jueves, 1 de marzo de 2018

Volcan de Irene


Ya ha pasado el verano y con ello una historia excitante que todavía no me puedo creer que haya tenido lugar. Me presento, mi nombre es Miguel y espero que os guste.

A mis 18 años aún era virgen, si bien ya había salido con chicas, pero la verdad es que la cosa no pasó a mayores, es decir besos, toqueteos y juegos juveniles, pero de introducirle, tirar, coger o como se le llame, nada de nada, así que mi aparato tenía unas ganas locas por entrar en caliente.

Mis padres tienen como amigos a un matrimonio, Luis y Irene de su misma edad (cerca de los cincuenta), salen juntos y este año nos ofrecieron su chalet en la costa para pasar las vacaciones de verano, aceptaron gustosos. Yo en principio no quería ir, pero ante tanta insistencia, sobre todo de Irene, que si me lo iba a pasar bien, que si la playa, que si había chicas, total que al fin claudiqué.

He de decir antes que nada, que Irene es la típica mujer adulta que se la podría encasillar como "maciza", lo que en nuestro idioma quiere decir buenos muslos, trasero y melones y, por si fuera poco se suele vestir de forma provocativa, vamos que los hombres se fijan en ella y como no yo el primero. Alguna noche le he dedicado en mi intimidad unas pajas gloriosas, me pone el miembro en tal estado que no me queda mas remedio que recurrir a mi mano para descargar. Me la imagino y digo imagino porque todavía no había visto con mis ojos, pues eso, que la veo desnuda y yo comiéndole y pellizcándole el trasero, dándome un festín con sus pechos, y mil y una cosas más. Cuando vuelvo a la realidad mi mano está aguantando los 22 centímetros de pinga que empieza a echar chorros de leche.

La casa era divina, con su jardín, piscina, buhardilla con billar y además cerca de la playa, todo una gozada. El primer día después de desayunar me puse el bañador para refrescarme en la piscina y cuando estaba tomando el sol aparecieron mis padres y sus amigos. La imaginación se había quedado pequeña, vaya melones que tenía Irene debajo de ese bikini, desayuno, almuerzo y cena, todo en uno, el trasero era portentoso y el Monte de Venus hacía adivinar un bosque amazónico, solo que con pelos. No me quedó más remedio que tirarme el agua para bajar el empalme que me empezaba a aparecer. Irene se bañó después y al mojar sus dos montañas con el agua fría sus pezones se pusieron tiesos, vamos que ni dentro del agua se me quitaba la erección. Me salí del agua en dirección al baño, y tuve que jalarme el ganzo porque allí delante todos me daba vergüenza que notaran mi paquete todo erecto.

El morbo por ver a esta mujer desnuda fue creciendo así que ante ese sueño imposible decidí empezar a salir solo, no podía estar todo el día empalmado y haciéndome pajas.

Ellos salieron por la noche a cenar, yo me disculpé diciendo que quería leer. Los oí llegar ya tarde y subieron a la primera planta donde estaban las habitaciones. La mía estaba en medio de las otras dos, primero oí ruidos en la habitación de mis padres y por el tric, trac, tric, trac, supuse que estaban echando un polvo, así aprovechando que mis padres en este momento no saldrían, me acerqué a la puerta de mi exuberante Irene para satisfacer mi morbo. La puerta estaba entornada aunque había una pequeña rendija por la que se podía mirar lo que allí sucediese. Su marido se había acostado y Irene se estaba quitando el vestido que llevaba puesto, y se quedó en bragas y sujetador, mis ojos se abrieron al máximo, esperaba que se quitara estas prendas para por fin ver lo que llevaba tiempo deseando. Quiero decir que su ropa interior era bonita, blanca, de satén, el sujetador aprisionaba dos globos que pedían a gritos ser desabrochados, las bragas sin llegar a ser tangas lucían preciosas y su tacto suave incitaba a una caricia y hasta llegar, si cabe a arrancarlas con la boca. Por fin llevó sus manos a la espalda y se desabrochó el sujetador y parecieron dos melones de campeonato. Vaya erección que me provocó, daban ganar de saltar de mi escondite y comer hasta saciarme.

Irene se acostó junto a su marido y con su mano derecha empezó a acariciarle desde el pecho hasta el slip, recreándose en las caricias de la parte inferior, ella con una voz suave parecía decirle que se animara y el permanecía quieto como una estatua. Siguió perseverando en su recorrido manual, hasta que se le oyó decirle que tenía sueño y se dio la vuelta. Yo en mi interior pensaba que de estar en su lugar ya me habría corrido 2 ó 3 veces. Pero sucedió algo que me sorprendió, lejos de dormirse Irene dirigió su mano derecha a la parte inferior de su vientre y siguió bajando hacia las bragas, lo hacía muy despacio como queriendo que no se enterara Luis que en ese momento estaba de espaldas a ella. Había la suficiente luz del exterior como para no perderme detalle. Ella seguía, bajando los dedos hasta la parte interna de los muslos, sus piernas se le fueron abriendo más y más. En ese momento yo también empecé a halarme el ganzo sin perder detalle de sus movimientos que cada vez eran mas atrevidos, toda su mano subía y bajaba por encima de las braguitas. Por el ruido de la respiración de Luis parecía estar dormido, Irene le miró y acto seguido levantó su trasero para bajar las bragas hasta dejarlas a la altura de los tobillos. Aquella imagen era demasiado, todo su cocoy en mi objetivo visual, un gran bosque peludo escondía su raja. Volvió a abrir sus piernas y retomó las caricias anteriores, solo que ahora sin tela por medio. Los dedos se escondían entre la mata de pelos, hasta que apartándolos los llevó hasta el clítoris trazando círculos con las yemas. Debía de estar poniéndose muy cachonda porque empezaba a elevar el trasero y las caderas en un movimiento suave pero constante, como buscando que sus dedos fueran al centro de su volcán en erupción. Miré su cara y tenía los ojos cerrados y se mordía los labios, para evitar exteriorizar el placer. Dos de sus dedos encontraron el camino hacia el interior ya entraban y salían sin dificultad y fue acelerando sus movimientos, mientras que su otra mano también bajó para ayudar en lo que parecía ser un orgasmo, levantó las caderas y ahora sí emitió un gemido. En ese momento con una calentura infernal, volví deprisa a mi habitación y me hice una paja como nunca hasta que agotado me quedé dormido.

Cuando desperté por la mañana yo ya veía a Irene como una mujer insatisfecha y con ganas de ser tirada a tope. No sé por qué me parecía que Irene y su marido no se llevaban muy bien o quizás sí lo sabía, ese pedazo de hembra necesitaba urgentemente una sesión de sexo total y yo podía dárselo.

Decidieron ir a la playa pero yo no fui, alegué que prefería darme un baño en la piscina. Al poco de marcharse me dirigí al cuarto de baño y en el bidé estaban las bragas que llevaba puestas por la noche. Las cogí, tenían unos cuantos pelitos y una mancha en su parte inferior, instintivamente fui a oler, inspiré al máximo queriendo retener el dulce olor de su cocoy y en décimas de segundo mi miembro se puso como una piedra y no hizo falta mucho masaje para que me derramara.

Así fueron pasando varios días entre calentones, baños y espionajes nocturnos con Irene como protagonista principal. Mis padres tenían que regresar a Madrid y sus amigos me ofrecieron quedarme algún tiempo más, lo que acepté encantado.

Un día en que fuimos los dos solos a la playa inicié una conversación para ver como respondía a mis insinuaciones.

Irene te quiero hacer una pregunta, pero me da un poco de vergüenza.

Venga, dime, no tengas problemas conmigo.

Es, que, no sé pero no le digas nada a mis padres.

Bien, vale, soy una tumba.

Te quería preguntar si halarse el ganzo es malo, es que hay quién dice que puede crear IMPOTENCIA.

Ay Miguel, Miguel, empiezas a hacerte un hombrecito, ehh., (me miró con sonrisa picarona), pues mira te contesto que yo creo que no, es algo natural, y de IMPOTENCIA nada de nada. A veces tienes una necesidad y . eso le das gusto a tu cuerpo

No sé como decir, pues que mi miembro, se pone grande, pensando en ciertas cosas y yo en mi habitación, pues eso que me la toco, a ti no te molestará ¿verdad?.

No, cariño, no me molesta, hazlo cuando quieras, aunque eso de que se te pone grande ya lo había notado, ja ja. Y me parece que ahora, tú . , bueno vamos a bañarnos.

Parece que la conversación había dado efecto, Irene se puso algo colorada, había que iniciar el plan "B".

Dentro del agua empezamos a jugar, que si hundir, bucear, mis manos sin querer (queriendo) tocaron uno de sus globos, no me dijo nada, qué gusto, pero buscaba provocar algo más, así que una de las veces simulando que la iba a tirar, se puso de espaldas a mi rozándome con su trasero en toda mi herramienta, que ya estaba tiesa. Fueron unos segundos, pero quería que supiese en que estado me había puesto. Pero no pasó nada más.

Por la noche volví a espiarla y se pegó una paja antológica, con su marido al lado roncando. Yo creía haber tenido algo de culpa en su estado de excitación, mi plan comenzaba a dar efecto.

Al día siguiente un golpe de suerte, llamaron por teléfono a Luis que tenía que regresar a su trabajo, la persona que le suplía se había puesto en enfermo. Partió por la mañana y se ausentaría una semana más o menos.

Pasé la tarde dando vueltas a la cabeza para ver cómo hacía el asalto final y decidí que sería por la noche. Después de cenar, fui a la nevera y saqué una botella de champán para quitar inhibiciones, hablamos, nos reímos y llegó la hora de acostarse, dejé que pasaran cinco minutos y en dirigí a su dormitorio, sorpresa, la puerta al contrario que otros días no estaba entornada sino abierta de par en par, Irene encima de la cama con una combinación de raso negra que llegaba a medio muslo.

Pedí permiso para entrar y me tumbé a su lado en la cama.

Irene había pensado que en vez de autosatisfacernos los dos por separado podíamos hacerlo juntos en la misma cama.

Pero Luis ¿estás loco? Qué cosas tienes. Quién te ha dicho que yo me voy a hacer el yo con yo.

Bueno Irene sé que está mal decirlo pero te he visto otras noches hacerlo y tú me dijiste que no era nada malo. ¿Es así?

Sí, pero.. En ese momento de di un beso en los labios para silenciar sus protestas y me dijo - eres un chico muy travieso, bueno venga empieza tú, sácatela antes de que me arrepienta, pero de esto no le digas nada a nadie.

Dicho y hecho, me desnudé y saqué mi miembro ante su mirada y comentarios de admiración por su tamaño, empecé a acariciármela le dije que hiciera lo mismo, que se desnudara y que lo tocara como los otros días. Se incorporó para subirse la combinación, se bajó las bragas y me dijo.

Mira, Miguel, en lo de desnudarme te he hecho caso, pero de hacer el yo con yo nada de nada, nos hacemos pajas cuando no tenemos otra cosa mejor que echarnos encima y por lo que veo tienes un miembro capaz de hacerme feliz, así que quita esa mano de ahí que te la voy a chupar y a terminar de hacerte un hombre, y tú, si te gusta lo que ves pues, sírvete lo que quieras.

No habló más, se tiró a mi miembro con hambre de varias semanas o años, parecía el último deseo de un condenado a muerte, qué manera de chupar, me llevaba al cielo. Mis manos se fueron a sus melones, eran enormes no podía abarcarlas en toda su extensión, fijé mi mirada en su cocoy y me acordé de su olor en las bragas, sólo que ahora lo tenía al natural, empecé a acariciar su pelambrera, los desplacé a ambos lados para tener acceso a su raja, introduje un dedo y noté que estaba mojado, empezó a gemir con mi miembro en su boca y me tiré a comerle su almeja primero con los labios y luego con la lengua, movía el cocoy hacia delante y cada vez lo tenía más mojado por sus flujos, hasta que se incorporó, se tumbó boca arriba, abrió sus piernas y con las dos manos abriendo los labios de su chocho me dijo.

tirame ahora, métemela toda, pero despacito que la tienes enorme, vamos tirame que me tienes como una perra en celo.

Yo, como soy muy obediente, coloqué el miembro en la entrada y una vez que la punta estaba en su sitio me agarré a sus hombros y se la metí toda de un tirón, ya no eran gemidos, sino gritos los que salían de su boca. Continué embistiendo un buen rato hasta que nos corrimos como locos.

Continuamos con nuestros sexos unidos besándonos, me confesó la tristeza de su vida sexual, que muchas veces le habían dado ganas de dejarlo todo, buscar un amante que la llenara, pero fue una cobarde. Yo seguía dentro de ella besándole el cuello y sus preciosos melones hasta que se volvió a excitar. Mi miembro nunca dejó de estar duro, me pidió que me levantase y apoyó cabeza y manos en la almohada mientras que las rodillas abiertas hacían elevar todo el trasero y cocoy para facilitar mi metida. Pese a sus súplicas mi boca quería seguir chupando su centro de placer.

Vamos, ahhhh, qué gusto, me corro en tu boca, pero dame tu miembro gordo y duro, metemelo.

Yo tampoco podía esperar más y se la volví a clavar y ella no paraba de hablar, gemir y gritar, hasta que otra vez chorros de mi leche inundaron su cocoy.

Durante esa semana tiremos como animales en celo y nos pusimos al día del hambre atrasada que teníamos. Quedamos en no romper nuestra relación y cuando puede escaparse volvemos a darnos sesiones de sexo 100\%.


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Trio por ocho años


Ese día quedamos de vernos en un hotel que esta por Insurgentes norte, a la altura del edificio que estaba antes en los pinos, la estrategia para ingresar fue la que hemos seguido desde hace 8 años, Héctor y Mary llegan al hotel, se registran y después él me avisa al celular en que habitación están, con ese dato entro por el estacionamiento de una manera muy casual, como si fuera un huésped mas, subo por las escaleras para evitar la recepción, durante 8 años una vez cada 3 meses lo hemos hecho así sin ningún contratiempo hasta hoy, lo describo al detalle como testimonio de la veracidad de esta historia.

Pues bien, subí por las escaleras hasta el piso donde estaban hospedados, él estaba vigilando con la puerta entreabierta para darme acceso en cuanto yo llegara, entre sin dificultad hasta la habitación y allí estaba Mary, sentada frente al tocador con una faldita corta y una blusa negra transparente, se podían ver sus piernas cruzadas y más arriba de la rodilla el borde de la media negra sostenida por un liguero del mismo color, ustedes saben el efecto que provoca en un hombre la vista de unas medias y un liguero negros, es para calentar a cualquiera, y claro no fui excepción, me acerque y la bese en la boca, ella me recibió abriendo los labios y fundiéndonos en un apasionado beso, de esos que duran largos momentos porque no calman la pasión despertada de forma rápida, después del beso empezaron las caricias a las piernas, la tome de las manos y la jale suavemente para que se pusiera de pie y la pudiera admirar totalmente, sus grandes pechos apuntaron hacia el frente dispuestos a soportar la pasión a la que serian sometidos por un buen rato, esos pechos son lo que mas me a atraído siempre de Mary, enormes es la palabra que los puede describir además de hermosos, nunca he cogido con otra mujer con melones mas grandes que las de Mary, son soberbias.

Aunque ella no es una jovencita, ni tiene un cuerpo de diosa destila una sensualidad que logra excitarme desde el primer momento de estar cerca de ella, no es muy guapa pero tiene lo suyo, blanca de pelo negro boca grande y ojos bonitos, en su juventud debió ser mucho más sensual pero yo la conocí ya de edad y aun conserva esa sensualidad, a lo largo de 8 años de ser amantes los tres nunca he tenido falta de apetito sexual al estar con ellos, nos conocimos en un cine cuando yo tenia 31 años, una tarde de navidad, poca gente en cines tan grandes como los que había en ese entonces, desde que nos conocimos nuestros tríos no dejan de ser tan intensos como el primero, aun este encuentro que es el motivo del relato resulto como nunca antes lo habíamos hecho, ella me pidió un momento para cambiarse y ponerse algo más sensual, fue con Héctor al vestidor y sin que yo pudiera ver se cambio de ropa, cuando salió estaba cachondisimamente vestida, era un babydoll negro trasparente con las medias y el liguero, se empezó a pasear frente a mí exhibiendo su cuerpo, se recargo en la pared, subió una pierna y empezó a fumar un cigarro, se veía como toda una prostituta en su esquina, riquísima, después de un rato de hacer ese juego erótico se acerco y se sentó junto a mi, mientras tanto Héctor miraba desde un sillón, desnudo y acariciándose la miembro, Mary empezó a acariciara mi pecho a jugar con mis vellos y a quitarme la camisa, siguió con el pantalón y quede en bóxer solamente, ella me toco el miembro que ya estaba bien parado, yo no aguantaba mas las ganas de cogermela, la tome y la lleve a la gran cama, la acosté y le hice de lado la ropita para poder empezar a mamarle el cocoy, le digo de cariño cocoy aunque en realidad es un gran cocoy grandisimo, se la mame con dulzura al principio y después con fervor, termino dos veces, no por que sea un picudo mamador, sino porque fue mucho el tiempo de estimulación oral, se la mame por mas de media hora, me encanta.

Héctor se unió a nosotros mientras yo se la mamaba, después de que ella termino por segunda vez, le abrí las piernas a su máxima extensión para poder ver bien su bizcocho abierto y escurriendo saliva y jugo, se la abrí con los dedos y le dije a Héctor que se acercara para que viera, el miro y se asombro de lo dilatada que la tenia, metió 2 de sus dedos y se los llevo a la boca para chuparlos, le pregunte si se le antojaba meterle la miembro, -claro que si - me contesto, le pedí que se acostara boca arriba, esto era para cumplir una de las fantasías que teníamos planeada para la ocasión, el la tenia bien parada, le pedí a Mary que se sentara sobre de el, ella lo hizo colocando su gran trasero sobre la miembro de Héctor, el trato de acomodarla pero no podía, así que acudí en su ayuda, le agarre el miembro con una mano y con la otra separe las nalgas de ella, busque la entrada de su cocoy y coloque con toda suavidad el miembro de Héctor dentro de ella, ver esa escena casi me produce una venida, me quede viendo de cerca como entraba y salía ese palo de el cocoy de su esposa, estire mi mano y tome con mucha delicadeza los huevos de el acariciándolos en circulo, después acerque mi boca y empecé a lamerlos a los dos mientras entraba y salía ese rico miembro de la preciosa Mary, pasaba la lengua desde los huevos de el y la subía hasta el culito de ella, comencé a estimular con la lengua el ano para que se fuera dilatando y poder lograr la doble metida que teníamos planeada, cuando sentí que ella estaba lista y él estaba por terminar, les pedí que se detuvieran, se quedaron quietos esperando mi introducida, tome un condón me lo coloque con toda calma apunte hacia el ano de Mary y empecé a entrar, poco a poco, sintiendo como abría paso su esfínter a mi aparato, ella cerro los ojos y pujo, Héctor le preguntaba si sentía rico y ella solo movía la cabeza afirmando, seguí introduciendo aquel rico trasero hasta que logre meter todo mi miembro, me quede detenido dando tiempo a Mary a que se acomodara, después le pedí que ella marcara el ritmo, se empezó a mover de atrás hacia delante, yo me quede detenido viendo como entraba y salía mi miembro de su trasero, -¿te gusta como té la esta metiendo mi amor?-, -mucho, me encanta- contesto ella, seguimos así hasta que Héctor termino, se aferró a sus melones y soltó un grito de triunfo, yo ya no aguantaba mas, les dije que iba a terminar pero quería hacerlo en los melones de Mary, me safe, me quite el condón y ella se acostó boca arriba, me acomode sobre sus melones, me jale un poco mi miembro y empecé a arrojar el fluido sobre sus melones, ella lo recibió y con sus manos lo extendía sobre sus senos con una sonrisa cachondisima en su cara, me miraba y me mandaba besos desde abajo, termine como pocas veces, le llene de leche todo el pecho, mientras tanto se acerco Héctor y empezó a besar en la boca a su esposa, después se bajo a la altura de los melones para besarlas, mas que besos era una lamida, recogiendo y tragando el fluido que había quedado extendido en ellas, yo me acomode entre sus piernas y con mi boca le comí otra vez el cocoy que Héctor había dejado lleno de su leche, así estuvimos hasta que no hubo rastro de fluido, ni en su cocoy ni en sus melones, fue un trio riquísimo, descansamos y al rato volvimos a la batalla, así pasamos toda la tarde y parte de la noche, hasta que nos despedimos, muy satisfechos los tres y quedando de hablarnos por teléfono para la próxima cita. Hemos pensado en invitar a otra pareja a nuestras citas, también me gusta participar solo con otras parejas, en fin todo lo referente a sexo es bienvenido.


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Una mujer necesitada


Aquella mujer misteriosa no me dijo ni su nombre ni el lugar donde vivia ni siquiera su edad. Me dijo que por el momento queria guardarlo en secreto. Despues me empezo a contar su problema. Se sentia sola y falta de cariño. Desde hacia un tiempo su vida era tremendamente monotona y lo que mas echaba de menos era el calor de una persona a su lado. Me dijo: los dias son muy difiles para mi pero las noches son eternas. Me he dado cuenta de que necesito noches de pasion . En su carta me conto como son sus noches. Ella me decia que el sexo era una necesidad que todos necesitabamos. Pero a ella le faltaba ese hombre que se metiera con ella debajo de las sabanas y con el que gozar de unas horas de placer.

Debido a la ausencia de ese hombre ella me dijo que practicaba el yo con yo. Todas las noches antes de dormirse sus manos me metian por debajo de sus ropas para acariciar, tocar, frotar o pellizcar sus partes mas intimas y aquellas que mas placer le proporcionan. Y mientras lo hacia me conto que piensa en la siguiente fantasia.

Se imagina que ella esta en su habitacion junto con un hombre. Los dos desnudos y tumbados en su cama. El hombre comienza a acariciar sus mejillas. Lo hace con dulzura y mucha ternura. Mientras ella le mira a los ojos y el hace lo mismo. Ambos pueden verse reflejados en las pupilas del otro. La mano del hombre sigue acariciandola el cuello y por detrás de sus orejas. De repente el hombre acerca sus labios a los de ella y la da un beso. Un dulce beso que a ella le sabe muy rico. Despues el hombre recorre toda su cara con muchos besitos para acabar nuevamente en sus labios y besarla esta vez con pasion. Los labios de ambos se entreabren y sus lenguas comienzan a tocarse, a lamerse, a devorarse mutuamente con pasion. Ella coloca su mano en el cuello del hombre y no deja que sus labios dejen de besarse. Los besos se prolongan durante un largo rato durante el cual parece que el tiempo se detiene. Lo unico que importa en ese momento es el juego que sus lenguas tienen en el interior de esas bocas selladas momentaneamente por sus labios. Despues ambas bocas se separan . Su boca quiere mas pero hay otras partes de su cuerpo que tambien desean ser visitados por la boca de ese hombre. Tras el beso ella siente como su cuerpo ha entrado ya en excitación. Sus pezones estan duros y en punta y siente ya la humedad dentro de su cocoy.

La boca del hombre comienza a recorrer su cuerpo. Primero su cuello. Lo colma de besitos y algun que otro lameton. Ella mientras tanto le acaricia el pelo. La boca juguetona del hombre llega a sus pechos y comienza a devorarlos con lentitud y maestria. Uno de sus pezones esta en el interior de la boca del hombre y es succionado, lamido por su lengua y pellizcado tiernamente por sus dientes. Su cuerpo es recorrido desde los pies hasta la cabeza por un gran placer. La boca del hombre pasa de un pecho al otro. No quiere que uno se sienta tratado de distinta manera al otro y todo lo que le hace al uno lo repite luego en el otro. Las manos del hombre tambien quieren participar en el juego y comienzan a masajear sus pechos. Sus manos magrean deliciosamente. Con sus dedos indice y pulgar aprieta sus pezones. Unos pezones muy duros, parecen piedras

Despues el hombre se pone de pie al lado de la cama. Y ella observa maravillada que el hombre tambien esta excitado. Su miembro esta duro y erguido. Un miembro que ella ansia sentir dentro de poco dentro de si misma. El hombre le hace un gesto para que separe las piernas y poder arrodillarse entre ellas. En esa postura, abierta de piernas, ella se siente deliciosamente vulnerable. Ahora el miembro del hombre no tendra resistencia para introducir su ya muy humeda cueva. Es algo que ella desea pero se da cuenta de que el hombre desea excitarla aun mas. Con sus manos el hombre recorre la parte interna de sus muslos. Un cosquilleo excitante recorre su cuerpo. Poco a poco las manos van llegando a su mayor centro de placer. Ya estan cerca . Pero de repente las manos se alejan. Se cuelan por debajo de sus rodillas y levantan sus piernas en vilo separandolas aun mas. Las manos colocan sus piernas encima de los hombros del hombre. La boca del hombre se acerca peligrosamente a su entrepierna. Los labios que antes besaban su boca van a besar ahora otros labios, los de su entrepierna. El primer contacto boca-entrepierna es electrico. Poco a poco esa boca comienza a devorarla el cocoy con pasion. Su lengua sale de su boca intentado entrar lo mas adentro posible en su cocoy, Pero el momento mas excitante estaba aun por llegar. Ese momento fue cuando los labios del hombre apresaron su clitoris. Inmediatemente despues abundantes flujos comenzaron a salir de su cocoy mientras su clitoris era succionado y lamido por los labios del hombre. Su cuerpo se retorcia de placer, sus caderas subian y bajaban y el hombre a duras penas podia continuar lamiendo su sexo. . El placer que sentia era tan grande que necesitaba sentir ya ese miembro duro dentro de ella.

La boca del hombre se aleja de su entrepierna. Ella quita sus piernas de encima de los hombros del hombre. El hombre se tumba encima de ella. Ella le hace hueco separando sus piernas. Ella puede sentir el miembro duro y caliente del hombre sobre su vientre. Es entonces cuando llega el momento deseado durante tiempo. El hombre agarra su miembro son una de sus manos y lo coloca a la entrada de esa cocoy rebosante de flujos. Un pequeño empujoncito basta para hacerlo deslizar dentro.

El hombre se tumba encima de ella mientras sus caderas hacen ese lento y placentero mete saca. Ella se abraza a el y acaricia su espalda. En la habitacion solo se oye una respiracion fuerte y acompasada al ritmo de la cadera del hombre. Sus cuerpos estan sudorosos. El hombre aumenta la velocidad de sus movimientos lo que es muy bien acogido por ella. Lo que en un principio era una respiracion fuerte pasa a convertirse en leves jadeos de placer por ambas partes. Cuanto tiempo habia deseado estar asi. Su cuerpo fundido con el de un hombre. Los movimientos del hombre se aceleran cada vez mas. Ella comprende que en pocos instantes se va a vaciar dentro de ella depositando en su interior ese liquido blanco producto de la pasion y el placer maximo. Pocos instantes despues ocurre. El hombre emite un profundo gemido de placer a la vez que el primer chorro de su fluido sale de su miembro. Ella siente ese liquido calentito dentro de si.

Tras la eyaculacion el hombre la mira a los ojos y la besa nuevamente con pasion renovada. Despues ella le pide que se recueste sobre su pecho. El hombre coloca su cabeza sobre sus pechos. Mientras ella acaricia su pelo saboreando el momento de placer vivido.

Tras leer esta fantasia comprendi lo mucho que necesitaba esa mujer una noche de pasion. Comprendi que todos en esta vida necesitamos sexo. Es una necesidad. Pero no sexo egoista del que solo disfruta una persona sino sexo para dos. Dos personas que se entregan al otro, en donde tu preocupacion sea la de proporcionar placer a la otra persona porque tu placer te lo proporcionara la otra persona a ti.

Escribi una carta a esa mujer. La conte que entendia su problema porque ese era mi problema tambien. Acordamos ser por el momento amigos. Eso calmaria un poquito en parte nuestra soledad y quiza con el tiempo y despues de conocernos mucho mas en profundidad el uno al otro quiza podriamos vivir juntos una noche de pasion como la de su fantasia. A ella le parecio bieny desde entonces nos escribimos a menudo.





Me gustaria que esta historia fuera leida por muchas personas, en especial personas que se sientan solas, faltas de cariño y por que no decirlo faltas de sexo. Lo que acaban de leer no ha ocurrido. Yo no he recibido nunca una carta como esa, pero me gustaria que despues de leer esto un dia esa carta llegue a mi correo electronico. Se que hay mucha gente hay fuera que se encuentra sola. Quiero decirles a todas esas personas que yo tambien lo estoy. Y es por ello que he decidido escribir esta historia. Espero que esta historia les anime a escribirme. Asi juntos nos sentiremos menos solos. Mi problema es el mismo que el de esa mujer ficticia. Ella necesitaba a un hombre y yo necesito a una mujer. Necesito a una chica a mi lado que me proporcione cariño y con la que poder disfrutar de una buena vida sexual. Las caricias que el hombre de la fantasia proporciona a la mujer serian las que me gustaria proporcionar a mi a una chica. Como veran en ningun momento cuento como son las caricias que la mujer le despensa a el. Esas caricias me gustaria que fueran escritas por una chica que quisiera ser mi amiga. Necesito tener amigas. ¿Alguna chica quiere ser amiga mia?

Soy un chico normal de 22 años. Quiza se sorprendan de que a mi edad me sienta solo. Pero es la verdad. Seguro que piensan que algun motivo habra para que este solo. Y si, lo hay. Hay un motivo : mi gran timidez. Y tambien se que hay muchas chicas con este problema. Por ello, me gustaria decirles a esas chicas una cosa: por favor, perded por una vez esa timidez y escribidme. Yo me he decidido a escribir esto y ahora debeis decidiros vosotras a escribirme. Merecera la pena.

Estoy seguro de que a muchas chicas les ocurre lo mismo que a la mujer ficticia. Por las noches cuando estan en la cama recorren su cuerpo con sus manos. Se acarician a si mismas buscando placer. Y estoy seguro de que a esas chicas les gustaria que sus manos fueran sustituidas por las de otra persona. El sexo es algo natural que todos necesitamos. Sexo rodeado de ternura y pasion, mucha pasion.

Por experiencia puedo decir que hay una cosa peor que estar solo. Esa cosa es sentirse solo. A todo el mundo le apetece a veces estar solo pero a nadie le apetece nunca sentirse solo. Yo me siento solo y estoy seguro de que hay muchas chicas que se sienten de la misma manera que yo. Ayudemonos el uno al otro.


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Erika, Silvia y Luis


Yo vivia con una chica llamada Erika, era una morena de pelo negro y lacio, tenia un busto generoso, una esbelta cintura y un trasero muy sabroso, hacia el amor muy bien pero lo que mas me gustaba de ella, era que daba unas mamadas bien sabrosas.un dia llegue a mi trabajo en unos videojuegos, y el encargado me regreso porque yo habia llegado 10 minutos tarde, me fui al centro a dar la vuelta y me fui para mi casa, llegando como a las 7:00 pm, siendo que siempre llegaba como a las 10:00 pm, al llegar, vi afuera estacionado un auto que yo sabia que era de una amiga de erika llamada Silvia, una rubia que a lo poco que yo la habia visto me parecio muy atractiva, llegue, abri la reja y antes de abrir la puerta vi a las dos sentadas en la sala dandose un apasionado beso, un poco sacado de onda me regrese a la reja y la abri produciendo mas ruido abri la puerta y estaban ellas dos sentadas cada quien en su lado, las salude y estuvimos platicando un rato hasta que silvia se marcho.

En la noche despues de hacer el amor con erika le pregunte acerca de lo que habia visto, negando ella rotundamente que hubiera pasado nada entre ellas.

Semanas despues me contactaron con unos chavos que querian que los llevara de excursion un fin de semana, le avise a erika que saldria el viernes en la tarde para regresar el domingo en la tarde, para no hacerla mas larga les dire que para el sabado en la tarde los chavos tenian ganas de devolverse a lo que les dije que no les regresaria el dinero pagado con anticipacion, no habiendo inconvenientes regresamos y al llegar a mi casa como a las 9:00 pm vi el carro de silvia de nuevo afuera, abri la puerta despacio y me llegaron sonidos de la recamara al acercarme y asomarme un poco por la puerta, las vi en la cama, silvia la amiga de mi novia estaba abierta de piernas y mi novia le estaba dando una gran mamada, la cara de silvia era de satisfaccion total, despues mi novia( de espaldas a mi), tomo un consolador y se lo empezo a meter a silvia a lo que se empezo a retorzer de placer, yo estaba superexcitado con mi miembro bien parada y rezumando liquido preseminal, de pronto silvia abrio los ojos y me miro y me sonrio y acto seguido tomo a erika del brazo e hizo que quedaran en el 69 despues en un descuido mio mi novia erika me alcanzo a ver y se sobresalto, me fui a sentar a la sala y despues de 5 minutos sale silvia vestida y se despidio de mi con un beso en la mejilla como si nada hubiera pasado, despues salio mi novia erika con una profunda verguenza me quiso explicar que era su primera vez con otra mujer y que estaba muy avergonzada pero yo le dije que era un hombre con la mente abierta y que esas cosas no me asustaban quedando asi las cosas y no volviendo a hablar del asunto, en la noche no quiso hacer el amor sino hasta unos dias despues accedio con la condicion de no hablar del tema.

Aproximadamente 12 dias despues llego ella de su trabajo enojadisima aventando la puerta y pateando cosas la pregunte que pasaba y me dijo que silvia le habia dicho que queria que hicieramos un trio y que si mi novia no aceptaba les diria a sus amigas lo que habian hecho las dos, despues de calmarla me dijo que ella no aceptaria y asi quedaron las cosas, al dia siguiente despues de llegar de su trabajo me dijo que si podia pedir un permiso en mi trabajo ya que silvia comia el sabado en la casa, imaginando por donde iban las cosas, pedi el permiso.

El sabado a las 7:00 pm llego silvia traia puesta una blusa escotada lo que dejaba al descubierto el nacimiento de los senos y una falda cortita que dejaba ver sus piernas firmes y torneadas en la cena se sento frente a mi y comenzo a sobarme mi miembro por debajo de la mesa siempre con una sonrisa coqueta, al terminar la cena nos fuimos a sentar a la sala y comenzamos a tomarnos unas cervezas que yo tenia en el refri, despues de rato me pregunto si le habia gustado lo que habia visto yo en la recamara aquel dia y que si me habia excitado al responderle que si me pregunto si queria ver un show que me habian preparado, pusieron el estereo y comenzaron a desvestirse lenta y cadenciosamente, al querer tocarlas me dijeron que todavia no, se empezaron a quitar entre ellas la ropa interior quedando totalmente desnudas poniendo silvia a erika en la mesita de madera del centro de frente a mi, donde empezo a darle una mamada en la raja a erika, ella al principio estaba vergonzoza pero con las caricias se empezo a dejar llevar siguio silvia lamiendole el clitoris a erika con mas rapidez alcanzando erika un orgasmo, yo estaba a reventar a lo cual me saque el miembro y comenze a halarme el ganzo silvia asintio diciendo que era una buena idea, despues puso a erika que le lamiera su raja mientras a mi comenzo a darme una mamada sensacional me estuvo diciendo que me esperara y le hablo a erika para que me dieran la mamada entre las dos llego un momento en que no pude aguantar mas y eyacule en sus caras tragandose todo mi fluido me siguieron lamiendo hasta que lo dejaron limpio luego se lamieron entre ellas, luego silvia se sento en mi miembro dandome la espalda, quedando de frente a erika y diciendole que nos la mamara a los dos, erika con su lengua lamia mi miembro y la raja de silvia al mismo tiempo, despues de un rato tuve un increible orgasmo muy diferente a todos los que habia tenido antes pues la metida y la mamada eran otro mundo.

Despues y sin dejarme descansar erika me monto de un golpe clavandose todo mi miembro en su raja en la misma posicion luego era silvia la que estaba dando la mamada erika estaba descontrolada con los ojos en blanco me apuro a que me viniera ya que estaba teniendo una cadena de orgasmos, volvi a eyacular de nuevo y el fluido que escurria de la raja de erika, silvia con su lengua se lo comia, luego que erika me desmonto, me acoste en la alfombra y silvia me monto diciendo que era delicioso que no se me hubiera bajado mi miembro ya que seguia tan dura como al principio, erika se sento en mi cara y le empeze a dar una mamada mientras ellas dos se fundian en un apasionado beso con la lengua, despues de rato erika comenzo a gritar que se venia, silvia tambien y yo al oirlas a las dos me vine justo en ese momento, silvia comenzo a reir diciendo que nunca habia experimentado un triple orgasmo terminamos y nos metimos a bañar los tres en la regadera con el agua caliente me empezaron a enjabonar y al verlas a las dos enjabonandose tambien se me empezo a poner duro otra vez a lo que ellas dijeron que no querian dejarlo vivo y comenzaron a darme una mamada doble otra vez, batalle un poco pero despues de un rato volvi a eyacular en sus caras volviendo ellas a tragarse el poco fluido que salio.

Salimos de la regadera quedando de volver a hacerlo, ya que habia sido algo maravilloso, yo pensaba que si aunque mi miembro me dolia por tantas eyaculaciones, a los quince dias hablo silvia a la casa diciendo que le habian pedido su departamento preguntandome si no la aceptabamos en mi casa acepte gustoso y desde entonces tenemos sexo casi todos los dias, pero esa sera otra historia.

Espero que les haya gustado, y aunque no se redactar quise compartir con todos mi experiencia tan sexomaniatica que me paso.


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Esclavo por una noche


Que imperceptible es a veces esa línea divisoria entre la fantasía y la realidad, aunque parezca abismal, para dar ese paso que nos llevará al otro lado donde todo aquello que deseamos es tangible y no solo producto de nuestra imaginación.

A pesar que siempre lo deseó, jamás pudo sospechar lo que le depararía tras abrir la puerta; el departamento estaba iluminado tan solo por las tenues luces que desprendían las llamas de las velas que ella había encendido.

Aún permanecía de pie en el pasillo esperando que sus ojos se habituaran a la iluminación cuando siente que ella lo toma de los brazos, lo empuja contra la pared y lo besa apasionadamente.

Sin dejarlo mediar palabra, le quita la ropa abusivamente, ata sus manos con un pañuelo, venda sus ojos y abre sus piernas; comenzando a hurgar con su lengua en sus más recónditos rincones.

Se podía escuchar la respiración agitada de él, sus manos sudaban al igual que su frente, las manos de ellas deambulaban por su cuerpo provocándole una gran excitación.

Se arrodilla ante él, toma su miembro erecto y se la mete en la boca, mama de ella como queriendo extraerle hasta la última gota de su néctar, él jadea, gime, grita de gozo y ella solo bebe hasta extasiarse.

Abre sus nalgas e introduce su lengua profundamente en su ano, dilatándolo lentamente hasta sentir que tres de sus dedos fueron acogidos por él.

El silencio se rompe con su grito, ella tapa su boca con un beso y lo introduce sin piedad, ahora no eran sus dedos los que se abrían camino, podía sentir el grosor del miembro y su textura.

Ella mueve sus caderas expertamente, provocándole dolor y placer combinación perfecta que lo excita y le hace experimentar sensaciones nuevas e inimaginables.

Su miembro tieso golpea contra la pared tras cada embestida, pide clemencia, pero ella no esta dispuesta a otorgarle dicho favor, al contrario introduce con mayor fuerza su apéndice, mientras con sus manos empieza a sobarle la pija.

Por primera vez desde que él había llegado ella le habla ...



DECILE A TU SEÑORA QUE SE SIENTE SER COGIDO POR TU AMA.



me gusta señora, pero duele.



CÁLLATE Y NO TE DIGAS NADA, SIENTE EL PLACER QUE TE ESTOY DANDO, NO ERA ESTO LO QUE QUERIAS O SOLO ERA TU FANTASIA?



no Señora, me gusta, pero duele, tenga piedad de mí era virgen..



TU BIEN LO DIJISTE, ERA VIRGEN, YA NO LO SOS MÁS. GOZA Y NO DIGAS NADA, PUES UN ESCLAVO COMO TU NO TIENE DERECHO A HABLAR.



esta bien Señora lo que usted ordene...



Su miembro estaba inyectada en sangre, cada vez que ella sentía que él iba a acabarse dejaba de sobársela para que su deseo fuese mayor.

El solo jadea, grita y pide por favor que lo deje acabar, ella se ríe eufóricamente y se va dejándolo solo y atado.

Puede sentir como sus pasos se alejan, la llama, le pide por favor que vuelva que no lo deje así que no aguanta más...

Silencio y oscuridad eran lo único que lo acompañaban, además de la incertidumbre de lo que vendrá.

Mezcla de sensaciones sentía: miedo, inseguridad, confianza, excitación, inquietud, placer, dolor, deseo.

No sabe cuánto tiempo transcurrió, para él fue una eternidad hasta sentir el primer latigazo en sus nalgas.



Señora por favor!!!!!!!! nooooooooooooooo



CALLA PERRO, AQUÍ TIENES TU PREMIO POR SER UN MAL ESCLAVO.



No señora por favor, se lo suplico no me pegue.



Uno, dos, tres, cuatro, cinco... hasta diez latigazos cayeron en esas nalgas enrojecidas por el cuero.

Lo hizo arrodillarse y su lengua recorrió cada una de las marcas que habían quedado en su piel.

Esa lengua suave y mojada le provocaba un gran alivio, su miembro volvía a pararse; ella lo obliga a ponerse de pie nuevamente.

Lo toma de las manos y lo lleva hasta el dormitorio y lo tira sobre la cama.

Pudo sentir el sabor del cuero mezclado con el gusto de su concha mojada cuando se la puso en la boca, su lengua lamía sin parar ese manjar que ella le estaba ofreciendo.

Ella abre se abre sus labios mayores para que él pudiese introducirlo más profundamente, mueve su cuerpo para sentir como esa lengua juega entre su concha y su trasero.

Se levanta y se va.

La soledad una vez más le hace compañía al igual que la duda.

El frío del hielo hizo que su piel se erizara cuando los cubitos rozaron sus pezones, el agua gélida se deslizaba por su vientre hasta llegar a sus huevos y ella bebía como si fuese una fuente.

Frotaba el hielo por todo su cuerpo y lamía a la vez.

El se retorcía de gozo, ya no aguantaba más, pensaba que su miembro iba a explotar en cualquier momento, esa mujer lo estaba volviendo loco, loco de placer.

Le quita la venda, desata sus manos; al abrir los ojos la ve parada sobre él, llevaba puesto un short negro de cuero muy corto que dejaba ver sus nalgas, un soutién del mismo material, medias negras con ligas y un antifaz.

Realmente parecía una Ama de verdad, al verla así su excitación aumento más.

Se quitó la ropa lentamente, se puso en cuatro sobre la cama y le suplicó como si fuese una gatita mimosa que la introdugiera.

Los roles habían cambiado. El le pegó una nalgada, la tomó de los cabellos y la introdujo por el trasero sin piedad.

Ahora ella era la que gritaba de placer y dolor, él metía su miembro más y más profundamente hasta sentir como sus huevos golpeaban sus nalgas al igual que sus manos.

Un torrente de leche inundó su trasero, se hizo a un lado y la obligó a hacer el yo con yo.

Ella se metió dos dedos en su concha, él la miraba y su miembro volvía a pararse.

Ella toma el consolador con el cual antes lo había introducido a él y se lo introdujo hasta el fondo en su cocoy, al tiempo que él invadía nuevamente su trasero.

Una doble metida era lo que a ella más le fascinaba, sentirse completa, todos sus agujeros tapados.

Sus gritos de placer se mezclaron al igual que sus orgasmos.


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Mi Cumpleaños


Era el día de mi trigésimo cumpleaños. Lógicamente esperaba alguna celebración especial. Mis amigos de toda la vida, eran muy dados a darme sorpresas, pero aquella vez no las tenía todas conmigo, porque el especial día, nos cogió de gira con el grupo musical al que represento. Mi obligación era estar con ellos durante aquellas dos semanas.

Con ellos y ellas mantenía una relación puramente profesional, aunque hay que decir que todos los componentes del grupo eran maravillosos. Jóvenes, bien educados y con un sentido musical fuera de lo común, lo que ya implica un alto grado de sensibilidad.

En fin, el resultado fue que el día transcurrió sin pena ni gloria y, mi gozo en un pozo, ni siquiera los más allegados a mí, se acordaron de mi cumpleaños. Una llamada de mi mujer y de mi hija al teléfono móvil, fue la única certeza de que no me había confundido de día. El triste día en que cumplí 30 años.

Con este ánimo, me fui a acostar a la, eso sí, enorme suite del hotel que había escogido para mí. Estaba decidido, pondría el canal porno de la televisión del hotel y me haría una o dos pajas a la salud de los años que ya no volverán jamás.

Claro que antes, me tomé un par de copas en el bar de abajo, en amigable charla con el típico y amable camarero pelota, que en compensación a su amabilidad en tan triste momento se llevó una suculenta propina.

Así, me vi en la puerta de la habitación, tratando de abrir con la tarjetita magnética que no conseguía introducir en el sentido correcto, hasta que un inaudible "clic" me indicó que el paso estaba franco.

Al entrar y justo después de cerrar la puerta, un sonoro griterío me sobresaltó ¡¡¡FELICIDADES!!!

-Vaya, una fiesta sorpresa...-

El susto fue impresionante. Tanto que me caí de espaldas en el suelo de la habitación, golpeándome la cabeza con una barra que había en la pared de la habitación. Creo que perdí el conocimiento...

Al despertar, tuve la certeza de que había muerto y no sé dónde había ido a parar. Mi cuerpo no era como siempre había sido, algo "mullido" por la buena vida, sin ser nada despreciable, pero ahora, era simplemente perfecto. Me encontraba encima de la cama, completamente desnudo y podía contemplar los grupos musculares de mi anatomía, perfectamente definidos. No tenía un solo pelo en el cuerpo, ni siquiera en la cabeza... instintivamente me miré el sexo. Ciertamente despampanante. Sin dejar de ser la misma miembro que tantos momentos de satisfacción me había proporcionado a mí y a alguna interfecta más, se veía más voluminosa, en un permanente estado de morbidez que le daba un aspecto verdaderamente apetecible.

Para colmo, mi piel había tomado un tono dorado casi rojizo, muy atractivo. No pude evitar soltar una sonora carcajada, pero cuando la escuché mi cuerpo tembló aterrorizado, mi voz también sonaba distinta, con un eco grave y tenebroso, pero inmensamente sugestivo. Si aquello era un sueño, empezaba a gustarme y no iba a hacer nada por despertarme.

Solo entonces se me ocurrió mirar alrededor, ya que la tenue luz que había en la estancia, me había hecho centrarme sólo en mi propia presencia en la cama en que me encontraba tumbado boca arriba.

Eran los miembros del grupo de música los que me rodeaban, los dos chicos que tocaban la batería y el bajo y las dos vocalistas que tan cachondo me ponían cuando cantaban las dos pegando sus bocas al micrófono. Ni que decir que ese detalle me lo guardaba para mí y nunca les había hecho ni la más ligera insinuación.

Y me miraban fijamente. Extrañamente no sentí vergüenza alguna por encontrarme desnudo y en las condiciones en que estaba delante de ellos, tal vez fuera lo insólito de la situación. Pero tal vez fuera, que todos ellos estaban también desnudos y muy sonrientes...

La piel de todos ellos, al contrario que la mía, era blanca y brillante y comenzaron a hablarme, ¡¡¡sin mover los labios!!!.

- ¿Te encuentras bien, Ramiro?, Tranquilo, que ya ha pasado todo, ahora no te dolerá nada, todo lo contrario, ¿te apetece algo en particular?...

Las preguntas se sucedían vertiginosamente y bullían en mi cabeza sin darme tiempo a procesar una respuesta o reacción para cada una de ellas.

- No, no intentes moverte -¿dijo? Martina, al ver que trataba de incorporarme y se acercó en un solo gesto apoyando su mano derecha en mi frente.

Su abundante pero juvenil pecho se apoyó contra el mío mientras acariciaba mi frente y una descarga eléctrica recorrió mis entrañas al tiempo que seguía escuchando su voz, mitad dulce mitad estridente, siempre dentro de mi cabeza y sin que ninguno pronunciara ostensiblemente una sola palabra con los labios.

- Descansa, déjanos hacer a nosotros, que sabemos lo que necesitas y te lo vamos a dar, ahora no importa nada de lo que haya pasado anteriormente, no importa nada de lo que te haya dado miedo en toda tu vida, no importa lo que hayas querido o no hacer durante tus días pasados, es el momento de sentirlo todo. Todo junto.

Y así lo escuchaba en mi cabeza, todo junto y de una sola vez, sin poder llegar a acostumbrarme. Mientras decía eso, noté que alguno se acomodaba entre mis piernas, pero no podía ver quién porque me lo tapaba Martina que estaba recostada delante de mi cara. Aunque traté de moverme, no podía reaccionar, así que dejé que mi cuerpo ordenara aquella situación que yo no controlaba.

El calor y el cosquilleo que comenzaba a notar entre mis piernas se mezclaba con los susurros que sonaban inmisericordemente dentro de mi cerebro, y subía hasta mi entrepierna, cuando noté que Vicky se introducía mi miembro en la boca, sin que extrañamente, pues la situación me estaba excitando de modo brutal, tuviera una completa erección. Más al contrario, mi miembro se quedaba en el estado intermedio en que se encontraba, proporcionándome un placer más sereno que el que se avecinaba.

Martina se separó de mí, alargando su sonrisa y mirando hacia mi cuerpo inferior. Para mi sorpresa, era Nacho, y no Vicky, el que chupaba mi nabo, sosegadamente. Mi cuerpo se lo permitía y comenzaron a resonar nuevamente las palabras en mi mente.

- No te preocupes de nada y disfruta, olvídate de lo que te repugna y saborea el momento.

Lo cierto es que me estaba dando un placer muy distinto a lo que conocía hasta entonces y me dejé hacer aunque de todas formas no hubiera podido resistirme, pues el otro componente masculino del grupo, Iván, se había colocado a la altura de mi cabeza y levantando mis brazos, los sujetó con firmeza, inmovilizándome también por ese lado.

Al mismo tiempo, colocó su miembro en mi cara y fue frotando lentamente todos sus lampiños genitales por mi rostro, dejándome aspirar el olor dulzón a sudor de sus cojones, que se arrastraban por mis ojos, nariz y boca a la par que su miembro iba adquiriendo tamaño y consistencia de modo que acabó enhiesta ante mis ojos, justo en el momento en que Nacho comenzó a masajearme los huevos, incrementando el ritmo de su mamada.

No sé dónde había quedado mi hombría por aquel entonces, pero no me pasó otra cosa por la cabeza que comenzar a usar las manos, para dirigir suavemente el cuerpo de Iván hasta que quedara con su trasero ligeramente apoyado en mi pecho y su apetecible nabo en su máximo esplendor de frente a mi cara. Era una miembro magnífica, prácticamente perfecta y sin defectos, me descubrí admirando por primera vez el sexo de un hombre, como si me hubiera ido el mariconeo de toda la vida...

Él parecía leerme el pensamiento y se dejó guiar sin ofrecer resistencia ni realizar brusquedad alguna en sus movimientos. De hecho quizás lo leyera, porque al tiempo que comencé a lamer su estaca, me empezó a acariciar la cara y el cuello con la mano izquierda, en tanto que con la derecha se masturbaba lenta pero consistentemente. Sabía que quería probar su leche cuanto antes.

Y me la dio cuando un cúmulo de sensaciones embriagaba mi cuerpo. Vicky se encontraba junto con Marina a mis pies y, mientras una chupaba alternativamente los dedos de uno de ellos, la otra restregaba su chocho en los dedos humedecidos, llegando a introducir levemente el dedo gordo dentro de su cavidad. Así pasaban de un pie a otro, impregnando mis pies con su caldo interior, intercambiando posiciones y dejándome un cosquilleo más que morboso, en mi mente además sonaban sus gemidos junto con palabras cariñosas y expresiones obscenas.

Con ese tembleque en los pies, y el masaje de Nacho en mi entrepierna, haciéndome estremecer, recibí la primera descarga de Iván cerca de la nariz, que sin alterar su gesto me hizo abrir la boca y depositó su palpitante capullo en la punta de mi lengua. El segundo chorro se derramó suavemente en mi boca que se iba llenando poco a poco sin que ningún "disparo" saliera despedido a mi garganta.

Cuando terminó me miró y me susurró en el cerebro, desde dentro otra vez, que lo saboreara y que tragara un poco, pero que el resto era para las chicas, que lo guardara en mi boca para ellas.

Lo hice, cerré la boca y dejé que el sabor del semen lo inundara todo. Esperaba que se acercaran las chicas, porque noté que habían abandonado mis pies, pero al abrir los ojos -ni siquiera me di cuenta de que los había cerrado para saborear la leche de mi boca- vi que Iván se había retirado y que estaban los cuatro recibiendo los disparos de mi miembro que había empezado a eyacular entre serenos espasmos tras el sabio trabajo de Nacho.

Los cuatro se besaban intercambiándose de boca en boca mi semen, que me dejó al abandonar mi cuerpo la habitual sensación de paz y serenidad que siempre me había provocado y que a veces incluso me hacía dormirme inmediatamente (menos mal que por lo menos había en mí un sentimiento que me resultaba familiar).

Al momento las chicas vinieron a tomar de mi boca el semen de Iván, y sin saber ni cómo, al correrme me había tragado casi todo, dejándome un suave sabor a semen en la boca que es lo más que pudieron hallar las chicas allí. Al ver que yo había tragado gran parte (el caso es que me había gustado), se enfadaron visiblemente...

Me besaron hasta rascar mi lengua con los dientes, haciéndome estremecer por la sensación tan extraña y cuando no quedaba ni el recuerdo de lo que había albergado mi boca, Martina se dedicó a abofetearme, desde atrás mientras Vicky tomaba la posición que antes había ocupado Nacho, indicándome que ella iba a ser la encargada de castigarme por "ser malo y habérmelo comido todo sin dejar para ellas"

Los dos chicos, entretanto, se trasladaron a mis piernas y se empezaron a frotar respectivamente el nabo cada uno con uno de mis pies, suave y lentamente.

Vicky se abrió el chocho en mi cara, y supuse que mi castigo sería chuparlo. ¡Vale!, después de lo anterior, necesitaba un refuerzo de mi masculinidad y chupar todo un señor chumino me ayudaría -pensé- y me dediqué a besar lentamente los labios externos de su cocoy suave y perfumado, húmedo hasta gotear sobre mi pecho. Bendito castigo...

En eso, las bofetadas de Martina se mantenían más suaves, casi en una caricia, marcando el ritmo que debía seguir con la lengua en los entresijos del cocoy de Vicky, que cada vez me estaba gustando más.

De pronto, apenas cinco minutos desde que empecé a chuparla, noté que Vicky comenzaba con los espasmos propios de un orgasmo en toda regla, lo que aproveché para intensificar mis lametones de modo que la chica se estremecía, gritando chillonamente dentro de mí cabeza hasta que escuché un ¡AHORA! que me descolocó.

En ese justo momento, en el culmen del orgasmo de Vicky, ésta y su compañera, detrás de mi cabeza, comenzaron a mearse en mi cara, con chorros calientes que me era imposible esquivar y que me ahogaban y casi me hacían daño por la fuerza con que se proyectaban contra mi cara, de modo que tuve que abrir incluso la boca para respirar, lo que aprovecharon para mearse dentro... ese sí que era el castigo.

Inexplicablemente, después de aquello, con la cara meada y un sentimiento de humillación paralelo a la humedad avinagrada en mi garganta y fosas nasales, tenía la miembro a punto de explotar y Martina, me indicó que ahora todo mi cuerpo iba a ser de ella. Le tocaba disfrutarme...

Se subió de un salto y se clavó mi miembro de golpe dentro de su cocoy, que abrazaba el palo casi cariñosamente. Ella con los ojos cerrados me limpiaba la cara de sus meados con una toalla húmeda y vaporosa que olía a hierba, mientras se mecía encima mía lentamente. Así podía aguantar una eternidad, o por lo menos tenía esa impresión de mi propio cuerpo.

En un momento determinado, incrementó el ritmo, haciendo una seña casi imperceptible a los chicos que la tomaron cada uno de una pierna y, elevándola unos milímetros, sin dejar que se saliera de mi miembro, le fueron dando la vuelta, hasta que se quedó tumbada con la espalda sobre mi pecho, ensartada en mi miembro con la rasurada almeja perfectamente expuesta.

A mí me abrieron las piernas, doblándome las rodillas para elevarla, lo que hizo que se la clavara un poco más y entonces vi cómo Nacho volvía a acomodarse entre mis piernas, comenzando a frotar su miembro contra lo que de la mía quedaba fuera del cocoy de Martina, mientras Ivan y Vicky supervisaban muy de cerca esa operación, lamiendo alternativamente nuestros miembros y el cocoy con el hinchado clítoris de Martina que gemía en mi mente como una loca.

Entonces, Nacho, ayudado por los otros dos, fue buscando con su miembro un pequeño hueco en el cocoy de Martina, que aprovechó para deslizarla lentamente a lo largo de mi rabo, dilatando a su paso la raja de la chica, que cuando se encontró con dos miembros dentro de su almeja, sin poder articular ni un simple gemido, empezó a babear encima de mi cuello.

Me empezaba a doler la espalda de tanto tiempo tumbado y con tanta gente encima, lo que pareció entender Iván al mismo tiempo que yo lo pensaba (ya creía que me leía el pensamiento) y se dirigió otra vez detrás de mí, levantándonos a todos empujando desde mis hombros hasta que quedé sentado con los demás ocupando las mismas posiciones y sin soltarse.

Desde ahí, Nacho comenzó a apretar el ritmo, hasta que le noté derramar su leche dentro de Martina, y encima de mi miembro, lo que me puso verdaderamente a mil otra vez, pero al sacarla, la mía fue detrás y nos salimos los dos del cocoy de Martina, que aún no se había corrido así que Vicky se puso a comerle la raja -rezumante de la corrida de su compañero- para que llegase al orgasmo que ya reclamaba como algo que se le hubiera robado.

Martina me agarró de la miembro y se la enfiló al trasero, terminándose de poner de pie y encorvándose para facilitar la entrada, por lo que la seguí, apretándome contra su preciosidad de parte trasera y fui dejando que se introdujera al ritmo que ella marcaba, mientras, muy alarmado, noté que Iván se situaba estratégicamente a mi espalda, frotando su inmensa miembro en mi trasero, sin que yo, aunque lo intenté pudiera articular palabra para parar aquello.

Vicky, desde su posición, comiéndole el cocoy a Martina dispuso las manos en mis nalgas, dando un empujón que terminó de enterrar mi nabo en el caliente ano de Martina, que se cerró tras de él llenando de placer todo mi cuerpo y relajando mi esfínter, momento que Iván aprovechó para situar su capullo en la puerta de mi ano, ayudado por las manos de Vicky que abrían mis nalgas de par en par.

Nacho se entretenía mientras chupando y acariciando relajada y alternativamente todo lo que se encontraba a su paso, y revoloteaba alrededor del grupo consolidado en la amalgama de varios cuerpos que nos habíamos convertido.

Empecé a dejarme llevar y a disfrutar del trasero de Martina, que era una verdadera delicia, por lo que me despreocupé de lo demás y que fuera lo que fuese, me condujera al placer. Además, Iván no pasaba de frotar la punta de su nabo en la entrada de mi trasero, lo que comenzaba a darme un cosquilleo agradable al ritmo que yo enculaba a Martina que empezó a correrse por fin en la boca de Vicky, apretando mi miembro dentro de ella con los espasmos de su corrida, momento en que perdí el control y noté la entrada de Iván hasta muy dentro de mi esfínter.

Inspiré profundamente y me dejé hacer, después de todo, escocía, pero comenzó a resultarme algo agradable tirarme el trasero de Martina con los impulsos de la miembro de Iván que se prolongaba con la mía hasta formar una sola estaca.

Iván se corrió muy rápido, casi al tiempo que yo lo anunciaba y Martina apretó el trasero salvajemente hasta que la leche comenzó a rebosar de su ano, cayendo sobre las diligentes bocas de Vicky y Nacho que recogieron todo lo que cayó y aún después limpiaron alternativamente el ojete de Martina y el mío de todo lo que rezumaba.

Me tumbé otra vez y serenamente me fui sumiendo en un sueño ligero mientras los cuatro que me habían sometido a una sesión de sexo tan inesperada y nueva, acariciaban mi cuerpo embadurnado con el resto de los flujos que habían emanado los cuerpo de los cinco.

Cuando desperté me encontraba encima de la cama del hotel, intentando sobreponerme a un intenso dolor de cabeza que apenas me dejaba abrir los ojos y preguntándome qué había pasado.

Dudaba que fuera un sueño, antes de abrir los ojos, puesto que nunca había recordado los pormenores de un sueño con tal nitidez. Pero cuando los abrí, lo vi todo negro, y pensé que realmente había muerto y se trataba de un estado nuevo y distinto a cuanto había vivido. Me toqué el cuerpo y noté que tenía el pubis muy sensible, sin pelos, los huevos igual, y la miembro me quemaba... igual que el trasero.

Me llevé la mano a la cabeza y algo me chocó. Allí sí que tenía pelos... instintivamente alargué la mano hacia la cabecera de la cama y activé el interruptor de la luz de la habitación del hotel...

La explicación a todo vino unos minutos después. Al encender la luz vi a las dos chicas del grupo desnudas a los pies de la cama, ambas estaban dormidas y Martina tenía todavía un pezón de Vicky aprisionado entre los labios, en tanto que Nacho dormía en el sillón de enfrente, también desnudo e Iván se estaba secando (después de haberse dado una ducha, supuse) en el baño de espaldas a mí.

Iván me explicó que todo había sido parte de una broma que se les había escapado de las manos:

Los cuatro, se habían reunido en la habitación para darme una sorpresa en mi cumpleaños. De hecho, encima de la mesa había una tarta que en algún momento habían atacado indiscriminadamente y estaba toda desmoronada.

Al caerme y desmayarme, comprobaron que sólo había sido un desvanecimiento y que no me había pasado nada (Nacho y Vicky han terminado Medicina) y aprovecharon para darme un somnífero con el fin de gastarme una bromilla: afeitarme los genitales . Y a eso se dedicaron.

Pero el "somnífero" me hizo una reacción inesperada pues actuó como un fuerte alucinógeno y me despertó en un estado de excitación que contagió a todos y las chicas en particular, con mi miembro al descubierto, empezaron a desmadrarse, entonces yo me volví a desmayar y en ese rato las cosas se dispararon del todo entre ellos, ...

Lo demás que yo recordaba (con algunos matices que sí que se debían al efecto de la pastilla) había sido casi todo real y aunque ninguno había tenido anteriormente ningún contacto de tipo sexual con otro miembro del grupo (y menos entre dos del mismo sexo, aunque algunos sí que eran abiertamente bisexuales de antes), actuaron como si llevaran teniendo sexo entre ellos desde hace mucho tiempo, y yo simplemente me uní al grupo...

Después de aquello no me he vuelto muy distinto a como era antes, pero sí que ese cumpleaños marcó un hito muy significativo en mi vida sexual. Lo que sí es cierto es que ahora, las giras del grupo las "disfrutamos" mucho más que antes.


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