrés se metió debajo de ella y empezó a comerle el coño, Ana estaba en su salsa una buena polla en la boca y el otro macho que le pegaba una buena mamada de chocho, comiéndose la pipa, lo que hizo que se corriera ella enseguida, estaba súper caliente, cuando se corrió dijo que Andrés se pusiera delante para comerle la polla y que Héctor que se puso detrás empezó a darle con su polla entre los labios de su chocho hasta que de un solo golpe, se la clavo entera, venga, venga follame fuerte machote, más más, que gusto ahiiii, Héctor empezó con mucha fuerza a follarsela se notaba que llevaba tiempo sin meterla en caliente, toma, toma polla nena, sisisis,mássssss que gusto dame que nos vamos a correr juntos que bueno,ya no puedo Ana me corrooooo y de un empujón se quedó dentro corriéndose yo también decía Ana quédate dentro me quema tu leche me mueroo. Andrés que estaba debajo veía como los huevos de su amigo soltaba la leche dentro del coño de Ana, se quitó de debajo y no dando tiempo a Ana a recuperarse se la metió a cuatro, mezclando la leche de Héctor y la de ella, le entro fácilmente, toma, toma guerrilla ahora la mía, empezó a bombearle fuerte , qué gustoooo madre decía Ana me vais a matar follando, asiiii así Andresito tu sabes entenderme de pronto, se quedó con toda la polla dentro de Ana soltándole su leche también. 

Cuando la saco empezó a salirle toda la leche del coño en abundancia manchando todo el suelo, ellos se fueron para ducharse en los dos cuartos de baño y Ana se quedó limpiando un poco, cuando llego su marido a casa, le dijo, ”Ana ya ha pasado todo, a lo que contestó, ella por ahora si ya me han echado un polvo cada uno, mira como me sale la leche del coño”, se están duchando, pienso que debes echarle una excusa a tus padres e irte a dormir a su casa, yo pienso estás con ellos hasta mañana follado, y así lo hizo Pepe, le dio un beso diciéndole que tuviera cuidado, ya había aceptado ser un cabrón consentido.

Héctor y Andrés salieron los dos de la ducha, desnudos con sus pollas morcillonas, cogieron unas latas de cerveza, y se pusieron a ver la tele un partido de fútbol, mientras que Ana se duchaba también.

Cuando salió, iba con una toalla en el cuerpo y le dijo, ”Bien chicos vamos a preparar algo de comer para recuperar fuerzas, quien me ayuda a cortar jamón” y se levantó Héctor que al parecer le gustaba menos, y se fueron para la cocina, Héctor le iba metiendo mano por detrás a Ana, esta le decía “”quita pillín que nos queda toda la noche”, mira Ana nada más verte salir mi polla se está levantando ya otra vez, ella se la cogió y fue tirando de ella hasta las cocina, cuando entrar le dio el cuchillo y le dijo venga y corta jamón, ahí tenia a Héctor con su polla medio tiesa, ella empezó a preparar una ensalada, y no hacía nada más que provocarlo cuando se inclinaba enseñaba todo su culo y los labios de su coño, Héctor la miraba y cada vez tenía la polla más tiesa parecía que los labios del coño le hablaban solo con el movimiento de ella, no pudo aguantarse se fue detrás y de un solo golpe se la volvió a clavar hasta el fondo” toma polla, la ostia que caliente esta por dentro, ahí bruto que bruto ni bruto, a ti te hecho yo otro polvo aquí mismo, que bueno le levanto una pierna y en esa posición empezaron a follar, sisis dame polla, quiero polla uh… que bueno”. 

Andrés que seguía viendo el fútbol se levantó para ir a por otra cerveza y los pilló a Ana con la cabeza dentro del frigorífico y a Héctor follándosela por detrás, joder no os perdéis una, Ana me puedes dar otra cerveza, como me suerte este me empotra dentro, no ves con que gana me está follando, Héctor se paró un segundo y Ana le pudo dar la cerveza, y le dijo échale leche a ver si tiene una niña, que luego me la follare yo jaja.

Héctor la cogió en brazos, y ella rodeándolo con sus piernas y se volvió a meter la polla en el coño, subía y bajaba de la polla de él, y comiéndose las bocas, él se empezó a correr y la leche se le salía por la polla abajo, pero ella seguía subiendo y bajando, a esto que llego Andrés se pegó por detrás a ellos, untando Aceite en el ojete de Ana y en su polla bien tiesa y se la enfilo por el culo, no seas brutos Andrés dijo ella, cuando ya tenía todo el capullo dentro, te la saco dijo, y ella contestó no métemela más a fondo que ha éste cabrón no se le afloja y quiero sentir las dos pollas fallándome ay que gusto, ay, ay me muero me estoy corriendo, yaya no sacarla seguir, me muero, se bajó de los brazos de Héctor y se puso culo en pompa para que Andrés siguiera dándole por el culo. Anta que se corrió él también, cuando terminaron se sentaron, en la mesa de la cocina a comer, ella echando leche del coño y del culo y ellos con sus pollas goteándole la leche por los capullos.

Entre risas y el cachondeo que tenían los tres, le dijeron a Ana que esta noche te vamos a intentar meter las dos pollas en el coño, a ver si te gusta, ella contestó me lo vais a abrir como un túnel, aunque no habrá problema ya se abrió cuando parí a tu hijo le dijo a Andrés, a Pepe mi marido le entra al pobre holgera, porque aunque también la tiene grande pero no como vosotros jaja, además desde que tu Andrés vienes y me follas día sí y día no el apenas me mete mano, me parece que se la casca más que un mono, solo le interesa jugar con el crio.

Esa noche tuvieron follando casi todo el tiempo, se la metieron los dos por el coño, y por el culo eso si uno a uno en la tarde y noche le echaron más de cuatro polvos cada uno, he incluso al día siguiente por la tarde que fue Héctor a su casa y le hecho otro en el hall de entrada porque no se podía parar mucho, ya casi todos los día tenía su ración de polla, había día que incluso se la follaban por separado, casi a los dos años de estar así, Andrés se corría siempre dentro del culo para que Héctor fuera quien la volviera a embarazar como así fue, Ana volvió a quedar preñada esta vez de una niña de Héctor, misión cumplida.

Sueño hecho realidad


Una de mis fantasías es que un chico me “coja” cuando yo este dormida, y hay una persona con la que he hablado de esto varias veces.

Lo primero que le digo es que me apetece verle pero que siempre le dejare una llave debajo del felpudo y así que pueda abrir la puerta y yo estar dormida en la cama con solo una camiseta. Para que él me vaya imaginando de como estoy le dejaría parte de mi ropa interior a mitad del pasillo. A mí me encontraría en la cama boca abajo y él podría hacer lo que quisiera conmigo, siempre hemos hablado que yo estaría en la cama dormida y a oscuras.

Que al cerrar la puerta de mi casa, y al ver el tanga se fuera desnudando poco a poco y al llegar a la cama y verme estuviera totalmente desnudo. Y que dijera en voz alta… “ohh una putita dormida le poder hacer lo que quiera que no se va a enterar…”. El me empezara a tocar... El culo y bajara con un dedito recorriendo todo, desde mi culo hasta mi coñito y hay yo me pondré súper húmeda y siempre duermo con un bote de lubricante cerca mío por si algún día se plantea esta fantasía que estoy contando.

El me va metiendo el dedo en el coño, despacito y mojándolo bien, lo saca todo mojado y me lo pasa de nuevo con dirección del culo, y así varias veces, me lo introduce de manera profunda y me lo pasa de nuevo por el culo. Con la otra mano me va tocando el culo, me lo agarra fuerte y me lo suelta y de vez en cuando me da un azote cosa que me encanta y me vuelve loca.

Después me sigue metiendo el dedo y pasándolo mojado por mi culo, más adelante me introduce dos dedos en el coño que sigue mojándose, y me pondría un poco de lubricante en el culo, después me sigue haciendo lo mismo pero en lugar de un dedo lo hace con dos y más tarde con la polla, la pasa por mi coño sin meterla y luego por el culo. Me da pequeños golpecitos con la polla dura y algún azote con la mano.

Se acerca a mi orea y me susurra… “Me voy a follar a esta putita que está caliente y chorrea como nunca”. El seguía rozándome su polla por todo mi coñito húmedo eso le gustaba y a mí también, cada vez estaba más y más húmeda y él lo noto, decidió meterme la polla hasta el fondo, para intentar que yo me despertara y así lo haría, me dijo susurrándome al oído que me pusiera a 4 y yo lo hice, ya que la excitación estaba a punto de estallar, me la metió varias veces con muchas ganas, y me echo un poco de lubricante en el culo, ya que yo sabía que en el fondo también quería metérmela por ahí, ya que lo había intentado más veces.. 

Pero yo le diría que probara con algo más fino que su polla no me iba a entrar, entonces mientras me introducía su pene por mi coño, él iba introduciendo poco a poco cualquier cosa que veía por la habitación, yo estaría disfrutando mucho del momento y el también, le dije que ya no aguantaba más que me iba a correr y eso justo fue lo que paso.

A él le encanta que se la chupe y como ya he contado en otro relato a mí no me importa chuparla y así lo hice, se la chupe como mejor lo podía hacer, aquel momento tenía que disfrutarlo como yo había disfrutado antes, él estaba boca arriba colocado encima de la cama, me acerque a su polla quedándome a escasos centímetros. Saque mi lengua y posé la puntita sobre su polla, notando su sabor en ella. Después comencé a deslizar mi lengua hacia abajo, poco a poco hasta llegar a la base y empezar el camino contrario, subiendo poco a poco hasta llegar a la punta; realice este mismo proceso varias veces, notando como mi saliva iba poco a poco cubriendo toda la polla y de fondo escuchaba sus gemidos mientras se la estaba lamiendo. 

Después abrí mi boca y empecé a meterme su capullo en mi boca, notándolo en mis labios y ahí comencé a bajar mi boca poco a poco notando como su polla iba entrando en mi boca. Hice varios movimientos de subidas y bajadas y de vez en cuando me la intentaba meter lo más profundo que podía. Cada vez lo hacía más y más rápido, el me cogió el pelo para que no me molestara y el viera lo que hacía y yo sabía que dentro de poco se iba a correr, de repente empecé a notar las venas… 

Y en una de las bajadas que yo hacia todo lo posible para que me entrase entera fue cuando exploto y según iba subiendo iba notando como su semen se iba metiendo poco a poco en mi boca y cuando yo estaba con la polla aun metida en mi boca agarre la polla con mi mano y empecé a moverla de arriba abajo para que saliera todo su semen y yo pudiera tragármelo. 

Beso


Estamos sentados en un sofá a punto de ver una película, pero me apetece ser traviesa, comienza a rodar mientras me escurro entre tus brazos, me levanto y me siento en tus piernas, aprovecho para lanzarte una mirada provocativa distrayéndote por completo del inicio, acerco mis labios a los tuyos. Noto impaciente buscas los míos pero me aparto, me siento a tu lado nuevamente retándote a que busques ese beso. No pierdes tiempo te das la vuelta y quedas debajo de mi tus manos sujetan mi cintura y te veo retándote con la mirada, aprovechas esa posición para pegar tu cuerpo al mío y comienzas a darme un profundo y sentido beso… Una sacudida eléctrica recorre tu cuerpo cuando nuestros cuerpos se unen, es algo a lo que no te terminas de acostumbrar, pero que te vuelve loco de placer. Me miras a los ojos, esos profundos ojos en los que te encanta perderte. Mi mirada traviesa y provocadora te incita a buscar mis labios. Cuando la unión se produce de nuevo, tus manos no pierden el tiempo y se cuelan bajo mi ropa y dibujan suaves líneas en mis caderas, las presionas con suavidad, las deslizas lentamente hacia mi delicioso y suave vientre jugando con mi tentador ombligo, al tiempo que nuestros labios continúan unidos, ligeramente abiertos, intentando devorarnos mutuamente.

Me causa algo de cosquillas el roce de tus manos por mi vientre, no lo puedo evitar pero continúo pícaramente el juego. Abro mis piernas, te colocas en medio de ellas y continuamos con nuestra sesión de besos que empiezan a ser subidos de tono. De fondo la película sigue rodando pero eso ya no importa demasiado, sino el momento en que mis ojos entrecerrados se dejan llevar y te incito a quitarte la camisa, mis dedos recorren tu pecho y mis uñas juguetean sobre él. El roce de mis uñas te estremece, eriza tu piel y eleva tu excitación. Si yo juego sucio... tú también puedes hacerlo. Con mucho trabajo te despegas de mis dulces labios y besas mis mejillas deslizándote hacia mi cuello. Buscas ese punto mágico que me vuelve loca y que continuamente cambias de lugar para mi desesperación... y goce. Suaves mordisquitos a mi cuello y el lóbulo de mis preciosas orejas, mientras tus manos acarician mis pechos por encima de mi sostén, se deslizan por mis flancos, buscan el cierre del mismo y lo aflojan dejando por fin al alcance de tus manos mis preciosos y suaves pechos.

Estas me las pagas, sabes que el cuello es mi debilidad... Tus manos recorren mis senos y se detienen a juguetear con mis pezones, estos se encuentran duros de la excitación. Tu labor en mi cuello me pone a mil. Sabes que eso me saca de mis casillas. Me aparto un poco de ti y te miro provocativamente, incitándote con mi dedo índice que te acerques y devores mis senos. Mi mirada te derrite por completo, te hipnotiza, te hechiza... y por supuesto sigues mis indicaciones y te lanzas a devorar mis preciosos y firmes senos. Tu boca busca mis pezones firmes, duros, excitados. Tu lengua recorre toda pero longitud todo su perímetro, recorriendo mis aureolas. Mamas mis pechos y los devoras goloso, peeero te apetece algo más y comienzas a buscarme de nuevo mordisqueando mi abdomen, jugando con mi ombligo, abriendo el cierre de mis pantalones. Mmm, mis manos se prestan a intensificar el juego, hoy me apetece marcarte, me causas placer con tu boca. Dirijo mis uñas a tu espalda y te rasguño gran parte de ella. La piel se te enroje y arde un poco. Eso es por atacar mi cuello

Mis uñas en tu espalda... que decir. Es algo que te enloquece. Las nuevas marcas se unen a las antiguas, de pecho y brazos que luego te sacaran los colores en el vestuario del gym, y buscas venganza. Deslizas mis pantalones y cuando ves mis braguitas te quedas paralizado. Mis braguitas de Hello kitty han terminado de matarte. Te lanzas a devorar a la gatita dibujada justo encima de mi rajita, intentando borrarla a lametones. Descontrolado, quitas mis braguitas y te lanzas a por mis piernas, mordisqueando la cara interna de mis muslos. Intercambiando de una pierna a otra, cada vez más cerca de mi tesoro, pero sin abordarlo... Es muy difícil para ti contenerte, pero sabes que a mí me vuelve loca porque no veo la hora de que te lances por mi coñito. Me pone impaciente que no decidas atacar, sé que lo haces para incitarme pero hoy tengo muchas ganas, tomo tu cabello y dirijo tu cabeza a mi rajita te digo en un tono muy sensual "lame" , con mi voz que se te enloquece y más cuando tiene tintes de excitación.

Mi voz eriza tu piel. Te excita tan solo escucharla y si además tiene tintes sensuales con más motivo. En realidad, lo estabas deseando, pero dejas que guíe tu cabeza con mis manos. Te encanta que apriete tu cara contra mi deliciosa rajita. Te zambulles entre mis piernas. Tu lengua se adentra dentro de mi coñito y descubres, con sorpresa que esta empapado. Chupas y lames con gusto siguiendo mis órdenes. Tu lengua entra y sale de mi coñito en un ritmo frenético. Traviesa, busca el agujerito de mi culo y recorre el corto camino hasta mi botoncito, que aprietas ligeramente con tus labios. De fondo, se escuchan los escalofriantes gritos de terror de unos niños, sin duda, de la película que tantas ganas teníamos de ver. Te vueles en mi coñito, lamiendo, chupando y empapándomelo en saliva. Tus dedos vuelan dentro de mí, masturbando mi botoncito, invadiendo mis entrañas. Hoy estoy muy mojada, muy apretada. Dedos y lengua se pelean por mi coñito delicioso. Adoras comérmelo, pero nunca me dirás cuánto. Mis gemidos se contrarrestan y contrastan con la película de fondo, mis dedos se hunden en tu cabello pidiéndote que entres más. Te pido mucho más y me lo das. Muevo mis caderas restregándome contra tu rostro completamente excitada perdida de placer, mis jugos se escurren empapando el sofá, no puedo resistirlo mucho más tengo un orgasmo, un squirt, y los abundantes chorros de flujo caen por todos lados y lo reciben tu boca. Te tumbas a mi lado, cuando noto tu gran erección. Tomo mis braguitas y seco mis flujos con ella, y las llevo a tu nariz. Mientras me siento sobre ti, dándote la espalda y en primer plano mi culito. Agarro el lubricante perfectamente ubicado cerca del sofá para que veas como unto mi agujerito y antes de que digas algo mi prieto agujero se abre paso con tu verga.

Sientes la presión, el calor y la humedad de mi diminuto culito en tu polla haciendo tus delicias. Disfrutas de una vista perfecta, de cómo mi culo se traga tu verga por completo. Tu erección se multiplica, tus manos se aferran a mis caderas, pero un manotazo picaruelo te indica que quiero marcar el ritmo. Estas perdido... el placer de la penetración anal es indescriptible, mi ritmo, lento, profundo y demoledor. Si permaneces con los ojos abiertos disfrutando del espectáculo, malo, pero si los cierras y te dejas llevar. Miras hacia un lateral y ves mis braguitas, las coges y te las llevas a la cara. Una perdición el aroma de mis potentes flujos anteriores junto con el recuerdo de ver cómo me frotaba contra tu cara te lleva a cotas de placer nunca sentidas. Aumento mi ritmo y la violencia de la penetración, tus manos no pueden estarse quietas y buscan tu rajita, tus dedos se adentran en ella, cálida y mojada. Nuestros cuerpos se sincronizan con una precisión atómica. Te estas fundiendo, me sientes, me siento. En el momento que alcanzo un nuevo orgasmo me clavo tu verga hasta el fondo y tú haces lo mismo. Me llenas de esperma caliente en un sin fin de pulsaciones eyaculatorias. Tus brazos me rodean, abrazándome con fuerza. Tus labios besan mis hombros y les dan pequeños mordisquitos mientras sigues dentro de mí. Caigo sobre ti dejando mi cuerpo sudoroso todavía con tu verga adentro soltando los últimos chorros y tus dedos acariciando mi sensible clítoris tu boca busca mi cuello y me dejo hacer así agotadita.

Tus manos se deslizan por mi sudoroso cuerpo. Tus brazos me rodean por completo protegiéndome, apretándome contra ti. Besas suavemente mi cuello, mis hombros, mis brazos. Nuestros cuerpos son uno solo. Sientes mi respiración, los latidos de mi corazón y seguro que yo también siento la tuya. Tus manos recorren todo mi cuerpo absorbiendo mis gotitas de sudor. Poco a poco, tu verga va perdiendo potencia, pero se resiste aun. Me abrazas con más fuerza, para proteger mi cuerpo del descenso de temperatura de nuestros cuerpos. Mi respiración es más tranquila, al igual que la tuya, aun sincronizada. Sientes tu verga abandonando su escondite favorito, resbalando. Justo antes de que escape, buscas algo para limpiarme, pero lo primero que tienes a mano son mis braguitas y las utilizas. Cuando me doy cuenta, te lanzo una mirada asesina, me volteo y trato de estrangularme alegando que son mis favoritas. Mis manos en tu cuello te hacen muchas cosquillas y te ríes, mi fingida ira también ayuda. Cojo mis braguitas y te las paso por la cara. La mezcla de olores es... indescriptible. Mis manos posa la prenda en tu rostro eres un goloso si la aspiras toda, yo también lo hago acercando mi nariz a ellas que están sobre tu cara, busco tus labios a través de la tela y así lo hago te beso sobre ellas para que me sientas, me encanta sentirme entre tus brazos. Tu polla da un latigazo, pero antes de pasar a mayores, te levantas lentamente conmigo enganchada a tu cuerpo con la firme intención de llevarme hasta la ducha.

Me llevas entre tus brazos a la ducha, una mano en mi espalda, la otra bajo mis piernas. Uno de mis brazos rodeando tu cabeza el otro, aun sujetando mi prenda íntima entre nuestras bocas cuyo aroma envuelve nuestros sentidos. Distrayendo mi atención hacia la puerta, retiras ligeramente la tela y cuando vuelve mi cara, besas mis finos labios. Eres adicto a mis besos. Entramos en la ducha, yo primero, depositándome suavemente como un caballero y justo después entras tú y vuelves a buscar mis labios, bajo la tibia agua de la ducha. El agua corre por nuestros cuerpos dejándonos sentir, me doy la espalda y siento como te pegas a mi cuerpo tomas el jabón y con delicadeza lo pasas sobre poniendo una excesiva atención en mis senos presionando mis pezones y me caliento de sobre manera busco tus labios. Nuestros labios se encuentran de nuevo, intentando comerse, beberse, sentirse. Me das suaves mordisquitos en ellos. Nuestras lenguas se funden en una danza frenética, ardiente y curiosa. Explorándose de nuevo como si nunca hubiesen estado juntas. Nuestros cuerpos están pegados muy juntos. Sientes la presión de mis pechos sobre tu cuerpo. Tus manos descienden por mi espalda, esparciendo la mezcla jabonosa. Alcanzan la curva de mi espalda y continúan con su suave descenso hasta aferrarse a las nalgas de mi delicioso culito.

Me aparto de ti, pegándome a la pared no dejo que me toques, abro mis piernas y mis dedos escurridizos de adentran en mis agujeritos dos en mi rajita y dos en mi culito me masturbo ante ti para que tengas la mejor vista, en primer plano no me reprimo en gemir mientras el jabón que untaste en mi cuerpo sigue descendiendo y el agua tibia hace más erótica la situación. Te tengo hipnotizado. No puedes dejar de mirarme. El erotismo de la situación es máximo y ni pestañeas para poder grabar en tu retina el magnífico espectáculo que te ofrezco. Mientras en el sur se produce un nuevo alzamiento. Entre jadeos contemplo tu envergadura alzándose nuevamente, mi cuerpo despide erotismo me caliento un poco a cada paso y noto tu erección ya en completo estado. Retiro mis dedos y te llamo con la mirada. Me volteo atrayéndote a mí, tu verga roza mi abdomen y levanto mi pierna para que me poseas así

Mi postura es muy tentadora. Chupas mis dedos, que saben a mí, a mi esencia. Sujetas mi esbelta pierna con tu mano pero antes de poseerme, tienes que saborearme, te arrodillas en el suelo y me miras desde abajo nunca te habías fijado en mí desde esa posición y te encanta. Acercas tu boca a mi cuerpo, bebiendo el agua que fluye por él. Bebes el agua que resbala por mi rajita y me invades con tu lengua desde tu posición acoplas tu boca a mi coñito y accedes a mi apretado culito con tu lengua. Rápidos movimientos van desde lo más profundo de mi almejita hasta la base de mi clítoris, que también chupas, intentando secarlo en vano. Coloco mi pierna sobre tu hombro para darme mucha más libertad... Gimo acariciando tu cabello mojado entre gemidos te digo que no aguanto más. Necesito tu verga dentro de mí. Es increíble la compenetración que tenemos. En el mismo segundo que pronuncio mis palabras, estabas pensando en lo mismo. Necesitas follarme de nuevo. Sujetando suavemente mi pierna y mis caderas con la otra mano para que no me caiga, te incorporas lentamente. Tu boca sigue pegada a mi cuerpo, subiendo por mis caderas, por mi vientre, llego a mis pechos. Subes por mi garganta y alcanzas mis labios. Te encantan esos besos mojados.

Nuestra excitación no tiene límites. Buscas la entrada de mi almejita y me la vas metiendo muy despacito, con un toque de picardía, siendo consciente de que eso te acusara problemas después. Cuando por fin me la metes hasta el fondo lanzo un grito de satisfacción que se solapa con el tuyo. Con una mano, sujetas mi pierna izquierda bien elevada, con la otra presionas todo mi cuerpo con la yema de tus dedos mientras tus embestidas son fuertes y directas. La penetración es bastante profunda, intensa, electrizante. Pones tus manos sobre mis nalgas y con un suave impulso me elevas en el aire, y colocas mis piernas en torno a tu cintura, haciendo que el contacto entre los dos, sea total. Para darnos mayor equilibrio las enrosco con fuerza a tu cintura, piel con piel el contacto de nuestros sexos es increíble gimo en tu oído despacito, suavecito sé que eso te pone a mil, esos gemidos con un toque ahogado. Mis uñas se clavan en tu espalda mientras siento la intensidad de cada embestida, tu verga invadiendo mi rajita.

Mis gemidos en tu oído, mis uñas en tu castigada espalda, mi apretada rajita multiplicando el placer de cada embestida. Tus manos bajo mis nalgas elevan mi cuerpo, tus fuertes piernas nos mantienen en pie ayudadas por mi perfecto equilibrio. La penetración es muy profunda, fuerte y potente. El ritmo frenético. Buscas mi cuello con tu boca, por el que fluye el agua tibia y tus juguetones dedos intentan abrirse paso dentro de mi apretado culito mientras me elevas y me presionas contra ti. Te miro pícaramente y suelto un leve gemido entre placer y un poquito de dolor pues metes tres dedos en mi culito antes de que yo pueda decir algo, no me das descanso atacas sin piedad todo mi ser. Me dedico a gemir a sentir como te apoderas de mis agujeritos de manera tan frenética. Un ritmo salvaje y deseoso Tienes todos los músculos en tensión. Tu excitación es máxima. La sensación de tu verga dentro de mí, deslizándose dentro de mi cuevita, sintiendo cada roce con sus paredes. Tus dedos desapareciendo dentro de mi culito, notando su presión. Cuando elevas mi cuerpo con tus brazos y manos, tus dedos se clavan en mi culito cuando bajo me clavo en tu verga. Tus labios perdidos en mi cuello, lamiendo, mordiendo. El ritmo endiablado, potente, desenfrenado. Te das cuenta de lo que tienes, a mí. Y te das cuenta de cuantísimo me deseas. La fuerza los descensos es ahora mayor.

Gimo fuertemente, con cada embestida siento que te adentras más y más en mi rajita como se abren mis paredes. El sonido de nuestros cuerpos chocando a cada paso. El agua cayendo hace una mezcla perfecta Mis gemidos, la visión de mi cuerpo. Mis besos, mis manos, mí apretada almejita. El nivel de excitación es máximo. Mi lujuria también el ritmo es duro y frenético me eleva como una pluma y desciendo con fuerza. Sientes acercarse un nuevo final. Intentando prolongar ese momento, como temiendo que no vuelva a repetirse, tu cabeza vuela buscando un escape, un pensamiento que baje tus niveles animales, pero mi mirada te lo impide mi boca también. Mis labios apresan a los tuyos en un frenesí de deseo nos deseamos, nos buscamos deseo sentir ese arrebato entrando en mí, me tomas con fuerza y no te detienes hasta llegar al final. Yo tampoco resisto y nos corremos en un gran orgasmo. Sientes mis contracciones, sincronizadas con las tuyas a la perfección. El placer es mayúsculo me aprietas fuertemente contra ti, bien pegada a tu cuerpo. Mis piernas siguen aferradas a tu cintura, como a ti me encanta. Nuestros brazos entrelazados a nuestros cuerpos. Nuestras bocas unidas, igual que nuestras lenguas. Ni una sola de agua se cuela entre nosotros. El orgasmo va perdiendo intensidad y ha sido tan potente que una descarga eléctrica recorriendo tu cuerpo, traspasando también el mío, seguimos unidos y así quiero seguir.

Siento ese placer indescriptible de nuestro orgasmo mutuo nuestros cuerpos siguen en ese éxtasis indescriptibles enganchados unidos por una intensidad solo nuestra. La química hace su efecto potenciada por el agua caliente. Aun unidos, apagas el grifo y sales de la ducha, conmigo en tus brazos. Con gran dolor para tu corazón nos desacoplamos y secas nuestros cuerpos. En segundos, vuelves a cogerme en brazos, exactamente de la misma forma y diriges nuestros unidos cuerpos hasta la habitación y me dejas caer de espaldas a la cama, conmigo sobre ti, mirando mi dulce cara, perdiéndote en mis preciosos ojos. Mis manos se pasean por tu espalda, caricias inocentes, mis dedos se pierden en tu cabello acariciándolo, agotada igual me acerco a tus labios para beber de tu aliento para besarte suavemente relamiendo todavía el sabor de tu rajita que se quedó en tu boca.

Adoras mis besos con mi sabor, con el tuyo, con el de ambos. Te enloquecen, te entusiasman, te roban la razón. Sigues pegado a mí pero es que no quieres soltarme. Fundidos en el beso, y unidos fuertemente, sientes acercarse el letargo. Te suelto solo lo imprescindible para taparnos un poco con la sabana y no quedarnos fríos, pero te aferras a mí en segundos. Sutilmente, caigo hacia un lado y te doy la espalda que está totalmente pegada a tu pecho. Sientes el olor de mi cabello, el aroma de mi cuerpo y la tibieza de mi piel. Noto el sueño acercarse... pero, por nada, quiero separarme de ti. Me acurruco a tu lado, nuestras pieles saciadas pero siempre con ánimos para la próxima ocasión. Tus brazos rodean mi cuerpo, sobre mi abdomen. Puedo sentir su protección, también tu respiración perdiéndose en mi pecho. Nuestras respiraciones se acoplan, al igual que nuestros cuerpos. La calma, la felicidad, nos invade. Escuchas mi rítmica respiración, síntoma de que ya duermo. Pegas tu cara a mi hombro y le das un sutil beso de buenas noches. El sueño te alcanza de la mejor forma posible, abrazado a mi cuerpo, protegiéndome, pegado a mí, y con mi aroma inundando tu ser.